La sonnambula, de V. Bellini ★★★★✩
Intérpretes: Nadine Sierra, Xabier Anduaga, etc. Orquestra i Cor del Liceu. Dirección musical: Lorenzo Passerini. (Pablo Assant, dir. Coro). Dirección escénica: Bárbara Lluch. Lugar y fecha: Coproducción del Liceu, el Teatro Real, el New National Theater de Tokio y el Teatro Massimo de Palermo (22/IV/25)
Explosión vocal belcantista para una función inaugural de La sonnambula con un dúo de excepción, la soprano de Florida, Nadine Sierra y el tenor donostiarra Xabier Anduaga. En una producción que busca más que encuentra, una orquesta de corrección plausible y una batuta debutante discreta el triunfo del Liceu de las voces, volvió al público loco gracias a una de las mejores parejas de la actualidad.
En su cuarta ópera en Barcelona, Nadine Sierra se corona como la Novia del Liceu. Un título que se ha ganado por méritos propios después de una temporada actual de infarto con una Violetta de La Traviata de leyenda y un recital solo al alcance de las grandes divas. Los liceístas ya no podrán vivir sin ella.
Nadine, con una voz de lírica en plenitud, pero con la técnica y la flexibilidad suficiente para afrontar un título que ya está en el límite de sus facultades como ligera, demostró por qué es la top diva que todos los teatros desean. Su canto, siempre equilibrado entre expresión, fraseo, legato y estilo, se rubrica con un timbre esmaltado, cálido y comunicativo que sabe dosificar como una verdadera maestra. Así en su aria di sortita , en sus dúos, en los concertantes y en su paradigmática aria final, su voz siempre presente, dulce y catártica la ensalzó en una función donde su luz no dejó de brillar y conmover.
El empaste tímbrico de Anduaga con Nadine es tan hedónico que hacen olvidarlo todo en un goce vocal irresistible
Es un privilegio poder disfrutar de una voz como la de Xabier Anduaga como Elvino. El tenor está en una forma vocal envidiable donde combina un instrumento lustroso, sonoro y de una morbidez tímbrica de verdadero divo, con una facilidad y gallardía vocal que lo transforman en el tenor español de voz más hermosa desde Josep Carreras. Elvino también es un rol que pide una ligereza que la voz de Anduaga llena con un brillo lírico y unos armónicos que piden un repertorio más de lírico pleno, pero el instrumento de Xabier es de una belleza tal que seduce sin contemplaciones. El estilo tiende más al romanticismo verdiano venidero que al de Bellini, pero su empaste tímbrico con Nadine es tan hedónico que hacen olvidarlo todo en un goce vocal irresistible.

Xabier Anduaga y Nadine Sierra, en un momento de la ópera en el Liceu
Auspiciante debut el de la prometedora soprano valenciana Sabrina Gárdez como llamativa Lisa; demasiado gris el Conde Rodolfo del bajo argentino Fernando Rodó, y destacables los españoles Carmen Artaza como Teresa e Isaac Galán como Alessio para un reparto al servicio de los divos. Impecable actuación del coro.
Un ballet que no aporta gran cosa a la débil dramaturgia, la discreta escenografía y una resuelta dirección de actores resume un trabajo de escueta pulcritud
La dirección desde el foso del debutante director musical italiano Lorenzo Passerini combinó discreción y estilo con una orquesta resolutiva en unos tempi algo extremos. La atención a las voces fue impecable y siempre a su servicio, como manda el belcanto.
La producción de Bárbara Lluch intenta reivindicar una Amina victimizada por un entorno conservador y pueblerino, con un novio machirulo y déspota. Si bien la idea funciona con salvedades, un ballet que no aporta gran cosa a la débil dramaturgia, la discreta y simple escenografía, ensalzada por el estimularte trabajo lumínico de Urs Schönebaum, y una resuelta dirección de actores resume un trabajo de escueta pulcritud.