Hay una de esas frases célebres del fútbol que dice que el mejor técnico es el entrenamiento. Seguramente, debe proceder de Johan Cruyff, Jorge Valdano, Marcelo Bielsa o Juanma Lillo. No porque todo parta de ellos, sino porque tenían el don, cada uno a su manera y con sus méritos, de explicar en un concepto lo que antes no tenía nombre. Y, ya se sabe, como decía Ludwig Wittgenstein, lo que no se puede explicar no existe.
El entrenamiento continuo bajo una misma idea, en este caso la del gurú Hansi Flick, que conecta los cerebros de los jugadores y para ganarle al juego la batalla más difícil, la del espacio y el tiempo. Todo sucede más rápido, fluye como el agua del río, con una naturalidad que asusta. Raphinha, Olmo y Ferran. Tres toques, dos segundos. Un Barça de tiralíneas, que no avasalla, sino que te conquista desde el dominio de cada situación. Parece que juegue con la mano y no con el pie porque el balón no cae y las figuras geométricas su suceden una y otra vez como en un libro de matemáticas. Todo parece fácil. Y, en esa pintura, sobresale el delantero que mejor representa esta idea, Ferran Torres.
Porque Ferran necesita más que nadie al otro, se potencia en un equipo con sentido. No crea como Lamine Yamal ni tiene la voracidad de Raphinha. Tampoco domina el área tanto como Lewandowski ni, incluso, tiene el flow de Dani Olmo. Él se explica a través del colectivo, de interpretar y ser interpretado, una mentalidad que él define de tiburón aunque podría ser más bien de abeja, el animal más social, organizado... Y con el aguijón a punto para picar. “Puedo ser titular aquí, aprovecho cada oportunidad, pueden venir muchas más”, aseguró el delantero.
En apenas 45 minutos cinco centímetros le birlaron un ‘hat-trick’. Ayer, tras el diluvio caído del cielo, llegó el suyo, con un remate de primeras que demostró su exquisitez técnica; un mano a mano de manual por cómo se alejó del defensa y resolvió ante David Soria: “Ellos muchas veces no proponen nada y hacer demasiadas faltas, pero lo encarrilamos bien. Estamos acostumbrados a jugar con pocos espacios, los encontramos”. Bordalás tildó de “falta de respeto” esta afirmación sobre su Getafe. Flick, en cambio, no quiso entrar: “Tres a cero, tres puntos... Hay que hablar de nosotros, no del rival. Fue un partido duro”.
Estamos acostumbrados a jugar con pocos espacios y los encontramos”
Desde que llegara a Can Barça, a Ferran le sobró ansia y le faltó el método. Con Xavi, marcó siete y once goles en sus dos cursos enteros. Con Flick, jugando los mismos partidos, marcó 19 el pasado y en este ya acumula cuatro en apenas seis encuentros oficiales.
El valenciano, intocable con Luis Enrique y con Luis de la Fuente, tanto que se posiciona como sustituto de Álvaro Morata como delantero de la Selección, se ha convertido en un puntal en el Barça. Nadie discute a Lamine Yamal aunque los de Flick ya se han acostumbrado a ganar sin él; mientras que Raphinha no ha llegado aún al nivel de la pasada campaña y Lewandowski, a sus 37 años, se ve amenazado por Rashford y ahora Ferran. Justamente, estos cuatro jugadores más Fermín López han completado dobletes en los tres últimos encuentros (históricos).
Hasta Ansu Fati, en Mónaco, se suma al momento extraordinario que viven los atacantes azulgrana. El tiburón o la abeja es el mejor síntoma, como atestigua el técnico alemán: “Fue fantástico cómo marcamos los goles, me gustó mucho el equipo en los tres últimos encuentros”.