El Tribunal Supremo confirma la condena contra el MNAC a devolver las pinturas de Sijena

Litigio

La sentencia  avala la dictada por la Audiencia Provincial de Huesca y que había sido objeto de recurso

FOTO ALEX GARCIA PINTURAS ROMANICAS ORIGINALES DEL MONASTERIO ARAGONES EXPUESTAS EN EL MNAC DE BARCELONA 2016/11/02

Pinturas murales románicas procedentes de la sala capitular del monasterio de Sijena, que actualmente se conservan en el MNAC 

Àlex García

Las pinturas murales de la Sala Capitular del monasterio de Sijena que conserva y expone el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) desde los años sesenta, deberán ser devueltas a su lugar de origen. Así lo ha decidido el Tribunal Supremo, que ha desestimado los recursos presentados hace cinco años por el museo catalán y la Generalitat contra el fallo de la Audiencia Provincial de Huesca de 2020 y obliga a reintegrar la obra en su emplazamiento original argumentando que el museo catalán “no ha poseído las pinturas a título de dueño, pues las pinturas fueron arrancadas” e ingresaron en el museo mediante “depósito”.

La sentencia, que no es recurrible y pone fin a un enconado litigio iniciado en 2014, no ha tenido en cuenta la extrema fragilidad de las pinturas, cuyo traslado podría tener consecuencias catastróficas, según han advertido expertos de la talla de Gianluigi Colalucci, responsable de a restauración de la Capilla Sixtina.  De hecho, el museo nunca ha discutido la propiedad de las obras sino la necesidad de ser preservadas en condiciones óptimas. En este sentido, el conseller de la Presidencia, Albert Dalmau, ha afirmado  que la “prioridad” del Govern es asegurar “la buena conservación” de las pinturas murales y ha avanzado que  actuará a partir del “criterio de prudencia”.  

También la consellera de Cultura Sònia Hernández Almodóvar, ha insistido en que la “prioridad” del Govern es asegurar “la buena conservación” de las pinturas murales y ha pedido  “prudencia” hasta que los servicios jurídicos acaben de estudiar la sentencia. En todo caso, ha reiterado,  la prioridad es la preservación del patrimonio y recordó que los informes de los especialistas apuntan a que es imposible arrancar los frescos, trasladarlos y volveros a colocar sin que sufran un daño irreparable. Cualquier decisión, ha concluido,  se tomará en el Patronato del MNAC, donde están representadas las diferentes administraciones.

Pepe Serra: “El museo las ha conservado y protegido de forma impecable y extraordinaria durante décadas”

Pepe Serra, el director del museo, ha recordado, por su parte, que “la única preocupación del museo ha sido siempre la conservación y la protección de las pinturas” y eso se ha hecho “de forma impecable y extraordinaria durante décadas”, al tiempo que las ponía al alcance “de decenas y decenas de millones de personas”. “Por tanto –ha zanjado– satisfacción y tranquilidad absoluta desde el punto de vista del trabajo realizado”. 

Desde Aragón, el  ex presidente Javier Lambán ha calificado la sentencia como “un triunfo del Estado de derecho y otra razón para confiar en los jueces, verdadero puntal del sistema”, mientras que el actual, Jorge Azcón, ha manifestado una “inmensa satisfacción que se verá culminada cuando podamos contemplar las pinturas en su emplazamiento original”. La sentencia, ha añadido, ”zanja categóricamente el litigio a favor de los aragoneses y la integridad de su patrimonio cultural”.

Las monjas de la orden sanjuanista de Sijena siempre estuvieron de acuerdo en que se conservaran en el MNAC y, en 1992, cedieron a la Generalitat por tiempo indefinido la custodia y el uso de las pinturas mediante contrato. Sin embargo, ya en 2014, e instigadas por los políticos aragoneses, reclamaron las pinturas. El Supremo señala que la priora del Monasterio de Valldoreix, Pilar San Joaquín Gracia, que es la que firmó el convenio con el entonces conseller de Cultura Joan Guitart, “no tenía la representación del Monasterio de Sijena” y que la priora que firmó el convenio no estaría legitimada “para enajenar bienes”.

