Como si fuera el tercer tiempo del partido de Liga en Montjuïc y no el encuentro de Copa en Mestalla. Como si aquella sinfonía se hubiera mantenido y los futbolistas no hubieran cambiado de ciudad y de escenario. Porque a la media hora el Barça ya había liquidado la eliminatoria y ya había sentenciado su clasificación. Para entonces mandaba por 0-4 con un triplete de un estelar Ferran Torres, profeta en su tierra pero como visitante, y con una exhibición aplastante. Otra, para ser más preciso, tras el 7-1 que le había endosado el Barcelona al Valencia el pasado 26 de enero en el Olímpic. Disputará el Barça las semifinales, donde sus potenciales rivales son el Madrid, el Atlético y la Real Sociedad. Ahí es nada.
Flick puso de su parte para que así fuera. Porque repitió el once de esa goleada, con un solo cambio, el de Pedri, que aquel día tenía gastroenteritis, por Marc Casadó. El alemán volvió a apostar por Eric García, De Jong, Fermín y Ferran y la decisión le salió que ni pintada. Porque el central estuvo inmaculado, el neerlandés creciente, Fermín fenomenal y el valenciano merece un capítulo aparte. Embocó los tres primeros remates que tuvo. Pidió perdón, casi no los celebró pero los materializó.
Mientras, Mestalla, que empezó con su singular voltaje de toda la vida, se venía abajo, con un sector del público que se marchaba a casa ante el sonrojo y el resto que insultaba a diestro y siniestro, con gritos sobre todo contra el propietario, Peter Lim. Porque este Valencia jugó como un alma en pena. Claro que su entrenador, Carlos Corberán, colaboró a que así fuera porque colocó un once repleto de suplentes, con jugadores sin el punto mínimo de forma, como Diakhaby, tras once meses lesionado, y con sus mejores hombres en el banquillo o en la grada. Y es que el Valencia lucha por evitar el descenso y el domingo recibe al Leganés, un rival directo. Ese es su triste presente.
A la media hora el Barcelona ya mandaba por 0-4 con un triplete de Ferran Torres
Muy distinto al del floreciente Barça de Flick, que no tuvo piedad en un arranque espectacular. Pisando el acelerador desde el principio. Buscando la profundidad. Balde levantó el periscopio e hizo uno de los mejores pases de su vida para el desmarque de Ferran, que metió el primero con un tiro raso. Pronto llegaría el segundo del valenciano. Pedri, descomunal, combinó con Raphinha al espacio. El brasileño, generoso, dejó solo a Lamine Yamal, que disparó al poste. El rechace lo cazó Ferran.
El partido estaba definido. No sólo por el 0-2, sino por la diferencia de calidad y de confianza entre unos y otros. De nada le sirvió a Corberán dibujar una defensa de cinco, con tres centrales. No había por donde cogerlo y Pedri se encargó de que no hubiera reacción posible. El canario vio el desmarque de Fermín y le puso un caramelo. El andaluz sorteó a Dimitrievski y marcó a placer.
El festival tuvo continuación, con el tercero de Ferran. De nuevo Pedri habilitó a Raphinha, que hizo de pantalla y cedió el balón al de Foios para que encontrara la red desde la frontal.
El único peligro a partir de ese momento era no sufrir ninguna lesión. Menudeaban entonces las entradas de la impotencia. Como una que sufrió Cubarsí y otra que recibió Pedri.
Fermín y Lamine Yamal fueron los autores de los otros goles
Al descanso Flick tomó la determinación, lógica, de reservar efectivos y retiró al joven central y a Balde. Entraron Iñigo Martínez, que reapareció tras su lesión, y Gerard Martín.
El monólogo del Barça siguió ante un Mestalla espectral, que también silbaba a sus futbolistas. Lamine rozó el quinto. Se topó de nuevo con el palo y se quedó frustrado pues quería su gol. Lo terminó encontrando poco después con un remate mordido que rozó en un defensa y que se comió el portero. Casi cómico pero vale igualmente. En ese instante ya se trataba de la mayor goleada de la historia del Barça en terreno valencianista. Nunca había ganado en este estadio por cinco de diferencia.
Ahora sí la desbandada en las gradas fue notoria. Hasta se escuchaban las instrucciones de los entrenadores. Quedaba aún media hora y Flick determinó el regreso de Dani Olmo, que casi marca el sexto, y minutos para Casadó, que se estrenó en la Copa. Hasta Héctor Fort tuvo su ratito. Todo a pedir de boca porque el partido fue un recreo barcelonista. Incluida la mofa del público que quedaba hacia sus jugadores, a los que coreó con olés cuando enlazaron tres pases. Inefables.
Ficha técnica:
Valencia, 0 - Barcelona, 5
0 – Valencia: Dimitrievski; Aarons, Mosquera, Diakhaby (Tárrega, m.64), Yarek, Jesús Vázquez; Fran Pérez (Diego López, m.64), Hugo Guillamón (Barrenechea, m.81), Pepelu, Sergi Canós (Iván Jaime, m.72); Sadiq (Rafa Mir, m.72).
5 – Barcelona: Szczesny; Koundé (Font, m.79), Eric, Cubarsí (Gerard Martín, m.46), Balde (Iñigo Martínez, m.46); De Jong, Pedri (Casadó, m.64), Fermín; Raphinha (Dani Olmo, m.64), Ferran y Lamine Yamal.
Goles: 0-1, m.3: Ferran. 0-2, m.17: Ferran. 0-3, m.23: Fermín. 0-4, m.30: Ferran. 0-5, m.59: Lamine.
Árbitro: Ortiz Arias (Comité madrileño). Amonestó a Fran Pérez, Sadiq por parte de los locales.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en estadio de Mestalla ante 46.806 espectadores.