En la segunda mitad, la entrada de Frenkie de Jong mejoró la circulación de balón. Juntó al equipo con sus conducciones y provocó los saltos de los centrocampistas rivales con toques repetitivos a Pedri y viceversa. Eso no significa que Casadó no sea un seis válido, ni mucho menos, sino que el contexto de partido era más apropiado para el neerlandés. Precisamente de sus botas salió el centro del 1-2 de Lewandowski. El delantero polaco tardó únicamente cuatro minutos en ver portería. El paso del tiempo le va limitando la agilidad y la explosividad, pero no el instinto. Es un rematador inigualable.
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