Ahorrar en tiempos de inflación y precios al alza puede parecer misión imposible. Entre alquileres que superan los 1.500 euros, el coste de los suministros básicos y la cesta de la compra disparada, muchos trabajadores sienten que no hay margen para guardar nada a fin de mes.
Sin embargo, el economista Iñaki Arcocha insiste en que gran parte de la clave está en reducir los llamados gastos hormiga: esos pequeños desembolsos que parecen inofensivos pero que, a largo plazo, suponen una gran diferencia.

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El efecto invisible de los pequeños gastos
“Un café diario. Dos euros. Todos los días. Son 700 euros al año. Eso si lo inviertes al 5% durante 10 años son 10.000 euros”, explica en una intervención en Roca Podcast.

El tiempo del desayuno se considera trabajo efectivo dentro de la jornada laboral, según el Supremo.
Arcocha recalca que el problema no está en un café puntual, sino en la acumulación diaria de pequeños caprichos: cafés, plataformas de streaming, bandejas de sushi o aperitivos improvisados. Lo que hoy parece irrelevante, mañana se traduce en miles de euros que no se han ahorrado ni invertido.
El experto es tajante: “Piensa en todos los pequeños dos euros que puedes eliminar para tener un mejor futuro”. Y añade que el ahorro no debería entenderse solo como guardar dinero, sino como darle un destino que lo haga crecer.

Ahorrar
“Ahorrar sin invertir es como pagar un buffet y no repetir”
Para Arcocha, limitarse a ahorrar sin invertir es un error que con el tiempo deja a cualquiera a merced de la inflación. “Ahorrar sin invertir es como pagar por un buffet y no repetir”, resume con contundencia.
El economista defiende que el verdadero cambio está en la educación financiera, una asignatura pendiente en España. Conocer cómo funcionan los intereses, las inversiones seguras o la planificación a largo plazo puede marcar la diferencia entre vivir al día o garantizarse un mayor bienestar futuro.
Un cambio de mentalidad generacional. Más allá de los números, lo que propone Arcocha es un cambio cultural en la forma de relacionarnos con el dinero. No se trata de eliminar todos los caprichos, sino de saber priorizar y ser constantes. “Si eres lo suficientemente constante durante el tiempo suficiente, te va a ir bien”, asegura.