El ejemplar está protegido por una vitrina dentro de una de las casetas de la Fira del Llibre d’Ocasió, Antic i Modern de Barcelona. Tiene un manchurrón quién sabe si de café o de grasa en la cubierta y parece un poco desmadejado, pero se trata de una primera edición de la Aloma de Mercè Rodoreda y se vende a un precio asequible: 50 euros. Lo editó la Institució de les Lletres Catalanes en 1938 como obra galardonada en el premio Creixells.
Preguntamos al librero por una primera edición de La plaça del Diamant . “Esa novela está ya por encima de los 300 euros, más si el ejemplar está impecable. Ya repunta, y está bien que así sea”.
Rodoreda se mantiene muy viva en su ciudad, en su casa. Rodoreda está in da house , si se nos permite recurrir a la enfática jerga de los dj de los ochenta. Una novela suya inspira uno de los montajes teatrales del momento, sus libros circulan con fluidez y el CCCB se prepara para rendirle los mismos honores que en su día deparó a gigantes de las letras como James Joyce, Fernando Pessoa o Federico García Lorca.
Tejedora de temáticas universales con mirada contemporánea, la novelista de Sant Gervasi ha sido traducida a 40 idiomas.
La primera edición de ‘La plaça del Diamant’ supera con holgura los 300 euros
En el momento de su muerte en Romanyà de la Selva, en 1983, Mercè Rodoreda dejó una novela inacabada. Era La mort i la primavera (Club Editor), un viaje distópico al corazón de las tinieblas del ser humano que no se parece a ninguna otra obra de la autora de La plaça del Diamant . No parece a simple vista un libro fácil de trasladar a un escenario. Acaso, en el cine, podría dar pie a una fantasía de Guillermo del Toro o del mejor Tim Burton.
Joan Ollé se atrevió a llevarla al teatro en el TNC el 2019, y ahora es Marcos Morau quien repite la experiencia sobre el mismo escenario, adaptándola al lenguaje universal de la danza contemporánea.
La mort i la primavera de Morau es uno de los éxitos de este septiembre cultural en Barcelona, con más de 10.000 entradas vendidas en la sala Gran. El montaje de Morau no se basa, sino que se inspira en Rodoreda. Una obra como esta no resistiría una adaptación que quisiera ser fiel al texto. Pero las corrientes de fondo que atraviesan la novela circulan con gran poder evocador en esta apuesta.
En la dirección escénica y en la coreografía que ejecutan los bailarines de La Veronal encontramos la misma resignada aceptación de la violencia y del horror que hacen tan sombrío el texto de Rodoreda (y nuestra contemporaneidad); imágenes que evocan el choque entre lo cotidiano y lo extraordinario (como ese cochecito que recorre la escena para recoger los cadáveres que cuelgan del cielo) o la angustia existencial de los personajes sin norte.
Subrayan la narración las canciones de una Maria Arnal que renuncia a los caminos trillados al éxito para seguir experimentando con formatos rupturistas, ya sea de la mano del Sónar o, ahora, de la de Marcos Morau, que la hace deambular entre los bailarines como un alter ego retrofuturista de la propia Rodoreda.
Maria Arnal, en una escena de La mort i la primavera de La Veronal
El 5 de diciembre, el CCCB estrenará su exposición Rodoreda, un bosc , comisariada por la profesora Neus Penalba. Será un reconocimiento mayúsculo a una figura central de la literatura catalana en su propia ciudad, una Barcelona que carece de museos de autor pero donde sí existe un rincón que rememora el universo Rodoreda: el exquisito jardín donde crecen las plantas que poblaron sus novelas, creado por el Institut d’Estudis Catalans y por la fundación que defiende el legado de la novelista.
En este proceso de revitalización de la obra de Rodoreda, tal vez haya llegado la hora de plantearse si no convendría renovar la estatua que la recuerda en la plaza del Diamant de Gràcia, erigida en 1984. ¿Está escrito en algún lugar que las esculturas del espacio público deban durar toda la vida, en un momento en que el arte tiende hacia lo efímero, lo mutable, lo líquido? Aunque quizás bastaría con combinarla con una intervención contemporánea. Porque Rodoreda está in da house .
Un montaje que merece ir de gira
El montaje de La Veronal inspirado en La mort i la primavera de Mercè Rodoreda merece trascender las doce funciones programadas en el Teatre Nacional de Catalunya. Estrenada este verano en el teatro Malibran de Venecia, la obra ha sido coproducida por el Centro Danza Matadero de Madrid, ciudad donde recalará en el futuro. Aún no está decidido qué otras ciudades visitará. Llevar a otros países el montaje es una sugerente manera de promocionar el legado de Rodoreda.

