Los análisis de ADN permiten encontrar hasta seis descendientes varones de Leonardo da Vinci que aún viven en la actualidad

Arqueología

Alessandro Vezzosi y Agnese Sabato desvelan en un nuevo libro su trabajo de 30 años para descubrir los secretos biológicos del artista florentino

Vertical

Autorretrato de Leonardo da Vinci dibujado en 1513, cuando el artista tenía 61 años

Terceros

Visionario, polifacético, brillante… Leonardo da Vinci es considerado un genio universal, una de esas personas que aparecen muy de vez en cuando y que son capaces de revolucionar todo su mundo. El artista florentino, la mayor figura del Renacimiento, tocó muchos y variados campos, y en todos ellos dejó su imborrable marca.

Durante más de cinco siglos se ha reconocido su actividad artística y científica, además de sus sorprendentes inventos o sus innovadores experimentos. ¿Se habrá transmitido parte de ese talento a sus descendientes? Pues habría que preguntárselo a los seis parientes varones vivos de Leonardo.

Los expertos Alessandro Vezzosi y Agnese Sabato han presentado este jueves 22 de mayo su nuevo libro, Genià Da Vinci. Genealogia e genetica peri il DNA de Leonardo, donde detallan su trabajo de 30 años para desvelar los secretos biológicos del artista florentino.

El trabajo documenta un elaborado árbol genealógico que se remonta a 1331, abarcando 21 generaciones e involucrando a más de 400 individuos. “Sentamos las bases para una de las investigaciones histórico-genéticas más avanzadas jamás realizadas: la reconstrucción del perfil genético de Leonardo”, apuntan los autores en un comunicado.

Los investigadores Alessandro Vezzosi y Agnese Sabato

Los investigadores Alessandro Vezzosi y Agnese Sabato

A. Vezzosi / A. Sabato

Vezzosi y Sabato han realizado un minucioso análisis de fuentes y documentos de archivo para reconstruir las ramas de la familia a la que pertenecía Leonardo, incluyendo la identificación de 15 descendientes directos masculinos emparentados genealógicamente tanto con el padre de Leonardo como con su medio hermano, Domenico Benedetto.

El biólogo David Caramelli, de la Universidad de Florencia, y la antropóloga forense Elena Pilli sometieron a seis de estos descendientes a pruebas de ADN. Su estudio reveló que los segmentos del cromosoma Y coincidían en estos hombres, lo que confirma la continuidad genética de la línea masculina de Da Vinci, al menos desde la decimoquinta generación.

Lee también

Los autores también confirmaron la existencia de una tumba familiar en la iglesia de Santa Croce in Vinci, actualmente en excavación arqueológica en colaboración con la Universidad de Florencia. Este podría ser el lugar de enterramiento del abuelo de Leonardo, Antonio, su tío Francesco y varios medio hermanos como Antonio, Pandolfo y Giovanni.

Los líderes de la excavación, los antropólogos Alessandro Riga y Luca Bachechi, han recuperado fragmentos óseos que han sido datados por radiocarbono. Si el cromosoma Y de los descendientes vivos también se encuentra en los restos más antiguos de las tumbas de la iglesia de Vinci, esto respaldaría la precisión de los registros de paternidad y la reconstrucción histórica del linaje a través de los registros de defunción.

La iglesa de Santa Croce, en Vinci

La iglesa de Santa Croce, en Vinci 

Wikipedia

Permitiría, además, un examen más profundo del material biológico atribuido al genio del Renacimiento, así como de los rastros dejados en sus manuscritos originales u otras obras, lo que podría conducir a la reconstrucción de su ADN.

“Mediante la recuperación del código genético de Leonardo, esperamos comprender las raíces biológicas de su extraordinaria agudeza visual, su creatividad y, posiblemente, incluso aspectos de su salud y las causas de su muerte”, afirma Vezzosi.

Rastrear el cromosoma Y

El punto de partida del equipo fue una hipótesis tan simple como crucial: rastrear el cromosoma Y, que se transmite inalterado de padre a hijo. “Incluso una diminuta huella dactilar en una página podría contener células para secuenciar”, afirma Jesse H. Ausubel, de la Universidad Rockefeller y director del proyecto.

