Las curvas de la fachada de la Pedrera de Gaudí contrastan con la perfección de la pendiente de la rampa de salida que tiene delante de si buscando una imagen icónica. De ahí, del centro de Barcelona, parte la Vuelta a España femenina. Huía de las líneas rectas el arquitecto modernista de la misma manera que los diseñadores de cuadros aman los tubos planos, finos, minimalistas para las bicicletas de contrarreloj para cortar el viento como un cuchillo. Las dos concepciones, la decorativa-artística y la funcional-científica, se dieron la mano en la contrarreloj por equipos inicial de la carrera en la capital catalana.
El público, agolpado en las vallas, los que son aficionados al ciclismo y los que son turistas que pasean y se encuentran con la grata sorpresa en medio de su viaje, se sorprende de la velocidad de las ciclistas, con sus cascos futuristas, sus manillares aerodinámicos, sus monos ajustados y las ruedas lenticulares. Es lo que tiene el ciclismo, espectáculo popular para los entendidos y los curiosos. Y es una postal magnífica para una ciudad que luce radiante en primavera a la espera del 'Grand Départ' del Tour en el verano del 2026.
A los 38 años
Van Dijk dio a luz a su hijo Faas en octubre del 2023, el año pasado se reincorporó a la competición y el equipo la premió con el maillot rojo
A 51 km/h devoran el recorrido por las calles de Barcelona, subida por Aribau, Diagonal arriba y abajo, paralelas al tranvía, bajada por Muntaner y meta en Mallorca. Las buenas rectas del Eixample son una alfombra para las buenas rodadoras de la Vuelta y pone a prueba a las escaladoras.
Y no hay mayores especialistas que las del equipo Lidl-Trek, que ganaron el año pasado en Valencia en la misma modalidad y también en el 2022. Basta con mirarlas en la rampa, enfrente de la Casa Milà. Son siete y tres de ellas (la británica Henderson, la neerlandesa Markus y la danesa Norsgaard) visten con los colores de sus banderas nacionales, maillots que las acreditan como campeonas de su país en contrarreloj.
Ellen van Dijk saluda en el podio ya vestida con el maillot rojo
Son las favoritas y no fallan. Cuando pasan por Francesc Macià siguen todas juntas, sincronizadas y protegiendo bien a la neozelandesa Fisher-Black, su líder en la montaña. Pero es que además de ser una jornada ideal para ellas, tienen una motivación especial. Se celebra el día de las madres y es el único equipo que tienen dos ciclistas que han dado a luz, las veteranas Lizzie Deignan (36) y Ellen van Dijk (38).
Pedalean con un triple objetivo: conseguir la victoria, de situar a Fisher-Black por delante de Vollering y del resto de favoritas y de obsequiar a Van Dijk, que en octubre del 2023 fue madre del pequeño Faas, con el maillot rojo. Paran el crono en 9m30s y la poderosa neerlandesa, muy querida en el equipo –lleva siete años en la estructura-, es la primera en cruzar la línea de meta.
“El director me ha dicho antes de salir que sería bonito que yo pasase primero la línea de meta. Es algo de todo el equipo pero es especial que hayan querido que sea yo la que vista el maillot de líder”, confiesa Van Dijk, feliz por el resultado y por ser la primer líder de la Vuelta 2025. “Este triunfo es de los mejores porque podemos celebrarlo todas juntas”, comparte el éxito con sus compañeras.
