Respirar, caminar o incluso morder los alimentos parecen gestos sencillos, casi automáticos, pero la ciencia demuestra que cada uno de ellos puede condicionar de manera profunda nuestra salud física y emocional. Especialistas en fisiología y psicología alertan que hábitos que pasan desapercibidos en la rutina diaria pueden tener efectos acumulativos a largo plazo.
Mónica Espeleta Alfaro es una fisioterapeuta y educadora especializada en biomecánica, posturología y reeducación postural. En una de sus últimas intervenciones en el podcast de “Morir de éxito” ha reflexionado sobre el sorprendente origen de algunos de los dolores que padecemos: “Un dolor lumbar puede tener su origen en la mandíbula, en el patrón respiratorio o en cómo apoyas el pie”, empieza diciendo.

Una mujer preparándose antes de salir a correr
“Un patrón respiratorio correcto fortalece el core y mejora el rendimiento en cualquier actividad física”
La importancia de encontrar una actitud económica que reduzca el desgaste del cuerpo. La experta explica que analiza la respiración 360º, la forma de caminar y cómo la tensión emocional bloquea músculos y altera la postura: “Una persona estresada respira rápido, con poca amplitud, y eso repercute en la espalda, cuello y hasta en la manera de mover los brazos”, afirma.
Un buen calzado. El uso prolongado de unas zapatillas demasiado estrechas deformará nuestros dedos y modificará la alineación de rodillas, caderas y columna: “El dedo gordo es clave para impulsarnos al caminar o correr. Si no lo usamos bien, todo el cuerpo lo nota”, recomienda.

Las zapatillas para correr están diseñadas para absorber parte del impacto que se produce cuando el pie golpea el suelo.
Buena preparación. Mónica señala que es importante entrenar una buena técnica de correr antes de ponernos manos a la obra. Para ello se debe analizar la zancada, el braceo y el tipo de calzado para evitar lesiones en la espalda y en las rodillas. También es importante no copiar entrenamientos de redes sociales sin supervisión: “El glúteo tiene que trabajar, y la mayoría corre sentado, sin extensión de cadera ni impulso real”, comenta. En el atletismo al término correr sentado se le conoce cuando un atleta corre con una elevación exagerada de las rodillas, sin colaborar con la extensión de la pierna de apoyo.
Respiración. Mónica enseña a sus pacientes a expandir el abdomen, el tórax y la espalda en cada inhalación: “Un patrón respiratorio correcto fortalece el core y mejora el rendimiento en cualquier actividad física, desde correr hasta levantar peso”, comenta.
Dormir mejor. La experta recomienda dormir de lado, con la columna alineada y una pequeña almohada en las rodillas en caso de tener dolor lumbar. Además, también recomienda evitar la respiración bucal durante la noche, porque fatiga y empeora el descanso: “Tapar la boca con una cinta específica, en casos seleccionados, ayuda a potenciar la respiración nasal y descansar mejor”, termina diciendo.