Dwayne Johnson ha dado un giro inesperado en su carrera con 'The Smashing Machine', un drama biográfico que lo aleja de su habitual imagen de héroe de acción para sumergirse en la complejidad emocional del mundo de las artes marciales mixtas (MMA). Dirigida por Benny Safdie, la película narra la vida de Mark Kerr, un pionero de la UFC que alcanzó la fama en la década de 1990, pero cuya carrera estuvo marcada por luchas internas y adicciones.
El actor, en una reciente rueda de prensa promocional, explicó los motivos de este cambio tan radical en su carrera: “En Hollywood todo se ha convertido en perseguir la taquilla. Es una carrera muy ruidosa que puede encasillarte: 'Este es tu sitio, esto es lo que haces'. Y eso es lo que yo quería romper”, empezó diciendo.
Dwayne Johnson en un fotograma de la película
“De niño, guardas eso y aprendes a no mostrarlo, porque exponer la vulnerabilidad duele”
Mensaje. Dwayne reflexionó sobre el mensaje detrás de la película: “Mark fue el mejor luchador del mundo en su momento, pero esta película no es realmente sobre pelear. Es una historia de amor: entre Mark y Dawn, y entre Mark y lo que ama hacer. Mark sufrió dos sobredosis, y tuvo mucha suerte de sobrevivir… y eso hace que esta historia sea muy especial”, explicó.
Dwayne Johnson posando para los fotógrafos
Infancia. El actor se centró en lo que muchos hombres sienten bajo una fachada de músculos y violencia: “En general, como hombres, lo primero que nos enseñan es ser masculinos y no mostrarnos vulnerables. Lo primero es guardar nuestras sensibilidades y, quizá, mantenerlas dentro. 'No llores'. Escuché esto muchas veces de pequeño. '¿Por qué lloras?' Me decían que me darían una razón para llorar de verdad. Así que, de niño, guardas eso y aprendes a no mostrarlo, porque exponer la vulnerabilidad duele”, confesó durante la rueda prensa.
Dwayne Johnson junto a Emily Blunt
Recepción. El filme fue proyectado en el Festival de Venecia, donde obtuvo el León de Plata y se ha recaudado cerca de 18 millones de dólares con un presupuesto estimado de 50 millones. En su estreno en España, la película recaudó 156.365 euros y tuvo 21.570 espectadores durante sus primeros tres días en cartelera.

