Misión literaria al espacio exterior

Una órbita narrativa cada vez más transitada

La rentrée cuenta con varias propuestas que miran al cielo de forma distinta

Two astronauts in full spacesuits with backpacks on a space walk with tethers, facing each other with hands out. They are floating in the front of Planet Earth as the sun rises between them. Background images credit: NASA https://eoimages.gsfc.nasa.gov/images/imagerecords/90000/90008/europe_vir_2016_lrg.png and ESO

La actualidad mundial anima a escritores y lectores a escapar por unas horas al espacio exterior 

peepo / Getty

Astronautas varados, agujeros negros cerca del Sistema Solar y cohetes que explosionan tras su despegue. Las noticias sobre el espacio exterior copan los titulares como nunca antes. Como ocurre con otros sucesos de actualidad, esto acaba influenciando en la literatura, que bebe del mundo que nos rodea. En esta rentrée, son varios los títulos que están relacionados con el firmamento y cuyo tratamiento es distinto al que el lector pueda estar acostumbrado.

Orbital (Anagrama /Grup 62), la novela pastoral de Samantha Harvey (Kent, 1975) que ganó el premio Booker en noviembre, encabeza las propuestas. Su editora en castellano, Silvia Sesé, adelanta que esta “es una novela que nos acerca a la vida rutinaria de seis astronautas que están en una misión. Pero, más allá de eso, es un canto de amor a la Tierra que nos invita a reflexionar sobre la humanidad”.

“Cada vez somos más conscientes de que nos cargamos el planeta y queremos huir”, reflexiona Ruiz Garzón

La propia autora reconoce a La Vanguardia que “jamás imaginé que una historia así fuera a ganar. ¿El espacio exterior? ¿Y sin ser tratado desde la ciencia ficción? Me quedé en shock cuando pronunciaron mi nombre. Con el paso de los días me di cuenta de lo mucho que interesa lo que pasa entre galaxias”. Ricard Ruiz Garzón (Barcelona, 1973), le da la razón. El escritor está acostumbrado a leer relatos de naves espaciales, tanto en su papel de profesor de escritura creativa como en el de comisario del Festival 42 de Géneros Fantásticos de Barcelona. Sin embargo, reconoce el surgimiento de tramas más realistas.

“Es algo natural. Ya pasó con los robots y las inteligencias artificiales, cada vez más presentes en nuestras vidas. En el caso del espacio, más allá de que las noticias se han multiplicado, existe otra causa: cada vez somos más conscientes de que nos estamos cargando el planeta y queremos huir. Hace unos años, optábamos por narrativas que fueran en busca de mundos ocultos bajo la superficie del océano o, incluso, subterráneos. Ahora, en vista de que la carrera espacial es cada vez más cercana, preferimos mirar al cielo porque sabemos que es más factible escapar. Tenemos menos esperanzas de que la vida en la Tierra vaya a mejorar”, reflexiona Ruiz Garzón.

La crisis climáticas, las guerras y la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump no hacen más que avivar este punto de vista. Por ello, desde Estados Unidos todavía nacen más propuestas literarias relacionadas con el espacio, como el ensayo Reentry , del periodista Eric Berger, que expone lo salvajes que fueron los primeros años de S paceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk, de la que poco se había filtrado hasta la fecha. 

No menos destacable es el manuscrito inédito del ya fallecido astronauta del Apolo 14 Edgar Mitchell que publicó a finales de año el sello Pen-L Publishing y que detalla el potencial de aniquilación nuclear en la militarización del espacio.

En España, quien se ha convertido en todo un referente en lo que al espacio se refiere es Sara García Alonso (León, 1989), que mañana publica Órbitas (Ediciones B). Ella misma explica por teléfono a este diario que su libro no es un ensayo sobre el espacio, sino que son “apuntes de una vida, la mía, que está en continua exploración”. La vida de esta investigadora del cáncer cambio en 2022, cuando se convirtió en la primera astronauta mujer española de la Agencia Espacial Europea ( ESA). Eso generó un interés sobre su persona que no ha cesado, y la prueba es la publicación de este libro. Y eso que todavía no se ha embarcado en una misión. “Soy lo que llaman una astronauta de reserva. Es un concepto que inventó la ESA, ya que no se sabe cuántas opciones de vuelo habrá en el futuro. Esta posición me permite aprender mientras surge una oportunidad”.

Quien también se hará un hueco en las librerías próximamente es Ricard Efa (Sabadell, 1976), protagonista de una apuesta editorial poco habitual que es posible gracias a la editorial Mai Més: una space opera en seis volúmenes. La ha bautizado como Stella signata , ya han aparecido los dos primeros volúmenes, Els confins i la tenebra y Des de sempre fins a l’infinit , y a principios de febrero llegará la tercera, arropada ya por un generoso club de fans: La síndrome de sol terra. A diferencia de las anteriores, la suya sí que es una propuesta de ciencia ficción. Lo novedoso, más allá del formato, es que sea en catalán. “El espacio siempre ha sido el gran lugar por descubrir. Y que apenas se hubiera hecho en esta lengua, es algo que me sorprende y a lo que estamos empezando a poner remedio”, asegura el autor, que reconoce que tanto Star Wars como Els astronautes del mussol , de Sebastià Sorribas, son dos obras que le marcaron de niño.

“Es un género muy aplaudido a nivel audiovisual pero que costaba más en literatura. Y esto es algo que está cambiando porque vemos que en realidad se tratan problemáticas sociales, económicas y culturales propias de la Tierra y que interesan al lector”, señala la editora Judit Terradellas, interesada desde hace años en odiseas espaciales, como el también editor Juan Casamayor, que pidió a Edmundo Paz Soldán que uno de los relatos breves que escribió en La vía del futuro (Páginas de Espuma), sobre un astronauta, lo convirtiera en novela. “Confío que algún día lo desarrolle”. Quién sabe si el 120 aniversario de la muerte de Julio Verne o el posible estreno este 2025 de Interstellar 2 le animen tanto a él como a otros autores a crear más tramas espaciales.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...