Las cenas de empresa suelen ser un espacio para fortalecer lazos, celebrar logros y proyectar una imagen corporativa cohesionada. Sin embargo, la confianza que estas reuniones implican puede verse comprometida cuando algunos empleados aprovechan recursos de la empresa para fines personales, como pagar comidas familiares durante el fin de semana con la tarjeta corporativa.
Luis Granda es experto en fiscalidad y ha advertido sobre esta práctica que algunos empresarios y autónomos practican frecuentemente. Para ello, ha compartido un fragmento del podcast 'Búscate la vida' en el que se hablaba de la conveniencia de no intentar justificar ante Hacienda, las cenas de empresa celebradas en días festivos.
Comida entre amigos
El gasto siempre debe ser proporcional a los ingresos obtenidos
No todo lo que se paga con una tarjeta empresarial puede ser justificado como gasto. El experto señala que el tema de los gastos deducibles es muy manido en la legislación española y recuerda que la prudencia siempre debería ser la norma.
Advertencia. Grande explica que las comidas deducibles deben ser comidas de empresa de verdad, realizadas en días laborables y no en días festivos.
Comida familiar
¿Qué dice la Agencia Tributaria? El organismo establece que para que un gasto sea deducible siempre debe estar justificado, contabilizado y vinculado a la obtención de ingresos. Debe poder demostrarse que tiene una relación directa con la actividad profesional, en caso contrario será una práctica sancionable.
La tentación de los fines de semana. Muchos empresarios aprovechan los encuentros familiares para pagarlos con las tarjetas corporativas de la empresa: “Es muy goloso para muchas familias, para muchos empresarios, pagar las comidas de los sábados, la comida de los domingos, con la tarjeta, pero que sepáis que no se puede y no se debe hacer”, advierte.
Consejo. Una buena práctica sería anotar cada gasto con su fecha, lugar y motivo. Esta práctica puede ahorrarnos futuros dolores de cabeza en las inspecciones fiscales. Además, el gasto siempre debe ser proporcional a los ingresos obtenidos. Cuando se utilizan tarjetas corporativas para fines personales, aunque sean pequeños, se rompe la proporcionalidad y se pone en riesgo la confianza que sostiene la relación entre empleados y directivos. Mantener un equilibrio entre celebración y prudencia financiera es esencial para preservar la ética interna y garantizar que los beneficios de la empresa se utilicen de manera justa y sostenible.

