Los tatuajes no eran una simple diversión en la antigua Siberia. Hace 2.300 años, había finos artesanos que se dedicaban en cuerpo y alma al arte de grabar dibujos en el cuerpo humano, perfeccionando técnicas tan desarrolladas como las que se podrían encontrar hoy en día en cualquier taller del gremio.
Un equipo internacional de arqueólogos, liderados por los expertos del Instituto Max Planck de Geoantropología, han utilizado sistemas de imagen digital de alta resolución para examinar los tatuajes de una momia de hielo de la cultura Pazyryk, un antiguo pueblo nómada de la Edad de Hierro que vivió en el macizo de Altái, en Rusia.
Muchos tatuajes no han sobrevivido
La decoración de la piel humana probablemente estuvo muy extendida en la prehistoria, pero la falta de ejemplos que hayan sobrevivido dificulta su análisis. Las llamadas “momias de hielo”, aún así, son una excepción. Sus profundas cámaras funerarias (los famosos kurgans), revestidas de permafrost, a veces han conservado la piel de los nobles enterrados en ellas.
“Los tatuajes de la cultura Pazyryk han intrigado durante mucho tiempo a los arqueólogos debido a sus elaborados diseños figurativos”, explica el doctor Gino Caspari, autor principal de la investigación. Pero los estudios detallados eran escasos, ya que antes no se disponía de imágenes de alta resolución y había que usar esquemas hechos a mano.
Uno de los tatuajes, que muestra una pelea entre animales, después de ser restaurado por los expertos
Para explorar con mayor precisión estos grabados antiguos, los arqueólogos realizaron un escaneo tridimensional de una momia utilizando la fotografía digital de infrarrojo cercano con resolución submilimétrica. Entonces presentaron los resultados a tatuadores modernos, que identificaron las herramientas y técnicas usadas para su elaboración, según explican en un artículo publicado en la revista Antiquity.
“Los análisis previos -señala Caspari- se centraban en las dimensiones estilísticas y simbólicas de estos tatuajes, con datos derivados principalmente de reconstrucciones dibujadas a mano. Estas interpretaciones carecían de claridad en cuanto a los instrumentos usados y no se fijaban tanto en los artistas como en el contexto social general”.
Las momias de hielo son famosas por sus decoraciones corporales que representan escenas de lucha entre animales y criaturas míticas. Pero cuando se encontraron las primeras en la década de 1940, los expertos no detectaron algunos de los tatuajes más sutiles.
El reciente análisis del cuerpo de la mujer, que tenía unos 50 años cuando falleció, ha demostrado que tenía tatuajes en ambas manos y antebrazos, incluyendo un animal parecido a un grifo.
Otro grabado muestra a una especie de grifo atacando a un alce
Los investigadores descubrieron, además, que los grabados del antebrazo derecho –que muestran una pelea entre animales- eran más detallados y técnicos que los del izquierdo, lo que sugiere que fueron hechos por diferentes tatuadores o por el mismo artista autor en diferentes etapas de su vida.
Esto indica, según los especialistas, que el dibujo corporal no era simplemente una forma de decoración simbólica para la cultura Pazyryk, sino como un oficio especializado que requería habilidad técnica, sensibilidad estética y formación o aprendizaje.
El adorno de pájaro, cruz y pez estaban en la mano izquierda, el adorno floral estaba en la derecha
“Esta es una nueva forma de reconocer la autonomía personal en las prácticas de modificación corporal prehistóricas”, dice Caspari. Las nuevas fotografías muestran que los grabados de la mujer se hicieron con líneas de grosor uniforme.
Algunas se crearon con una herramienta multipunta probablemente hecha con un manojo de púas unidas con hilo o tendones, mientras que otras se hicieron con un instrumento más fino, de una sola punta. La superposición visible de las marcas reveló dónde el tatuador paraba y retomaba el trabajo, posiblemente en sesiones distintas.
Tatuajes cortados en la momificación
Otro detalle que llamó la atención de los investigadores es que muchos de los tatuajes de las momias de hielo fueron cortados durante el proceso de embalsamamiento, lo que podría significar que los Pazyryk no creían que el significado social o espiritual de los dibujos se transfiriera al más allá.
Al identificar por primera vez las manos individuales detrás de tatuajes antiguos, los arqueólogos han demostrado que los antiguos artistas siberianos no eran muy diferentes de los profesionales modernos. “Esto me hizo sentir que estábamos mucho más cerca de ver a las personas detrás de este arte, cómo trabajaban, aprendían y cometían errores. Las imágenes cobraron vida”, concluye.


