Los cinco integrantes de la Manada de Castelldefels se sientan a partir de este martes en el banquillo de los acusados por las tres violaciones que cometieron y de las que se jactaron en el grupo de WhatsApp que compartían. La Fiscalía reclama para ellos penas que van de los 28 a los 53 años de cárcel por agredir sexualmente a tres mujeres entre marzo y mayo de 2021 y grabar sin su consentimiento a una cuarta mientras mantenían relaciones sexuales y luego difundir el vídeo en un grupo de WhatsApp.
Los acusados eran un grupo de hombres, algunos casados, con parejas y uno con hijos, que aprovechándose de las restricciones de movilidad de la covid entre las 22h y las 6h montaban encuentros en casa de unos de ellos en Castelldefels. El dueño de la casa, alias El Cubano , era el que se encargaba de seleccionar a mujeres en las redes sociales para invitarlas a una supuesta cita que se acababa convirtiendo en una trampa. Lo que debía ser un encuentro a solas se tornaba en una supuesta fiesta en la que aparecían los demás acusados, la incitaban a beber para que perdiera capacidad de reacción para luego agredirla sexualmente.

Los integrantes dela Manada de Castelldefels en las fotos halladas en sus móviles
Los acusados creaban “un clima de sometimiento” para mermar la capacidad de reacción de las víctimas”
Según la fiscalía , “los integrantes del grupo acudían con el conocimiento y voluntad de atentar contra la indemnidad sexual de las jóvenes, creando en dicha vivienda un clima de sometimiento que llegó a mermar e incluso anular la capacidad de reacción de las perjudicadas”.
En WhatsApp se jactaban de sus agresiones. Bautizaron el grupo como K-Team, al que llegaron a añadir el apellido ‘ La Manada’ o ‘ La Manada Returns’ en alusión a los violadores de Pamplona. “Cuando vaya bien borracha y cachona es el momento de picar a la puerta”, indicaba uno antes de un encuentro.
“Le fallan los dientes pero es follable ”, escribía otro con desprecio. “Vale, le hacemos doble penetración, yo lo grabo todo”, revelaba otro.
Entre los acusados había consciencia de lo que hacían. En una ocasión, uno de ellos escribió: “te pasaría el teléfono de una que es muy guarra y está bien, pero no me fío porque a esa sí que la veo capaz de denunciarme”.
La primera víctima era una mujer a la que conocía El Cubano de años atrás y sabía que padecía una discapacidad con distonía generalizada y epilepsia que la obligaba a tomar medicación. El 27 de abril de 2021 fue a la vivienda de Castelldefels cuando para sorpresa de la víctima aparecieron los demás procesados. Los integrantes de la trama le fueron ofreciendo alcohol “siendo todos conocedores de que había tomado previamente medicación para su enfermedad hasta que alcanzara un estado de total embriaguez. Allí la agredieron sexualmente. “La presencia de los cinco procesados en una habitación de tan reducido tamaño” provocó que la mujer “viera anulada su capacidad de reacción al tiempo que escuchaba por parte de los procesados expresiones tales como no veas cómo aguanta para como está, estás siendo una campeona”, denuncia el fiscal.
La denuncia que interpuso la primera víctima llevó a detener a los integrantes del grupo y a descubrir las demás agresiones que grabaron con su teléfono móvil. A la segunda víctima también la contactó el Cubano , en este caso, por Instagram. Acudió a su casa y también de forma sorpresiva se encontró con los demás procesados. Allí bebió que tanto que su voluntad quedó completamente anulada. “Ante el pánico a sufrir un ataque mayor a su libertad sexual por la presencia del resto de los procesados en la vivienda, se dejó hacer para evitar un mal probablemente mayor al que ya había sufrido”, detalla el fiscal. El mismo método utilizaron con la tercera víctima a la que llegaron a inmovilizar y le introdujeron un botellín de cerveza por la vagina mientras un miembro del grupo lo grababa y lo compartió luego en su grupo de WhatsApp.
Y a la cuarta, aunque las relaciones fueron consentidas, la grabaron sin permiso y compartieron el vídeo en el grupo. Los acusados llevan en prisión desde el 21 de diciembre de 2022.
El Cubano , de 34 años, tenía novia y trabajaba en una farmacia. El segundo acusado, rumano de 36 años, tenía pareja y vivía en Viladecans. Se había formado como celador en urgencias. El tercer acusado, español de 34 años, vivía en Castelldefels; el cuarto, español de 30 años, estaba divorciado y tenía un hijo pequeño. Y el quinto, español de 33 años y vivía en Castelldefels.