Godspeed You! Black Emperor
★★★★✩
Lugar y fecha: Apolo (5/III/2025)
El emblemático grupo de postrock canadiense Godspeed You! Black Emperor, con más de treinta años en activo, agotó las entradas en Apolo en su gira Liberation spring of ‘25’ . En la actuación del octeto, integrado por tres guitarras, dos bajos eléctricos que se alternan al contrabajo, batería, percusión y un determinante violín, tuvo una parte destacada el material de su último disco, No Title as of 13 February 2024 28,340 Dead , publicado el pasado octubre.
La intro de rigor, habitual en todos sus conciertos, es con el explícito Hope drone , que, tal como indica su título, empieza en modo ambient minimalista para, poco a poco, a medida que se van sumando todos los músicos, alcanzar una ululante cacofonía. Luego abordaron los tres primeros temas del último disco, en el mismo orden en el que aparecen en el álbum. La inicial Sun is a Hole, Sun is Vapors ya fue un compendio de su magma sónico, un vaivén cósmico, potenciado por las imágenes de inquietantes proyecciones en riguroso blanco y negro, que va de un inicio drónico hasta cotas de distorsión de elevada intensidad, pasando por fases de psicodelia blanda en la que se abre paso un violín, de reminiscencias folk, que también conecta con el lirismo de David Cross en King Crimson.
La música instrumental de GY!BE siguió exponiendo sus nuevas coordenadas, que tampoco es que sean tan diferentes de las anteriores, en Babys in a Thundercloud y Raindrops Cast in Lead , otras dos andanadas de posrock que aglutinaron la tensión dramática proporcionada por agudas e hirientes guitarras y las fases en las que el marcado ritmo percutivo les acercaba al krautrock, oscilando de los opulentos clímax hacia zonas abisales y tenebrosas, propias del doom metal , hasta conseguir un muro de sonido con logradas combinaciones, que iban de lo sutil y envolvente a los crescendos desbocados.
Una música muy descriptiva y elocuente que remataron con el rescate de cuatro temas añejos, transitando por fases lúgubres –parecían de una banda sonora de película de terror–, momentos de calma contemplativa y fragorosas tormentas, logrando con sus largos y cambiantes desarrollos absorber la atención de un público que parecía hipnotizado.


