A falta del último examen, una trampa a todas luces con un dos por uno de alta montaña y sterrato en la parte final del recorrido, ya es un hecho que Isaac del Toro tiene en sus piernas la victoria de este Giro de Italia. Solo tiene 21 años, es cierto, no parece ser un escalador como Carapaz, su principal rival, pero su cadencia hipnótica cuando agarra el manillar y se pone a mover vatios erguido sobre la bicicleta indica que es uno de los elegidos. Este viernes, en la penúltima prueba, un infierno en la tierra con 5.000 metros de desnivel y cinco puertos, tres de ellos de primera categoría, aguantó el duelo que le planteó Richard Carapaz. Y no solo eso, el ataque del ecuatoriano y su mejor final le permitieron agrandar su ventaja ante todos sus rivales. Jornada redonda.
Siempre que hay dos etapas de alta montaña de forma consecutiva existe el riesgo de que la prudencia sea la máxima entre los favoritos. Y más si las fuerzas, como sucede en esta ocasión, ya están justas. Y así transcurrió la antepenúltima etapa de este Giro, de 166 kilómetros desde el Piamonte al Valle de Aosta, rodeado de montañas infieles a muchos campeones. Cuatro valientes se marcharon en busca de la victoria: Prodhomme, Verona, Tiberi e Igor Arrieta. Pero el más hábil, también el más fuerte, fue el francés, que atacó en el Col de Joux, el penúltimo puerto y el más duro de la jornada, y aprovechó que por detrás muchos de los hombres fuertes de la carrera sentían que podían perder más que ganar con un ritmo más importantes.
Solo Visma (Yates) y Education First (Carapaz) intentaron endurecer la carrera en la parte inicial. Pero cuando llegó el momento de la verdad UAE tomó el mando para proponer un ritmo bobalicón. Eso invitó a Carapaz a hacer un test. Un ataque para ver como tenía de cargados los tanques de energía el mexicano. Yates y Del Toro apenas sufrieron.
El puerto definitivo, el Antagnod de segunda categoría, no parecía terreno para abrir distancias, pero Carapaz volvió a exigir al máximo a sus rivales. Cedieron todos excepto Del Toro, “Torito”, como ya le llaman en todas las cunetas. No paró el ecuatoriano, consciente de que también necesitaba ampliar distancias sobre Simon Yates. Ganó la etapa Prodhomme de forma merecida tras estar todo el día escapado. Y tras él apareció Del Toro, más rápido que Carapaz en el sprint para sumar seis segundos de bonificación por los cuatro de su rival. Yates cedió medio minuto más.
Lo que queda es un auténtico ‘tappone’, con la subida a Finestre, donde un escalador puro como Carapaz puede hacer mucho daño, y el final en Sestriere. Allí se decidirá el ganador de este Giro de Italia, que ha descubierto a un diamante ya pulido en Isaac Del Toro.