Al fútbol se juega con los pies pero también con la cabeza. Literal y metafóricamente. Dos goles con la testa confirmaron la remontada del Barcelona en el Carlos Tartiere, donde el Oviedo se fue al descanso ganando. Pero sobre todo el Barça necesita sensatez y orden para su juego tan cerebral. El estilo redimió al equipo blaugrana de sus prisas y exceso de aceleración. Es curioso pero el campeón remontó cuando jugó con calma y no con épica.
Pensó mejor el Barça con Frenkie de Jong en el campo y todo brotó de forma natural. Flick acertó con el neerlandés y después con los 25 minutos que le dio a Lewandowski. A los cinco de estar sobre el césped, el goleador anotó el 1-2 con un extraordinario remate de cabeza que deja a su equipo cerquita del Madrid en el pulso por la Liga.
Los cambios, claves
Flick acertó con sus cambios porque con el neerlandés el equipo pensó mejor y el polaco remató el 1-2
El Barcelona no quiso pecar de relajación y se pasó de electricidad en el Carlos Tartiere. En Oviedo hacía 24 años y 8 meses que no veían al Barça y, en teoría, eso hacía pensar que los que iban a salir enchufadísimos eran los jugadores locales. Pero el razonamiento apriorístico no se cumplió, o precisamente por querer igualar las ganas de los carabayones, los blaugrana se desbocaron en su búsqueda de los tres puntos.
Al contrario, el Oviedo, recién descendido y ya en apuros a finales de septiembre en la clasificación, fue el que tuvo más claro lo que quería y debía hacer.
En una primera parte sin ton ni son, hubo más precipitación que precisión en el bando blaugrana, más prisa que pausa y más embrollo que orden. Como si todos quisieran hacer la guerra por su cuenta y marcar el primer el gol ya, se olvidaron de jugar. El individualismo se imponía al colectivo.
En vez de quedarse corto lo que le pasó factura al Barcelona fue el exceso de ambición. Contribuyó quizás una alineación con varios futbolistas en buena racha que Flick quería que tuvieran continuidad y alargar su momento. Eran el caso de Ferran Torres, Rashford y Dani Olmo, los autores del los últimos cinco goles del equipo blaugrana.
Pero esa alta autoestima que debía ser el camino a la victoria fue contraproducente pues se corrió demasiado y se pensó poco. Demasiado vertical en sus ataques, el partido iba de un área a la otra, sin pasar apenas por el centro del campo.
Los porteros
Escandell hizo un gran partido hasta que Eric Garcia le batió en un rebote del poste y una mala salida de Joan Garcia propició la gran vaselina de Reina
El duelo era una concatenación de córners y de chuts sin aparente lógica ni relato. En los saques de esquina, el veterano Cazorla se exhibió con el golpeo indistinto con las dos piernas, un repertorio que puso en algunos apuros en las salidas por alto a Joan Garcia.
En el apartado de los disparos destacó un Rashford que no golpeó y golpeó con sus latigazos. Tras un centro por la derecha de Raphinha, el inglés enganchó una fenomenal volea que metió a Encandell en la portería pero el portero pudo evitar que la pelota cruzase la línea. El guardameta volvió a lucirse para mandar una rosca del británico a córner.
Y a dónde no llegaba Escandell, que ya con el Granada había hecho grandes partidos contra el Barça, al Oviedo le salvaba el poste, como en un disparo lejano de Raphinha.
Pero para lanzamiento de larga distancia el que se sacó de la manga Alberto Reina para llevar al Tartiere al éxtasis momentáneo. Salió bien Joan Garcia por abajo para cortar un avance carbayón pero el portero lo hizo tan bien que se confió y acabó intentando un pase hacia el interior del campo cuando la portería estaba totalmente desguarecida. En vez de Casadó ese pase fue a Reina, que, de primeras, desde casi 40 metros, envió una gran parábola a la red por encima de cualquier defensa. Un golazo que premiaba las ideas claras del Oviedo y penalizaba la sobreexcitación de los visitantes.
En el descanso, Flick buscó recuperar el orden y dominar realmente el correcalles con el concurso de Frenkie de Jong y el Barça, con Pedri más rodeado, empezó a carburar.
Aún así, nada más empezar, Hassan, un rayo por la banda derecha, puso en aprietos a Gerard Martín y puso en el cuerpo al Barcelona, que no se amilanó.
Sin los jóvenes
Sin Lamine Yamal, Fermín, Gavi y Balde, los veteranos responden mejor con el cerebro que con el corazón y la épica
Necesitaba marcar pronto y, como sucedió en el campo del Levante, lo consiguió. En una jugada larga y extraña, el central Araújo apareció de extremo izquierdo, Ferran Torres -éste sí en su sitio- remató a la media vuelta, Escandell desvió al poste pero ahí corrió Eric Garcia oliendo el peligro para remachar a la red.
El partido estaba igualado pero lo peor para el Oviedo es que su rival había encontrado el guion que le interesaba y le convenía. Había dado con el rumbo y Raphinha pudo hacer el segundo enseguida.
El estilo rescató al Barça... y el banquillo. Porque De Jong puso cordura y Lewandowski, que entró por el brasileño apagado cuando juega en el puesto de Lamine, puso el remate. Ambos usaron la cabeza. Uno, el organizador, metafóricamente y el goleador, literalmente. El centro del neerlandés al corazón del área lo cabeceó siguiendo los cánones el polaco, que volvía a marcar saliendo desde el banquillo, como ante el Valencia. La dosificación le sienta bien al nueve y el plan le sigue funcionando a Flick.
La remontada era un hecho y el gol postrero de Araújo, a la salida de un córner, también de cabeza, solo hizo que certificar que lo que lo que empezó mal puede acabar bien para el Barça si usa más la mente que el corazón.
Ficha técnica
Oviedo, 1 - Barcelona, 3
Oviedo: Aarón Escandell, Lucas, Bailly, Carmo, Alhassane, A. Reina (Brekalo 75), Dendoncker (Colombatto 89), Hassan (Sibo 65), Cazorla (Ilic 65), Chaira (Fores 76) y Rondón.
Entrenador: Veljko Paunovic
Barcelona: Joan Garcia, Eric Garcia, Araújo, Cubarsí, Gerard Martín (Koundé 73), Casadó (De Jong 46), Pedri (Marc Bernal 90), Olmo, Raphinha (Lewandowski 66), Rashford (Christensen 90) y Ferran Torres.
Entrenador: Hansi Flick
Estadio: Nuevo Tartiere. 29.850 espectadores.
Árbitro: Ortiz Arias (madrileño).
Tarjetas: Amarilla a Bailly.
Goles: 1-0 Reina (33); 1-1 Eric Garcia (56); 1-2 Lewandowski (70); 1-3 Araújo (88).
