La presidenta del Louvre reconoce la obsolescencia de los equipos de seguridad

Francia

Laurence des Cars admite en el Senado que han fracasado: “Es una herida profunda”

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Visitantes fotografían 'La Gioconda' en el Louvre el día de su reapertura tras el robo

Gonzalo Fuentes / Reuters

Coincidiendo con la reapertura del Louvre, tres días después del espectacular robo de joyas históricas, la presidenta del museo parisino, Laurence des Cars, aseguró ayer, ante la comisión de Cultura del Senado, que “todas las alarmas y vídeos funcionaron”.

La información facilitada en sede parlamentaria por Des Cars, que no había realizado declaraciones públicas desde la jornada aciaga, desmintió algunas especulaciones e hizo aumentar todavía más la perplejidad ante lo ocurrido. Las alhajas imperiales y reales sustraídas han sido valoradas por el museo, en términos monetarios, en 88 millones de euros, aunque es imposible saber lo que pueden suponer como patrimonio histórico y cultural.

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A pesar de que la alarma de la ventana del balcón por la que penetraron los ladrones se activó, así como los dispositivos de las dos vitrinas atacadas, no pudo evitarse la sustracción de las joyas, dada la velocidad con la que operaron los asaltantes. Des Cars insistió en que los guardias de seguridad, que no iban armados, respetaron al milímetro el protocolo previsto para estos casos, que es proteger al público y avisar a la policía, y destacó que no hubo ningún herido.

Durante la audición en la Cámara Alta, la máxima responsable del Louvre sí reconoció el estado de “degradación y obsolescencia de los equipos técnicos”, incluidos los de seguridad, sobre el que ella viene advirtiendo desde que asumió el cargo, en septiembre del 2021.

Paris (France), 22/10/2025.- The president and director of the Louvre, Laurence des Cars (C) looks on prior to being questioned by senators following the spectacular burglary at the Louvre, at the French Senate in Paris, France, 22 October 2025. The Louvre Museum was targeted in a robbery by several criminals who smashed windows to steal eight priceless royal pieces of jewellery on 19 October. (Francia) EFE/EPA/YOAN VALAT

Laurence des Cars, presidenta-directora del Museo del Louvre, ayer en el Senado

YOAN VALAT / EFE

“Hemos fracasado”, admitió la presidenta, visiblemente afectada por el episodio –habló de “un robo brutal”, “un drama”– y los ataques personales que sufre, y lamentó que, pese a sus advertencias, el robo se haya producido. “Es una herida profunda”, dijo. Des Cars confirmó que había presentado la dimisión el mismo domingo, pero la ministra de Cultura, Rachida Dati, la rechazó.

La presidenta del Louvre dejó claro una y otra vez, ante las preguntas de los senadores, que existen insuficiencias graves que deben subsanarse. La más urgente tiene que ver con la videovigilancia, sobre todo la del perímetro del museo, que calificó de “muy insuficiente”. No quiso dar más detalles sobre zonas o salas concretas para no “debilitar” al Louvre y exponerlo a otros robos. Sí dijo que la zona bajo el balcón por el que se colaron los ladrones no estaba cubierta con cámaras de vídeo. Des Cars recordó a los senadores que el Louvre no podrá estar nunca totalmente blindado. “Los museos no serán nunca fortalezas”, subrayó, y recordó que se trata de un edificio inmenso y antiguo, con nueve millones de visitantes al año.

Durante el Consejo de Ministros, el presidente Emmanuel Macron pidió “la aceleración de las medidas de seguridad” del museo, según indicó la portavoz del Ejecutivo, Maud Bregeon.

Visitantes en el Louvre el día de su reapertura

Visitantes en el Louvre el día de su reapertura

Gonzalo Fuentes/REUTERS

Por motivos obvios, la policía no ha facilitado informaciones sobre las pistas que siguen para localizar a los cuatro ladrones y a eventuales cómplices. Hay un gran operativo dedicado a la misión. Están en juego el prestigio y el orgullo del país.

Los investigadores disponen de muchos rastros que pueden ayudar, dado que los asaltantes dejaron atrás una de las joyas robadas, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, que quedó dañada, chalecos amarillos, las sierras utilizadas y un recipiente con gasolina que, precisamente para borrar pruebas, iban a utilizar para prender fuego al pequeño camión con el montacargas de mudanzas que usaron para acceder al balcón de la sala de Apolo donde estaban las joyas. Des Cars indicó, por cierto, que el personal de seguridad del museo sí evitó, con su presencia, que se prendiera fuego al vehículo, que había sido alquilado a una empresa especializada.

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