Dortmund le sirvió como catapulta hacia la élite pero después no tuvo piedad de sus antiguos colores. En el Rühr se hizo un nombre, brilló y triunfó procedente del Lech Poznan pero más tarde se convirtió en su aguijón implacable. Robert Lewandowski llegó al Borussia con 22 años y se marchó, de dulce, a los 26 tras ser el estilete del desenfadado y estruendoso conjunto de Jürgen Klopp, que llegó a ser subcampeón de Europa, como el Dortmund actual. No se fue a un cualquiera sino al principal adversario en Alemania, el Bayern. Por eso su regreso al Signal Iduna Park se convirtió en tan cotidiano como temido. Desde que dejó el club ha jugado 23 partidos contra el Dortmund y le ha metido la friolera de 26 goles, con 2 tripletes y hasta 6 dobletes.
Lewandowski ya volvió a Alemania como azulgrana. Fue ante el Bayern, en su campaña de estreno en Barcelona, y no tuvo una brillante actuación en el Allianz Arena, fallando una ocasión clara y siendo bien marcado por Upamecano. Tenía más valor sentimental, aunque no resultara el jugador preferido de la afición muniquesa. Era su primer cruce con el Bayern tras dejar el gigante bávaro. Ahora, en Dortmund, espera seguir con los buenos recuerdos que le trae ver puerta contra el Borussia.
Con el Borussia fue subcampeón de Europa a las órdenes de Jürgen Klopp
Llega el polaco al partido en una situación dicotómica. Su inicio de temporada, como el del Barça, superó todas las expectativas. Ha metido 23 tantos, 7 de ellos en la Champions, donde con sus dos dianas ante el Brest superó el centenar. Ha enseñado que sigue manteniendo el olfato despierto y se le vio más rápido y ágil que en el ejercicio anterior. Con ese Lewandowski rejuvenecido el Barça podía aspirar a dar un salto de calidad. Pero en los últimos encuentros ha vuelto una versión más anquilosada del atacante, de 36 años. Pasivo contra el Las Palmas, carne de banquillo en Mallorca, un toque de atención teñido de dosificación, y sustituido en el Villamarín pese a abrir el marcador y con el encuentro por resolver, el Barça necesita a un Lewandowski con más implicación y energía. No solo un “palomero” del área que esté con la caña a punto. “El equipo necesita a Robert y Robert necesita al equipo. Un jugador solo no puede ganar. Él siempre es clave para nosotros en el área”, dice Flick
En su primer regreso a Alemania con el Barça, en Munich, Lewandowski no marcó
Ya intenta Hansi Flick protegerle lo que puede de presionar en primera línea pero una cosa es que no se exprima sin balón y otra que se convierta en un espectador a la espera que le lluevan pases de gol. Se le requiere al menos molestando al rival y descargando balones cuando el equipo tenga dificultades en la salida desde atrás, circunstancia que ocurre con mucha frecuencia últimamente. Flick así lo espera.