En la búsqueda constante por encontrar la felicidad, muchas personas caen en la trampa de idealizar el amor como un concepto perfecto, incondicional y eterno, tal como lo muestran las películas o las redes sociales. Sin embargo, esta visión romántica y absoluta del amor no solo es poco realista, sino que puede generar desilusión, frustración y daño emocional.
Eva Murillo es una psicóloga especializada en inteligencia emocional y la superación de rupturas afectivas. La experta señala que el amor de tu vida no existe: “Solo es una idea romántica más. Lo que existe es el amor que te atreviste a vivir en ese momento de tu vida”, empieza diciendo.

La autoaceptación es fundamental para trabajar en una mejor autoestima.
“Has cambiado, has crecido, y puede que lo que te hacía bien en ese momento ahora ya no lo haga”
Pensar que solo hay una persona para ti en el mundo es muy limitante. Eva afirma que el amor no es un único tren que pasa una vez y si no lo coges ya lo perdiste todo. Es más bien una forma de encontrarse con alguien en el momento justo, con la versión que eres en ese instante”, comenta.
Quedarse esperando no sirve de nada. Quedarse de brazos cruzados es una pérdida de tiempo, no hay magia, ni destino ni el amor aparecerá por arte de magia: “Lo peor es que esa espera muchas veces te deja parado, sin moverte, pensando que lo mejor está por llegar, cuando en realidad la vida está ocurriendo ahora”, defiende.

Autoestima
Reservar tu corazón para una sola persona es una mala idea. Si crees que solo hay un gran amor, corres el riesgo de sentirte vacío si esa historia termina, como si ya no pudieras volver a amar así. Y no, el amor no se acaba. Cambia, se transforma, y muchas veces vuelve de formas distintas y hasta más sanas.
No esperes que vuelva una relación pasada. Eva recomienda simplemente disfrutar del recuerdo y no esperar una reconciliación: “Esa persona que extrañas seguramente encajaba con la versión de ti que vivía entonces. Pero tú has cambiado, has crecido, y puede que lo que te hacía bien en ese momento ahora ya no lo haga. No todas las personas vienen para quedarse. Algunas vienen para enseñarte algo, para mostrarte quién puedes llegar a ser. Y con eso ya es mucho”, afirma.

Amor propio
Idealizar lo que ya no está sólo hace que te quedes atascado ahí. Esa relación ya no existe y, por mucho que la recuerdes con cariño, no volverá. No porque no fuera importante, sino porque ya fue. Y también está bien que así sea: ” Lo que de verdad te salva es el amor propio. Elegirte, cuidarte y estar bien contigo es lo que te da las herramientas para volver a amar, si lo deseas, desde un lugar más libre, más maduro y más tú”, termina diciendo.