El kétchup es uno de los condimentos más populares del mundo. Con su característico color rojo y sabor dulce, se ha convertido en un acompañamiento habitual de patatas, hamburguesas, salchichas y platos infantiles. Sin embargo, lo que para muchos parece una simple salsa de tomate esconde una realidad preocupante.
El doctor Manuel Viso, divulgador en redes sociales y experto en salud nutricional, ha desvelado en un vídeo de TikTok por qué deberíamos repensar su consumo: “Cada dos cucharadas de kétchup pueden tener hasta 4 terrones de azúcar”, advierte.
Más azúcar que tomate
Según Viso, una botella de 500 ml de kétchup puede contener más de 100 gramos de azúcar, el equivalente a 25 terrones. “Más azúcar que muchas galletas industriales”, afirma. Y aunque se supone que es una salsa de tomate, la mayoría de marcas comerciales contienen entre un 20% y un 35% de tomate. El resto son ingredientes como agua, azúcar, sal, vinagre y una larga lista de aditivos.

Unos botes de ketchup Heinz Ketchup en un mercado de Pittsburg
“Estáis mojando las patatas en una mermelada salada disfrazada de salsa”, resume el doctor, en una crítica contundente a lo que considera un producto con escaso valor nutricional y con muchos riesgos para una dieta equilibrada.

Captura de vídeo
¿Y el kétchup “cero”? Para quienes creen que están optando por una versión más saludable al elegir el kétchup “sin azúcares añadidos” o “cero”, Viso lanza una advertencia: estos productos suelen contener edulcorantes, espesantes y saborizantes artificiales. “Sin azúcar no siempre es sin trampa”, señala.
Además, subraya que este tipo de aditivos también pueden alterar la percepción del sabor, sobre todo en niños, acostumbrándolos a sabores intensos y artificiales desde una edad temprana.

Kétchup
El impacto en la alimentación infantil. Uno de los aspectos más preocupantes, según Manuel Viso, es el efecto que el consumo habitual de kétchup puede tener en los más pequeños. “El kétchup usado con frecuencia en la comida infantil va a enmascarar sabores naturales y hará que tu peque rechace sabores neutros o naturales, como los de las verduras o el pescado”, explica.
De hecho, los estudios muestran que los niños que toman kétchup a diario pueden llegar a duplicar su ingesta de azúcar sin que las familias sean conscientes. En ese sentido, Viso aboga por no demonizar el producto, pero sí informar de manera clara: “No se trata de prohibir, sino de saber qué hay detrás de cada bote”.
Una alternativa saludable y casera
Como solución, el doctor propone preparar kétchup casero, una alternativa mucho más saludable que se puede hacer en solo cinco minutos: tomate triturado, vinagre, aceite de oliva virgen y las especias que más gusten. Sin azúcar añadido ni letra pequeña.