Bajo una enorme presión política y social, la policía francesa ha logrado un avance que puede ser decisivo en la investigación del histórico asalto al museo del Louvre, el domingo pasado, con la detención de dos sospechosos vinculados al robo de ocho joyas de la corona francesa, valoradas en 88 millones de euros. El botín, de momento, no ha aparecido.
Los arrestos tuvieron lugar la noche del sábado en el departamento de Sena-Saint Denis, al norte de París, tras conocerse que uno de los implicados, que ya se encontraba en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, planeaba huir a Argelia. El otro sospechoso detenido tenía previsto huir a Mali. Según fuentes policiales, ambos detenidos, en la treintena, cuentan con antecedentes y podrían haber actuado por encargo, en una operación minuciosamente planificada que involucró un pequeño camión con plataforma elevadora y sierras eléctricas para forzar vitrinas en la emblemática galería de Apolo. No desconoce el papel exacto de los dos detenidos en el asalto.
En el momento de la detención, se incautaron teléfonos móviles, una suma considerable de dinero en efectivo y prendas presuntamente utilizadas durante el robo. Permanece abierta la investigación para identificar al resto del grupo y localizar el botín, mientras los detenidos han sido puestos bajo custodia policial y están siendo interrogados por la policía. Según la ley francesa, estos primeros interrogatorios pueden prolongarse durante 96 horas.
Ha sido determinante el trabajo de la policía científica, que encontró muchos indicios de ADN y otro material en los objetos y prendas abandonadas por los ladrones después del robo.
El golpe, perpetrado en menos de siete minutos el pasado 18 de octubre, desató la alarma sobre la seguridad en el principal museo del país. Durante la huida precipitada, los ladrones abandonaron parte del material utilizado y al menos una de las piezas sustraídas. La investigación continúa para identificar y detener al resto de los integrantes de la banda y recuperar el botín robado, mientras la opinión pública y las autoridades aumentan la presión para esclarecer el “robo del siglo”.
Como medida preventiva, parte de las joyas históricas todavía presentes en el Louvre fueron trasladadas el viernes al Banco de Francia, bajo una fuerte escolta policial, para garantizar de seguridad. La propia presidenta del museo, Laurence des Cars, durante una audiencia en el Senado, no quiso dar detalles concretos sobre los déficits de protección de las colecciones para no dar pistas para futuros robos.
El ministro del Interior, Laurent Núñez, felicitó con vehemencia a los investigadores por el éxito de las detenciones, “que han trabajado sin descanso”. En un mensaje en la red X, Núñez advirtió, sin embargo, que “las pesquisas deben proseguir respetando el secreto de la investigación, bajo la autoridad de la jurisdicción interregional especializada de la fiscalía de París”. “¡Se hará con la misma determinación! -concluyó- ¡Continuamos!”