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Los frescos se quemaron en buena parte en 1936, durante un incendio provocado por los revolucionarios del pueblo de Vilanova de Sijena, y posteriormente fueron arrancadas y rescatadas por el Comité de Salvamento de Patrimonio Artístico de la Generalitat que dirigía Josep Gudiol. Las transportaron hasta Catalunya para restaurarlas -los trabajos se llevaron a cabo en la Casa Amatller- y cuatro años después ingresaron en el Museu d’Art de Catalunya, una fórmula que se repitió en 1960 cuando se incorporaron las pinturas del muro meridional y del intradós de un arco.

Detalle de las pinturas de Sijena en el MNAC

Detalle de las pinturas de Sijena en el MNAC

XAVIER GOMEZ

El fallo del alto tribunal resuelve el recurso que presentaron el MNAC y la Generalitat contra la sentencia de la Audiencia de Huesca favorable al traslado de las  pinturas al monasterio de los Monegros. Esta sentencia, dictada en 2020, confirmaba una anterior del juzgado de primera instancia, de 2016, en la que además ordenaba la mudanza de los frescos de manera inmediata. Sin embargo, y pese a dar la razón a Aragón, condenando a la Generalitat y al MNAC a restituir las pinturas,  la propia jueza que se había pronunciado a favor del traslado paralizó la ejecución de la resolución a la espera del fallo definitivo del Supreno. La magistrada también reprendió a los políticos aragoneses porque la Sala Capitular no reunía las condiciones para conservar los murales.

El tribunal  argumenta que el museo catalán “no ha poseído las pinturas a título de dueño, pues las pinturas fueron arrancadas”

La jueza admitía que se trataba de una obra especialmente “vulnerable”, haciéndose eco de los informes técnicos y las numerosas voces de alarma de los expertos que advertían de los riesgos extremadamente altos del traslado de las pinturas, que podrían quedar irremediablemente dañadas dada su extrema fragilidad.   Todos los informes científicos fueron desfavorables al traslado provisional (la sentencia no era firme y podía ser revocada, lo que habría provocado un viaje de ida y vuelta) y entre quienes manifestaron su opinión contraria figura el ICOM, organismo del que forman parte los grandes museos del mundo.

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Imagen de la sala capitular antes de ser pasto de las llamas 

MNAC
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Primeros arrancamientos en 1936,poco después del incendio que devastó el monasterio 

MNAC
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Úktimos arrancamientos en 1960 

MNAC

El MNAC siempre ha defendido que las pinturas dejaron de ser pinturas murales en 1936, después de sufrir las consecuencias del incendio que devastó el monasterio de Villanueva de Sijena. El 50% de las pinturas se perdieron y los fragmentos restantes, pese a sufrir los efectos devastadores de las altas temperaturas, pudieron ser arrancados a strappo y luego trasladadas a telas de algodón que se montaron sobre bastidores. Esta circunstancia  imposibilita su reintegración a los muros donde estuvieron originalmente. De hecho, las estructuras de los arcos, incluso desmontados, no caben ni por los accesos del museo ni del monasterio, y sería necesario derribar muros. Tampoco existe un transporte con las medidas y las condiciones necesarias. Además, dado  que las medidas no son las mismas que las de la sala capitular, y una vez allí se tendrían que retirar para su instalación, es improbable que las telas resistieran una operación de estas características.  Para el museo, si las pinturas han llegado hasta hoy es gracias a las medidas de conservación idóneas de las que gozan en el MNAC, museo referente para el arte medieval en España, y que Sijena no ha podido garantizar.

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El equipo de Gudiol restaurando las pinturas en Barcelona, en 1940 

MNAC
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