Ana Lua Caiano ★★★✩✩
Lugar y fecha: La 2 de Apolo (15/II/2025)
La portuguesa Ana Lua Caiano vino al Festival Mil·lenni a presentar su disco de debut, Vou ficar neste quadrado, editado por el prestigioso sello alemán Glitterbeat, especializado en artistas que mezclan raíces tradicionales y texturas globales. Unas premisas que esta lisboeta de 25 años cumple a la perfección. Pero su propuesta no tiene nada que ver con el fado. Tras estudiar piano clásico y las formas libres del jazz, fue durante el confinamiento que empezó a experimentar, hasta lograr algo único y muy personal, mezclando el folklore popular con sonidos electrónicos, inspirada por Björk y Laurie Anderson.

Ana Lua Caiano
Vino en solitario a defender esas canciones y las que publicó en dos EPs anteriores, Se dançar é só depois y Cheguei tarde a ontem, armada de bombo y panderos y de dos indispensables instrumentos, un sintetizador Korg japonés y un Loop station, grabador al que se pueden ir sumando capas, una encima de otra, convirtiéndose en un aparato determinante en la confección de la arquitectura de sus temas.
Jadeos o resoplidos, percusiones o su canto, todo era susceptible de ir superponiéndose en una marejada que mezcla lo acústico en directo con oscuros fondos sintéticos
Y ya fuesen jadeos o resoplidos, percusiones o su propio canto, todo era susceptible de ir superponiéndose en una marejada que mezcla lo acústico en directo con oscuros fondos sintéticos, hasta construir unas canciones que reflejan la belleza melódica de lo ancestral y atávico pero con unos arreglos improvisados de marcado carácter futurista.
Así, en Cansada, un beat metronómico y primordial va de la mano de un festín vocal, en el que en vez de una cantante parece que escuchemos una coral. Mientras que en Ando em círculos pandereta y voz proporcionan un sosegado sesgo folk. Llegados a De cabeça colada ao chão hizo didactismo al explicar cómo elabora sus sofisticadas melodías electroacústicas, para crear una tensión y un drama que también se refleja en las letras, ya sea en la trágica Deixem o morto morrer o en una histérica O bicho anda por aí, en la que habla de una persona hipocondríaca golpeando un adufe, pandero cuadrado típico portugués revestido de piel de cabra por ambas caras. Al final, vistos y oídos sus trucos, lo más importante resulta ser su voz, muy emotiva, ya sea en forma pura en Mão na mão o loopeada hasta el infinito en Casa abandonada .