El Barça olvidará pronto el partido que se vio obligado a remontar en Valladolid. Pero no los puntos. Porque es en acutaciones como estas donde se ganan las Ligas. El guión era de entrada terrible. Algunos ya le llamaban partido trampa o de entreguerras entre el 3-3 de la visita del Inter en la ida de las semifinales de la Champions y el viaje a Milán donde el Barça buscará sellar el preciado billete a la final de la Champions de Múnich, apareció la Liga, el inoportuno viaje a Pucela y el descendido y por ello, aparentemente inofensivo, Valladolid. Los experimentos pueden salir caros. Pero cuando uno aspira a todo y llega triturado a final de curso, hay que intentarlo. Y Flick eligió tal escenario para ejecutar la tercera revolución de la temporada. En Pamplona fueron cinco cambios. En Mallorca fueron siete. Y en Valladolid, nueve. Y claro, costó. Y tocó remontar. Pero al final, con la entrada de Raphinha y el desparpajo de Fermín, un suplente muy titular, el Barça logró sacarse la piedra del zapato para seguir liderando la Liga. Y, a estas alturas, eso es lo que cuenta.

Ter Stegen,volvió al once titular
Lo hizo en un estadio sumergido en un ambiente de protesta por la gestión de su presidente, el exfutbolista Ronaldo Nazario. Una afición que repartió pancartas y lanzó billetes morados con su cara reclamando su dimisión mientras el Valladolid recibía al Barça con el tradicional pasillo de los campeones por haber ganado la Copa del Rey. Pero lo que se empezó a vivir en Pucela fue de todo menos un partido de un Barça campeón. Los de Flick echaron de menos el talento y el desequilibrio de los que siempre juegan, de los que siempre se conocen. Y los nueve cambios de Flick pasaron factura.
Solo Pedri era reconocible en un equipo en el que fue el único que repitió junto a Gerard Martín. Sin la brillantez de otros partidos, el canario, vigilado por un intenso Gavi, canalizaba el juego buscando conectar con Fermín y con Héctor Fort, el sustituto de Koundé. Pero todo sin la profundidad necesaria. Tampoco lo conseguía en el lado izquierdo Gerard Martín. Y eso era imprescindible para conectar con tres delanteros huérfanos de minutos de competición. Ansu Fati, partiendo del extremo izquierdo, pero más centrado, se mostró tímido. Encarando el balón y rematando con poca convicción. Dani Rodríguez tenía el poder de driblar, pero también la presión de ser Lamine Yamal en su debut con 19 años. Y Pau Víctor, que fue el más contundente de los tres, la de ejercer de Lewandowski. Se notaba que no eran ni titulares ni suplentes habituales.
Flick ejecutó nueve cambios en un once titular en el que solo repitieron Pedri y Gerard Martín
Faltaba creatividad para superar la rocosa y esperada defensa de cinco jugadores del Valladolid, disciplinada y bien cerrada. Buscando constantemente atacar al Barça con contraataques poco elaborados pero efectivos. Los comandó Iván Sánchez por su banda derecha buscando centros, superando a Gerard Martín y a Chistensen, titular por primera vez este curso. Y poniendo a prueba a Ter Stegen. Precisamente el tercer intento de Sánchez se envenenó. Y tras rebotar en un incrédulo Araújo, entró en la portería del alemán, que empezó con muy mal pie en su reestreno en la portería.
El Barça se fue al descanso frustrado.Con una chilena de Pau Víctor, que puso en alerta al Valladolid. Con otro remate de cabeza suyo tras un muy buen centro de Fermín que detuvo un orgulloso André Ferreira exhibiéndose para responder a la grada. Hubo otro intento de Ansu Fati al segundo palo y un disparo de Dani Rodríguez desde la derecha antes de que el debutante se marchara lesionado con una luxación en el hombro derecho. Flick dio entrada a Lamine Yamal. Aun así el Valladolid rozó el segundo mediante un chut de Aznour tras una pérdida de Ansu Fati ante un contemplativo Héctor Fort.
En seis minutos el Barça remontó el partido, pero lamentó las lesiones de Dani Rodríguez y de Gavi
No se lo pensó Flick. Había que oxigenar el asunto. Entraron De Jong por Pedri y Raphinha por Ansu Fati. El cambio no tardó en reflejarse en el juego. Raphinha recibió un balón de Lamine Yamal que se la colocó al interior del área. La rechazó Ferreira, pero esta vez, allí estaba Raphinha, que cerró el puño victorioso. Siete minutos más tarde, llegó la remontada azulgrana con un gol de Fermín que escenificó sus ganas y su hambre de ser titular con un remate genial hilado por Gerard Martín. Después, tocó sufrir. Gavi también se lesionó, salió Eric Garcia y Héctor Fort repartió una de cal y otra de arena, rozando el segundo con un disparo cruzado con la derecha y despistándose después dejando solo a Latasa. Suerte de Ter Stegen. Y de Araújo, que sacó su versión correctora para detener a Mario Martín. Olmo salió y también se probó en un partido espeso. Pero el Barça se marchó de Valladolid líder con el clásico a la vista. Y ahora sí. Tras la obligación de ganar en la Liga, aparece Milán, la ilusión y la Champions.