Además de para comprobar que el Barça de Hansi Flick sigue igual de arrollador que la temporada pasada, incluso más, la 60.ª edición del Trofeu Joan Gamper sirvió para que dos ilustres exblaugranas volvieran, por un día, a la que fue su casa.
Hace justo un año, precisamente en la previa del pasado trofeo Gamper, Sergi Roberto se despidió del club de su vida tras 18 años, 373 partidos y 29 títulos. El de Reus, primer capitán barcelonista hasta el pasado verano, pisó este domingo el césped del Johan Cruyff como jugador del Como y, por primera vez, siendo rival del Barça.
En el partido lo hemos intentado, pero son muy buenos. Los tres de delante van como motos. Les deseo toda la suerte del mundo”
“Ha sido especial por ver a mis compañeros y volver a casa. En el partido lo hemos intentado, pero son muy buenos. Los tres de delante van como motos. Les deseo toda la suerte del mundo”, dijo tras el partido el centrocampista, capitán de inicio de los italianos y sustituido en el minuto 25 con una ovación, la que no pudo tener en su despedida del Barça.
Roberto, que departió con sus excompañeros y con Laporta, ensalzó también el “proyecto del Como”, “la mejor” opción para seguir su carrera, donde está “aprendiendo mucho de un muy buen entrenador”. Ese técnico es Cesc Fàbregas, el otro exbarcelonista que regresaba. El de Arenys no se cruzaba con el Barça desde los octavos de la Champions del 2018, como jugador del Chelsea. También volvió Álex Valle, que sufrió una pesadilla ante Lamine Yamal.
“Estoy contento, pero debemos mejorar en defensa y la presión”, señaló, por su parte, Hansi Flick, que también calificó de “muy importante” haber solucionado la problemática entre Ter Stegen y el club.
“La presión es innegociable. Este año hemos de seguir así”, secundó a su técnico Fermín López, MVP del partido. “Me quiero quedar aquí, es mi sueño, y me quedaré”, zanjó los rumores el andaluz.