El supuesto cráneo de la hermana de Cleopatra pertenecía en realidad a un niño de 11 años

Arqueología

Descubiertos en 1929 en Éfeso (Turquía), los restos presentan anomalías en el crecimiento de la mandíbula y la cara

El cráneo fue encontrado por el arqueólogo Josef Keil en 1929

El cráneo fue encontrado por el arqueólogo Josef Keil en 1929

Universidad de Viena

En 1929, el arqueólogo austriaco Josef Keil y su equipo descubrieron un sarcófago completamente lleno de agua en las ruinas del antiguo “Octágono”, un espléndido edificio en la calle principal de Éfeso (Turquía). Dentro del sepulcro no se encontró ningún ajuar funerario significativo, sino un solo esqueleto completo.

Keil sólo se llevó consigo el cráneo antes de que se cerrara de nuevo la tumba en la importante “calle Curetes” (Kuretenstraße). Tras su primer análisis en Greifswald (Alemania), los expertos supusieron que se trataba del enterramiento de “una persona muy distinguida” y probablemente de una mujer de 20 años.

El cráneo acabó en Austria

Cuando obtuvo una plaza en la Universidad de Viena, el cráneo viajó a Austria como parte del equipaje del arqueólogo. No fue hasta 1953 cuando Josef Weninger, director del Instituto de Antropología del centro universitario de la capital austriaca, publicó finalmente un artículo con fotografías y mediciones.

Weninger también llegó a la conclusión de que el cráneo del “Heroon” (Heroengrab), como se describe en una nota amarillenta que aún se conserva, pertenecía a una mujer joven que era de un “tipo refinado y especializado”, lo que podría indicar que era parte de la alta aristocracia de la antigüedad.

Vista del Octágono de Éfeso junto a la calle Curetes. Sólo ha sobrevivido la base revestida de mármol.

Vista del Octágono de Éfeso junto a la calle Curetes. Sólo ha sobrevivido la base revestida de mármol 

Academia Austriaca de Ciencias

El resto del esqueleto fue encontrado en Éfeso durante excavaciones posteriores realizadas en 1982, pero no estaban en el sarcófago, sino en un nicho ubicado en una antecámara del espacio funerario. Sin tener más datos, comenzaron a aparecer las hipótesis.

La más aceptada es la teoría que apareció en 1990 y que decía que el sarcófago pertenecía a Arsinoe IV, una de las últimas reinas de Egipto y hermana de la famosa Cleopatra. Arsinoe fue asesinada en Éfeso alrededor del año 41 antes de Cristo por orden de Marco Antonio.

El cráneo del chico, junto a una nota amarillenta donde pone:

El cráneo del chico, junto a una nota amarillenta donde pone: “Calavera de Éfeso” 

Gerhard Weber / Universidad de Viena

Un equipo de la Universidad de Viena y la Academia Austriaca de Ciencias, sin embargo, ha analizado el cráneo hallado en 1929 y ha llegado a la conclusión que los restos son de un niño de entre 11 y 14 años que sufría trastornos patológicos del desarrollo. Sus genes apuntan a un origen italiano o de Cerdeña.

Según explican los investigadores en un artículo publicado en la revista Scientific Reports, utilizaron métodos de CSI para desenmarañar el misterio. Primero sometieron la cabeza a una microtomografía computarizada para poder archivar una copia digital con una resolución de 80 micrómetros.

Muestras de la base del cráneo y del oído

A continuación tomaron pequeñas muestras de la base del cráneo y del oído interno para determinar la edad y el estado genético. Los datos indicaron que los restos datan de entre el año 36 y el 205 a.C., lo que coincide bien con la fecha tradicional de la muerte de Arsinoe IV.

Los genetistas también encontraron una coincidencia entre la cabeza y las muestras existentes del fémur. El esqueleto que se encontró más tarde en la antesala del octágono pertenecía, por tanto, a la misma persona que el cráneo que Josef Keil había extraído del sarcófago hace casi un siglo.

Fotografía histórica que muestra los restos del Octágono de Éfeso

Fotografía histórica que muestra los restos del Octágono de Éfeso 

Academia Austriaca de Ciencias

“Entonces llegó la gran sorpresa: en repetidas pruebas, tanto el cráneo como el fémur mostraban claramente la presencia de un cromosoma Y, es decir, se trataba de un varón”, explica Gerhard Weber, director del equipo de investigadores.

La evaluación morfológica del cráneo y los datos de la microtomografía computarizada revelaron que el chico todavía estaba en la pubertad y tenía entre 11 y 14 años. Esto se confirmó mediante las imágenes de alta resolución de las raíces dentales y de la base del cráneo, que todavía estaba en desarrollo.

Imagen virtualmente reconstruida del Octágono de Éfeso

Imagen virtualmente reconstruida del Octágono de Éfeso

Academia Austriaca de Ciencias

Los especialistas, sin embargo, vieron claramente que el chico que sufría un desarrollo patológico en general. Una de las suturas craneales, que normalmente solo se fusiona a los 65 años, ya estaba cerrada en su caso, lo que le daba al cráneo una forma muy asimétrica.

La característica más llamativa, aún así, era la mandíbula superior subdesarrollada, que estaba inusualmente inclinada hacia abajo y presumiblemente causaba importantes problemas al masticar. Esto también lo confirman los ángulos marcados de las articulaciones temporomandibulares y los hallazgos dentales de dos dientes restantes en la mandíbula.

Muela sin desgaste

La primera muela permanente, el primer diente de la dentición permanente y, por tanto, normalmente el de mayor uso, no mostraba ningún signo de desgaste. El primer premolar, por el contrario, que aparece en la dentición unos años más tarde, estaba masticado y presentaba grietas evidentes, presumiblemente como resultado de una sobrecarga.

Los investigadores concluyeron que no había un contacto dental regular, consecuencia de la anomalía del crecimiento de la mandíbula y la cara. Por el momento no está claro qué provocó los trastornos del crecimiento, aunque podría haber sido una deficiencia de vitamina D, por ejemplo.

Una persona con el síndrome de Treacher Collins

Una persona con el síndrome de Treacher Collins

Wikipedia

Las alteraciones genéticas como el síndrome de Treacher Collins, que produce problemas en la estructura de la cara (pómulos, mandíbula, orejas, boca, párpados o paladar), provocan una apariencia similar a la del niño del Octágono, recuerdan los investigadores.

Una vez descubierto que el cráneo no era de la hermana de Cleopatra, los arqueólogos siguen buscando respuestas para descubrir quién fue la persona enterrada en Éfeso. Creen que era un joven romano enterrado en una tumba destinada a un individuo de muy alto estatus social, lo que implica que los restos de Arsinoe IV siguen ocultos en algún otro sitio.

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