Antón Castro, poeta, narrador, periodista cultural nacido en Galicia en 1959 e instalado en Zaragoza desde 1978, atraviesa lo que se dice una buena racha; un justificado reconocimiento de madurez. El realizador Javier Calvo acaba de llevar al cine su novela autobiográfica Cariñena, donde relata la etapa juvenil como objetor de conciencia y recolector de vides. “Una historia de descubrimientos”, en la que el protagonista “se descubre a sí mismo enfrentándose a sus miedos, a sus recuerdos y torpezas, y descubre Aragón a través de su vocabulario, costumbres, paisaje y cultura”, en palabras del novelista Julio José Ordovás. Cariñena, vino del mar, protagonizada por Diego Garisa, Alejandro Bordanove e Itziar Miranda, se ha estrenado con muy buenas críticas en Zaragoza, Madrid y otras ciudades, y llegará a no mucho tardar a Barcelona.
En la pasada primavera Antón Castro -viejo amigo del autor de estas líneas, y ocasional colaborador del Cultura/s - recibió el Premio de las Letras Aragonesas, compartido con el bibliófilo y ensayista José Luis Melero. Nada más adecuado para su trayectoria que este galardón, ya que en su extensa producción editorial son abundantes las obras dedicadas a cuestiones culturales de su tierra de adopción, como la guía Aragón. Excursiones a lugares mágicos, el libro de artista Los sitios de la Zaragoza inadvertida o el conjunto de crónicas Pasaron por aquí, donde relata el periplo maño de figuras como Virginia Woolf, Benito Pérez Galdós, Walt Disney o Bruce Springsteen. Además de que nuestro hombre ha apoyado como pocos el deslumbrante despegue de las letras aragonesas en los últimos tiempos -Irene Vallejo, Manuel Vilas, Luz Gabás...- desde el suplemento Artes&Letras del Heraldo, que dirige.
⁄ Dirigida por Javier Calvo y protagonizada por Diego Garisa, Alejandro Bordanove e Itziar Miranda, se ha estrenado en varias ciudades españolas
Con motivo del premio de las Letras, el gobierno de Aragón le ha publicado la antología La emoción de vivir, donde se recogen distintas facetas de su trabajo. Con poemas como Versión original, dedicado a la pintora Lina Vila y al fallecido escritor Félix Romeo, donde el autor sueña con montar “un cine de versión original”, “donde se escuchen todos los idiomas del planeta. Un cine para soñar /con todos los soñadores de la tierra”, plasmando una cinefilia que resulta recurrente en sus páginas. O el recuerdo al periodista de Andalán Eloy Fernández Clemente: “El periodismo te permitía indagar, conocer, llegar al alma humana. Te gustaba la gente y lo dabas casi todo por una buena historia”.
En el capítulo de prosa hay apuntes de viajes, perfiles como el que dedica al ya citado José Luis Melero, “El amanuense de la perfección”. También relatos breves, a menudo protagonizados por fotógrafos -una dedicación que el propio Castro practica de forma recurrente- y personajes del mundo de la cultura.
Algunos de estos relatos surgen de su libro reciente Periferias del deseo (editorial Pregunta), donde abundan los rituales de seducción, la geografía aragonesa- con un apartado dedicado a Garrapinillos, la localidad donde reside- los equívocos y las historias de amor imposible.
Son numerosos los personajes de la vida cotidiana que le regalan historias curiosas o casi inconcebibles. El cocinero que percibió el túnel de después de la vida. El informático que sale en bicicleta y ve una cigüeña antes de recibir en casa una singular noticia. El pintor que se apasiona por una sirena rusa. El jubilado que tuvo dos amores y los perdió a los dos.
En uno de los relatos, Castro plasma las andanzas de una ladrona de libros que opera en distintas librerías aragonesas y gallegas. Finalmente en una de El Corte Inglés la detienen, y durante el interrogatorio un miembro del equipo de seguridad pregunta: “¿Qué tendrán los poetas que tantos quebraderos de cabeza nos dan? Casi todos los días nos roban uno” .