Con la revolución de los claveles empezó todo. Era el 25 de abril de 1974 y la emisión por la radio de la canción Grândola, vila morena fue el detonante para derribar pacíficamente la dictadura que gobernaba Portugal. Un año y medio después, sin tanta épica, Franco moría en una cama de hospital y empezaba la transición democrática también en España.
En 1974, tres jóvenes comprometidos con la democracia viajaron a Lisboa para vivir en directo aquella revolución. Ahora, medio siglo más tarde, dos de ellos vuelven a la capital portuguesa para revivir aquel momento ilusionante y repasar toda su vida, privada y política, con claroscuros y secretos que salen a la luz. Todo eso pasa en Clavells, la obra de Emma Riverola que ha girado por media España en castellano y ahora se estrena en catalán en el teatro Goya de Barcelona, dentro del festival Grec. En el escenario, Silvia Marsó y Abel Folk, que también es el director, interpretan a estos dos amigos.
“Uno de los personajes tenía que ser mujer, porque los 50 años de democracia los hemos vivido muy distinto”
La autora explica cómo empezó todo: “ Abel, que estaba de gira con Puertas abiertas, me llamó proponiéndome hacer una obra política, para poner en valor todo el camino que hemos hecho y los peligros que nos rodean. Eso debió de ser hacia el 2021, por lo tanto fue clarividente con todo lo que ha pasado después con la ultraderecha en el mundo”.
“Planteé que el motor de la obra fuera la relación de dos personas y sus vidas. La política los afecta, aunque está en el trasfondo. Era importante que uno de los dos personajes fuera una mujer, porque estos cincuenta años de democracia los hemos vivido muy distinto los hombres de las mujeres”, continúa Riverola. “Ante todo este miedo, queríamos reivindicar la esperanza. Buscamos un momento simbólico y escogimos la revolución de los claveles. También la transición, pero quizá no fue impecable. En cambio, con la revolución de los claveles se acabó la dictadura en el país vecino sin una gota de sangre”.
Y añade: “Pensé en dos personas que pudieran ofrecer dos visiones de la izquierda. Ella es filósofa de izquierdas, muy crítica con la izquierda. Él es un político pragmático, honesto, buen momento para reivindicarlo, y él piensa que es cuestión de ir haciendo cosas para la gente”.
La actriz Silvia Marsó manifiesta: “Las mujeres hemos sido víctimas todos los siglos, y en esta obra se ve muy claro a través de mi personaje. Lo tenía todo para ser una política relevante, pero lo tiene que dejar por una circunstancia, que no revelaremos. Escribió y estuvo bien, pero no se pudo dedicar a aquello para lo que se había preparado”.
“Es quizá la función de la que estoy más contento de hacer, y he hecho muchas”, señala Abel Folk
Y el actor Abel Folk declara: “Son dos personajes que se reencuentran al cabo de 40 años de no verse por un hecho traumático. Todo pasa una noche en una casa. Con 18 años supieron que se estaba preparando algo grande en Lisboa y tres amigos se fueron en coche. Después los tres militan en el mismo partido, pero acaban separados. Mi personaje llega a ser presidente del gobierno, pero no acaba la legislatura, por eso lo llaman ‘el breve’. A los dos personajes les cambia mucho la vida durante la función, porque había muchas cosas que no sabían”.
“De las obras de Emma me parece maravilloso como paso de lo universal al hecho más personal –continúa el actor–. Estos dos personajes son dos personas cultas, con un gran sentido del humor, con mucha inteligencia. Pero las dos han fracasado en el ámbito profesional”. Y concluye: “Es quizá la función de la que estoy más contento de hacer, y he hecho muchas”.