El kéfir, esa bebida láctea fermentada de origen caucásico, ha dejado de ser un alimento niche para convertirse en un básico en muchas neveras. Pero, ¿están justificados científicamente todos los beneficios que se le atribuyen? Según el cardiólogo Aurelio Rojas, la respuesta es un sí rotundo, aunque con matices importantes. En un completo análisis difundido en TikTok, Rojas desgrana qué dice realmente la evidencia científica sobre este probiótico natural.
Los beneficios respaldados por la ciencia
Rojas enumera de forma contundente los beneficios del kéfir avalados por investigaciones científicas.

Granos de kéfir de leche probiótica orgánica
- Mejora la microflora intestinal: Sí. Sus probióticos favorecen una microbiota saludable.
- Reduce la inflamación: Sí. Sus compuestos bioactivos tienen efecto antiinflamatorio.
- Refuerza el sistema inmune: Sí. Gracias a su riqueza en probióticos, vitamina D y K.
- Mejora la absorción de nutrientes: Sí. Facilita la asimilación de vitaminas y minerales.
- Ayuda a controlar el colesterol: Sí. Estudios demuestran su efecto reductor.
- Puede mejorar la tensión arterial: Sí. Existen ensayos controlados que lo corroboran.
- Contribuye a la pérdida de peso: Sí. Al modular la saciedad y el metabolismo.
- Mejora la función cardíaca: Sí. Por su combinación de efectos beneficiosos.
- Puede mejorar el estado de ánimo: Sí. La conexión intestino-cerebro es clave.
- Reduce el riesgo de depresión y ansiedad: Sí. Cada vez más estudios lo demuestran.
- Mejora la salud de la piel: Sí. Puede reducir el acné y mejorar la calidad dérmica.
- Ayuda a dormir mejor: Sí. Mejora la producción de GABA y serotonina.

Kéfir
La comparativa con el yogur: ¿por qué el kéfir es superior?
Una de las preguntas más comunes es cómo se compara el kéfir con el yogur tradicional. Rojas es claro: ”¿Es mejor que el yogur normal? Pues sí, sobre todo en diversidad de probióticos”. Mientras el yogur contiene entre 2 y 7 cepas bacterianas, el kéfir puede contener hasta 50 cepas diferentes de bacterias y levaduras beneficiosas, lo que lo convierte en un probiótico mucho más potente y completo.
Las precauciones necesarias. A pesar de sus múltiples beneficios, Rojas advierte que el kéfir no es apto para todas las personas. Es importante considerar:
- Intolerantes a la lactosa: Aunque es “bajo en lactosa comparado con la leche normal”, no está completamente libre de ella. Por lo tanto, no es recomendable para intolerantes severos.
- Efectos secundarios: “Puede dar gases o diarrea, pero sobre todo si lo tomas en exceso”.
- Personas inmunodeprimidas: No se recomienda su consumo sin supervisión médica debido al riesgo de infección por microorganismos.

Kéfir
Cómo tomarlo para maximizar sus beneficios
El cardiólogo no solo enumera beneficios, sino que ofrece una recomendación práctica basada en la evidencia: “El mejor consejo es que si lo tomas por la mañana junto a fruta fresca rica en vitamina C, como el kiwi o las fresas, aumentas la acción de los probióticos, mejora las defensas y disminuyes el cortisol, la hormona del estrés”.
Esta combinación estratégica potencia el efecto del kéfir a través de varios mecanismos: la vitamina C mejora la absorción de hierro, refuerza el equilibrio antioxidante y crea una sinergia probiótica que maximiza los beneficios para la microbiota.
La dosis ideal y la conclusión final. Rojas recomienda una dosis diaria de ”1 vaso pequeño (150-200 ml) al día, preferiblemente en ayunas o por la mañana”, acompañado de una dieta rica en fibra y alimentos reales para potenciar sus efectos.
Su conclusión es esperanzadora: aunque no podemos afirmar que el kéfir alargue la vida, “todo apunta a que puede ayudarte a vivir mejor”. Se trata de un “hábito sencillo, natural y con respaldo científico que puede marcar la diferencia en tu energía, tu digestión y tu salud cardiovascular”. Un pequeño gesto diario con un impacto potencialmente grande en el bienestar general.