Un estudiante perdido bajo el mar halla los restos de un barco pirata español que explotó en un ataque a un puerto de Carolina del Norte en 1748

Arqueología

Los investigadores creen que los restos hallados cerca de Brunswick Town pertenecen al barco 'La Fortuna' 

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Los restos del corsario español 'La Fortuna' han sido descubiertos en la costa sur de Carolina del Norte EE.UU.) 

ECU Program in Maritime Studies

España también tuvo sus piratas. Íñigo de Arrieta, Pedro de Larraondo, Juan García, José Gaspar ‘Gasparilla, Ángel García ‘Cabeza de Perro’ o el más famoso de todos, Amaro Pargo, nombrado “señor de soga y cuchillo” por Felipe V y que operó durante la Edad de Oro de la Piratería alcanzando una fama similar a la de Sir Francis Drake.

Menos relevancia tuvieron los corsarios de La Fortuna, un barco español procedente de Cuba que explotó en 1748, en el cuarto y último año de la Guerra del Rey Jorge, durante un ataque en la costa sur de Carolina del Norte (EE.UU.). Ahora, sin embargo, han recuperado la fama perdida después de que arqueólogos de la Universidad de Carolina del Este (ECU) hayan descubierto sus restos.

Cuatro naufragios del siglo XVIII

Este y otros tres naufragios del siglo XVIII se encontraron entre mayo y junio cerca de Brunswick Town, un importante puerto colonial que fue el primer asentamiento europeo exitoso de la región de Cape Fear (llamada así por el miedo de los marineros del siglo XVI a naufragar en esta zona de Norteamérica).

Los muelles se utilizabas para exportar productos derivados del pino, como el alquitrán y la trementina, utilizados por la Marina Real Británica. Aún así, los investigadores que han estado inspeccionando la zona no esperaban encontrar una cantidad tan grande de embarcaciones y artefactos coloniales.

Una de las piezas de madera descubierta por los investigadores

Una de las piezas de madera descubierta por los investigadores

ECU Program in Maritime Studies

“La visibilidad [submarina] es habitualmente bastante baja en Cape Fear”, asegura Cory van Hees, estudiante de posgrado de ECU y protagonista del descubrimiento. Él y su compañero Evan Olinger estaban bajo el agua midiendo el ancho del Muelle Cuatro para delimitar el sitio.

El joven se desorientó mientras buceaba y se topó con vigas de madera que sobresalían del lodo cuando trataba de encontrar el extremo norte del muelle. “No entendía lo que estaba viendo en ese momento, pero sabía que debía contárselo a los profesores”, recuerda.

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Los codirectores del proyecto, los arqueólogos marítimos Jason Raupp y Jeremy Borrelli, creen que uno de los restos, compuesto por 47 maderos, es La Fortuna. Se basan en dos importantes pistas: la madera y los cientos artefactos cercanos, incluyendo cerámica española, botellas de vidrio, pipas de tabaco de arcilla, una azuela de tonelero, lonas para velas, zapatos de cuero, fragmentos de ropa y huesos de animales descuartizados.

Parte del fuste utilizado en la construcción de la nave provenía posiblemente de las especies centroamericanas del ciprés de Monterrey (H. macrocarpa) o el ciprés mexicano (H. lusitanica), lo que sugiere que los carpinteros navales utilizaron materias primas de una colonia española del Caribe para confeccionar el barco, según detallan los especialistas en un comunicado.

Un fragmento de cerámica española del siglo XVIII descubierto cerca del naufragio

Un fragmento de cerámica española del siglo XVIII descubierto cerca del naufragio 

ECU Program in Maritime Studies

Este descubrimiento se encuentra cerca de donde el buzo de Southport, Dennison Breece, recuperó en 1985 un cañón del siglo XVIII, presuntamente procedente del corsario español.

La Fortuna es el único buque español conocido que se hundió en esta zona. Los registros históricos indican que dos embarcaciones españolas anclaron frente a Brunswick Town el 4 de septiembre de 1748. Los piratas asaltaron la entonces ciudad inglesa, pero fueron sorprendidos por un contraataque de los colonos un par de días después. Durante esta contraofensiva, solo La Fortuna explotó y se hundió.

Tres naufragios misteriosos

Los otros tres naufragios siguen siendo un misterio. Aunque hay un denominador común. Todos presentan detalles de construcción y artefactos que sugieren que se utilizaron en el siglo XVIII, lo que significa que probablemente estén asociados con los 50 años de vida útil del puerto colonial de Brunswick Town.

Uno podría ser una nave que se usó para la recuperación de tierras en el paseo marítimo, otra podría ser una barcaza colonial que históricamente servía para transportar personas y mercancías entre el puerto y las plantaciones cercanas. El último barco apenas ha quedado expuesto.

La erosión está afectando los naufragios

La erosión está afectando los naufragios

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La erosión, sin embargo, ha afectado drásticamente el sitio arqueológico, dispersando los restos de las embarcaciones por una amplia zona. “Desafortunadamente, estos naufragios, la infraestructura costera y los artefactos están en riesgo”, asegura el doctor Jason Raupp.

De ahí que sea necesario continuar investigando la región. Por el momento ya se han documentado los restos y se ha iniciado su recuperación de emergencia. “Es muy improbable que alguno de los otros barcos sea español, pero no podemos descartar nada por el momento”, concluyen los expertos.

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