Las revelaciones del libro, sin embargo, van más allá de la genética. En sus 21 capítulos, la obra lleva al lector a un riguroso y fascinante viaje a través de la genealogía, la historia y la geografía para redescubrir el entorno que moldeó a Leonardo Da Vinci para convertirle en la persona que fue.

Vertical

Retrato de Leonardo da Vinci 

Otras Fuentes

Mediante el análisis de antiguos catastros, los autores identificaron siete casas de la familia Da Vinci en el pueblo y el castillo de la pequeña ciudad toscana de Vinci, así como dos propiedades del propio Leonardo, heredadas de su tío Francesco y batalladas en una larga disputa con sus medio hermanos.

Los autores dedican especial atención a dos figuras clave en la vida de Leonardo: su abuelo paterno, Antonio -agricultor y comerciante que viajó hasta Marruecos, pasando por Catalunya-, y su madre Caterina. Mediante un cuidadoso análisis de las investigaciones, fuentes y archivos existentes, surge una imagen más clara y no idealizada de Caterina.

Lee también

Los túneles secretos del Castillo Sforza de Milán que Leonardo da Vinci plasmó en sus bocetos

David Ruiz Marull
Muralla del Castillo Sforzesco de Milán

Cada vez es más plausible su identificación como esclava al servicio del acaudalado banquero Vanni di Niccolò di ser Vanni. Una serie de testamentos y registros de donaciones desde 1449 en adelante documentan la relación entre Vanni y su albacea, el joven notario Piero, padre de Leonardo.

Entre las revelaciones más intrigantes, los autores publican por primera vez un estudio que plantea la hipótesis de que un misterioso dibujo al carboncillo, bautizado como “Dragón Unicornio” y de una intensidad expresiva excepcional, podría atribuirse a Leonardo. Fue descubierto en la repisa de la chimenea de un antiguo edificio en Vinci (antiguamente la casa Bracci).

Cuerno en espiral, lengua llameante

La fantástica criatura que aparece en la obra presenta varios elementos iconográficos llamativos, aunque desgastados por el tiempo: un cuerno en espiral en la cabeza, hocico alargado y pico curvo, dientes ganchudos, lengua llameante, extremidades con garras, orejas puntiagudas, escamas pronunciadas en la espalda y el cuello, y un ala membranosa en forma de abanico con extensiones digitadas —anticipando los estudios posteriores de Leonardo sobre el vuelo de aves y murciélagos—, junto con una cola serpenteante.

El libro también sugiere que Leonardo pudo haber intuido conceptos que ahora llamamos “epigenéticos”. En sus escritos sobre la herencia, reflexiona sobre la influencia de la dieta, la sangre y el comportamiento parental en la descendencia, observaciones que siguen siendo relevantes hoy en día.

Vertical

Leonardo da Vinci, en un retrato atribuido a Giovanni Ambrogio Figino 

Otras Fuentes

“Leonardo cuestionó los orígenes de la vida humana no solo biológicamente: en sus estudios sobre la generación, la concepción se convierte en un acto complejo donde se entrelazan la naturaleza, la emoción y el destino, anticipando temas ahora centrales en el debate entre genética y epigenética”, asegura Agnese Sabato.

El capítulo final explora las similitudes entre algunos descendientes actuales y el famoso autorretrato del artista. Si en el futuro se logran secuenciar suficientes fragmentos de ADN, los investigadores podrían revelar sus rasgos físicos e incluso las vulnerabilidades que moldearon su vida y obra.

“No se trata solo del autor de la pintura más famosa del mundo”, concluye Ausubel. “Es un reto redefinir los límites del conocimiento histórico”. Y para la pequeña Vinci, que en su día acogió a un hijo ilegítimo muy especial llamado Leonardo, el eco de su “voz genética” a lo largo de los siglos es ahora motivo de profundo orgullo y renovado asombro.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...