Esther Alonso, experta en terapia de pareja: “El deseo sexual no es lo mismo que la excitación; lo importante es saber qué tipo de deseo tenemos y comunicárselo a la pareja”

RELACIONES

Mientras algunas sienten el impulso de inmediato, otras necesitan más estímulos y conexión emocional para disfrutar plenamente de sus relaciones

Imagen representativa de una pareja manteniendo relaciones

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El deseo sexual no responde a una fórmula única. Aunque la sociedad tiende a presentarlo como una reacción inmediata o constante, la realidad es mucho más diversa. Algunas personas necesitan más tiempo, contexto o estimulación emocional para sentir deseo, y eso no implica falta de interés ni un problema de salud.

Según datos del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, un alto porcentaje de mujeres españolas reconoce que su deseo depende en gran medida de la conexión afectiva, la comunicación y el estado anímico. En los hombres, aunque los estímulos suelen ser más inmediatos, el estrés y la fatiga también pueden reducir la respuesta sexual. La experta en terapia de pareja Esther Alonso ha reflexionado sobre ello a través de su canal de TikTok.

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Getty Images / iStockphoto

“Para que aparezca el deseo reactivo, necesito una serie de estímulos eficaces”

El deseo sexual no es lo mismo que la excitación. Esther afirma que el deseo es una sensación subjetiva que te mueve a buscar encuentros sexuales o recibirlos. La excitación, em cambio, es algo fisiológico, que incluye reacciones como la taquicardia, el aumento de temperatura o la tensión corporal. Muchas veces confundimos estos procesos y puede generar importantes problemas de pareja. 

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Una pareja entrecruzando los dedos de la mano 

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Dos tipos de deseo

Deseo esporádico o activo. Aparece sin un estímulo concreto. Surge de manera natural, a veces inesperada, como una necesidad interna. Es el tipo de deseo más asociado al imaginario cultural: “Aparece como un volcán que explota”, explica la experta. 

La falta de sexo puede crear conflictos

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Deseo reactivo o provocado. Este tipo de deseo aparece como respuesta a un estímulo externo: una caricia, una conversación íntima o un ambiente relajado. En este caso, la excitación no precede a la experiencia, sino que se despierta durante ella. Este patrón es especialmente común en mujeres y en personas con ritmos de vida altos o estrés sostenido: “Para que aparezca el deseo reactivo, necesito una serie de estímulos eficaces: caricias, besos, mordisquitos… cosas que sé que me excitan”, cuenta Esther.

Tómate el tiempo de conocerte. El deseo no funciona igual para todo el mundo y entenderlo puede ser clave para nos frustrarse y disfrutar en pareja: “Lo importante es saber qué tipo de deseo tenemos y comunicárselo a la pareja para poder disfrutar de relaciones satisfactorias”, termina diciendo. Explorar el propio deseo no es egoísmo, sino una forma de respeto. Cuando las parejas aprenden a hablar abiertamente sobre placer, emociones y expectativas, la conexión se fortalece. Los especialistas en terapia sexual coinciden en que el autoconocimiento reduce la inseguridad y favorece la comunicación honesta.

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