El fallecimiento de Xabier Azkargorta me causó una fuerte impresión. No solo por el hecho de ser una persona clave en el devenir de mi vida, sino porque pude conocer a una persona maravillosa, culta, respetuosa y con un afán de curiosidad máxima. Al igual que afirmo que el hecho de haber tenido unos padres maravillosos me ha marcado una manera de concebir la vida que en muchísimas ocasiones me ha acercado a mi plenitud personal, la figura de Xabier también lo hizo. Por eso su fallecimiento me hizo entrar en un análisis de todas aquellas personas que me han influido positivamente. A día de hoy puedo decir que aquel adolescente que por primera vez y durante mucho tiempo tuvo que enfrentarse a la vida lleno de dudas y miedos, se ha transformado en un hombre de 64 años que vive su vida con una plenitud que jamás pudo soñar. Y muchas personas han sido responsables de ello.
Siendo cierto que todas las cosas que ahora me rodean y que me generan satisfacción, me han costado mucho. También es cierto que siempre que parecía que la balanza se decantaba hacia el lado negativo, ha aparecido alguien, que me ha impulsado hacia adelante. Como hizo Xabier. Fui un jugador sin la formación futbolística adecuada, jugué con el equipo del colegio hasta los 20 años, pero gracias a él tuve la oportunidad de jugar en Primera. Siendo jugador del Sabadell tomé la decisión de abandonar el fútbol y retomar mis estudios de manera seria. Y con la decisión ya tomada, coincidí con él en la barra de una discoteca, donde se hacía la entrega de unos premios. Allí cariñosamente se dirigió a mí, me preguntó por mi futuro y al decirle que me retiraba, va y me propone fichar por el Espanyol. Al día siguiente pensaba que todo era una fantasía provocada por un sueño nostálgico.
Gracias a Azkargorta tuve la oportunidad de convertirme en un futbolista de Primera
Hoy dirijo una pequeña empresa con gran prestigio en nuestro sector y acompañado de un auténtico equipazo, estoy y ellos lo saben, muy orgulloso de cada uno de mis compañeros. Ha supuesto poner mucha pasión, muchísimo esfuerzo, pero ahora estamos en el mejor momento de nuestra trayectoria. Y en este ámbito también tuve como en el fútbol a Xavier, un gran mentor.
En este caso se trata del Dr. José Duran von Arx con el que estuve innumerables madrugadas trabajando, ayudándole con sus presentaciones para poder empaparme de toda su sabiduría y pasión por su profesión.
Por eso creo útil lanzar este mensaje. A todos aquellos jóvenes deportistas o no, que ante las dudas que genera la vida, que no son pocas, decirles que busquen el mejor mentor posible. Y que en muchas ocasiones no siempre es así. Prioricen el mentor al salario. Los mentores siempre actúan ofreciéndote un interés compuesto.