La sangre es la vida

La sangre es la vida
Periodista

La semana pasada me tocó un análisis rutinario; acudí en ayunas y sin café, claro. Mientras aguardaba mi turno, un paciente salió del cuartito de los pinchazos, se dirigió a la máquina dispensadora de agua y se bebió dos vasos del tirón, sin percatarse de que la sangre seguía manando por el orificio de la punción. Se puso perdido, el pobre. La manga de la camisa, el pantalón, el suelo. Mientras le taponaban la hemorragia, me quedé hipnotizada mirando la mancha rojísima, pensando en esa intimidad tan preciosa de glóbulos, plaquetas y leucocitos inútilmente derramada sobre las baldosas del consultorio. También me vino a la cabeza Stephen King. No por la siniestra enfermera de la novela Misery —¡menuda estocada en la vena!—, sino por culpa de un libro que me aguardaba en casa: Sangre. Historia íntima y cultural de un fluir constante . Un ensayo que acaba de publicar Ariel.

Stephen King es autor de obras tan conocidas como 'It'.

Stephen King es autor de obras tan conocidas como 'It'.

Terceros

La autora, Mar Gómez Glez, relata que el celebérrimo rey del terror se prestó a una firma multitudinaria de libros en Seattle durante ocho horas, mientras un asistente sostenía una bolsa de hielo sobre su hombro. Cuando ya llevaba un buen rato enzarzado en las rúbricas, Stephen King solicitó vendas debido a una herida en sus dedos, pues “su piel se quebró, endurecida por años de firmar ejemplares”. Cuando el escritor norteamericano manchó de sangre la portada del volumen que le había tendido un joven y se levantó para curarse, el siguiente en la fila exclamó: “¡No es justo!”. ¡Él también quería una gotita de la hemoglobina del maestro en su dedicatoria! El reclamo se extendió entre los presentes, fans del género de terror. Al parecer, King firmó aquella tarde 15.000 ejemplares, todos con su preceptiva huella, pero al finalizar el acto se sentía tan débil que tuvieron que llevarlo en volandas hasta su coche.

El ensayo de Mar Gómez Glez recorre la historia de la civilización a través de la linfa roja y esencial

Cierta o hiperbólica, la anécdota, referida también por Chuck Palahniuk en su libro Plantéate esto (Random House), es uno de los muchos hilos de la urdimbre de Sangre , donde Gómez Glez entrevera lo humanístico, lo científico e incluso lo personal en su indagación sobre la linfa vital, venerada desde que nuestros ancestros advirtieron que una pérdida masiva del fluido se traducía en muerte. Savia simple y única: a pesar de haber llegado a la Luna, los humanos no hemos sido capaces de fabricarla en un laboratorio.

Lee también

A lo largo de sus páginas, desfilan la revolución industrial, los vaticinios de Marx sobre el capitalismo succionador y Drácula ( “¡La sangre es la vida!”, dice el conde en la novela); el crimen y sus pesquisas; el cáliz de la eucaristía y las ofrendas de los aztecas a las deidades; la menstruación y sus tabúes; los avances en la técnica de la transfusión durante la carnicería de las dos guerras mundiales; o los vampiros de Silicon Valley, obsesionados con la eterna juventud. También lanza una advertencia: el peligro de que la sangre, el humor sagrado que nos iguala —hombres y mujeres, ricos y pobres, blancos y negros—, acabe convirtiéndose en moneda de cambio, en una transacción económica que nos separe.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...