Coincidiendo con la reapertura del Louvre, tres días después del espectacular robo de joyas históricas, la presidenta del museo parisino, Laurence des Cars, aseguró ayer, ante la comisión de Cultura del Senado, que “todas las alarmas y vídeos funcionaron”.
La información facilitada en sede parlamentaria por Des Cars, que no había realizado declaraciones públicas desde la jornada aciaga, desmintió algunas especulaciones e hizo aumentar todavía más la perplejidad ante lo ocurrido. Las alhajas imperiales y reales sustraídas han sido valoradas por el museo, en términos monetarios, en 88 millones de euros, aunque es imposible saber lo que pueden suponer como patrimonio histórico y cultural.
Des Cars afirma que “todas las alarmas y vídeos funcionaron” y Macron pide acelerar las medidas de seguridad
A pesar de que la alarma de la ventana del balcón por la que penetraron los ladrones se activó, así como los dispositivos de las dos vitrinas atacadas, no pudo evitarse la sustracción de las joyas, dada la velocidad con la que operaron los asaltantes. Des Cars insistió en que los guardias de seguridad, que no iban armados, respetaron al milímetro el protocolo previsto para estos casos, que es proteger al público y avisar a la policía, y destacó que no hubo ningún herido.
Durante la audición en la Cámara Alta, la máxima responsable del Louvre sí reconoció el estado de “degradación y obsolescencia de los equipos técnicos”, incluidos los de seguridad, sobre el que ella viene advirtiendo desde que asumió el cargo, en septiembre del 2021.
Laurence des Cars, presidenta-directora del Museo del Louvre, ayer en el Senado
“Hemos fracasado”, admitió la presidenta, visiblemente afectada por el episodio –habló de “un robo brutal”, “un drama”– y los ataques personales que sufre, y lamentó que, pese a sus advertencias, el robo se haya producido. “Es una herida profunda”, dijo. Des Cars confirmó que había presentado la dimisión el mismo domingo, pero la ministra de Cultura, Rachida Dati, la rechazó.
La presidenta del Louvre dejó claro una y otra vez, ante las preguntas de los senadores, que existen insuficiencias graves que deben subsanarse. La más urgente tiene que ver con la videovigilancia, sobre todo la del perímetro del museo, que calificó de “muy insuficiente”. No quiso dar más detalles sobre zonas o salas concretas para no “debilitar” al Louvre y exponerlo a otros robos. Sí dijo que la zona bajo el balcón por el que se colaron los ladrones no estaba cubierta con cámaras de vídeo. Des Cars recordó a los senadores que el Louvre no podrá estar nunca totalmente blindado. “Los museos no serán nunca fortalezas”, subrayó, y recordó que se trata de un edificio inmenso y antiguo, con nueve millones de visitantes al año.
Durante el Consejo de Ministros, el presidente Emmanuel Macron pidió “la aceleración de las medidas de seguridad” del museo, según indicó la portavoz del Ejecutivo, Maud Bregeon.
Visitantes en el Louvre el día de su reapertura
Por motivos obvios, la policía no ha facilitado informaciones sobre las pistas que siguen para localizar a los cuatro ladrones y a eventuales cómplices. Hay un gran operativo dedicado a la misión. Están en juego el prestigio y el orgullo del país.
Los investigadores disponen de muchos rastros que pueden ayudar, dado que los asaltantes dejaron atrás una de las joyas robadas, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, que quedó dañada, chalecos amarillos, las sierras utilizadas y un recipiente con gasolina que, precisamente para borrar pruebas, iban a utilizar para prender fuego al pequeño camión con el montacargas de mudanzas que usaron para acceder al balcón de la sala de Apolo donde estaban las joyas. Des Cars indicó, por cierto, que el personal de seguridad del museo sí evitó, con su presencia, que se prendiera fuego al vehículo, que había sido alquilado a una empresa especializada.
Una experta con el aval de Macron
La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, está viviendo una pesadilla después del robo, aunque ha recibido el pleno apoyo de Macron. Es fácil atribuirle el papel de chivo expiatorio, a pesar de que lleva años denunciando las deficiencias estructurales del museo. Ayer se quejó de la campaña de “denigración”. Algunos medios han hablado de gastos elevados de remodelación en un comedor y en las oficinas. Hija del periodista y escritor Jean des Cars, y nieta del novelista Guy des Cars, la presidenta del Louvre, experta en arte de finales del siglo XIX y principios del XX, tiene una larga experiencia en el sector. Presidió los museos de Orsay y de la Orangerie.

