En la noche del piromusical de la Mercè, Lamine Yamal adelantó los fuegos de artificio con una aparición estelar en Montjuïc. Se le esperaba y no defraudó. Se le necesitaba e hizo lo que requería el partido. Tuvo media hora pero le sobró con una entrada en el duelo estruendosa. Con una arrancada le valió para dejar boquiabierta a la grada y rendida a la defensa de la Real Sociedad. Los donostiarras habían aguantado muy bien pero que no encontraron la forma de parar al 10 del Barça. No hay respuesta a la inspiración de Lamine.
Cayó el Madrid con estrépito en el derbi y el Barcelona se aúpo al liderato de la Liga con un alarde de su figura, un elegido que marca las diferencias. Con él no se puede ser prudente ni sensato. Su regate es demoledor, su visión de juego resulta clamorosa y no le asusta la responsabilidad. No le hace falta marcar los goles porque él los crea y los da. La segunda remontada consecutiva anuncia que Lamine Yamal está preparado para las grandes citas. Ahora, el PSG.
Impacto brutal
En su segunda acción en el campo, el diez desatasca el ataque y regala el 2-1 a Lewandowski que culmina la remontada
Entre la plaga de bajas en la plantilla de la última semana (Gavi, Fermín, Raphinha y Joan Garcia) y la cercanía del duelo ante el PSG de pasado mañana, Flick optó por no comprar más números de la lotería y guardó a varios futbolistas que llevaban muchos minutos en las piernas. Hasta siete cambios hizo con respecto al Carlos Tartiere y se atrevió a hacer debutar como titular a Dro, canterano de 17 años.
Nacido en el 2008, cuando Lewandowski ya marcaba goles en el Lech Poznan, el mediapunta hacía parecer un culturista a Pedri. Pero en este Barça eso no te hace sospechoso de nada porque se mira antes el talento y el atrevimiento que la edad o los músculos.
El problema para Dro, el más joven de esta Liga de momento, y para el Barcelona es que el dibujo de la Real Sociedad poco tuvo que ver con el de equipo valiente que juega de tú a tú a los grandes, como en los tiempos de Imanol. Antes del triunfo frente al Mallorca entre semana solo tenía dos puntos y el nuevo entrenador, Sergio Francisco, apostó de inicio por plantar dos líneas pobladísimas en el área, casi colgándose de larguero de Remiro.
Ese ecosistema no era el propicio para girarse y jugar entre líneas porque enseguida un jugador txuri urdin estaba encima de cada balón que quería entrar por dentro. Así que les tocaba a los extremos. Por la izquierda, Rashford, cada vez más asentado, lo intentaba contra Odriozola y, por la derecha, Roony Bardghji, en su segunda titularidad, empezó comedido ante Aihen. Verlos estrellarse contra los laterales visualizó lo paranormal que es lo que consigue Lamine Yamal, que cuando encara siempre lleva peligro.
Los últimos minutos
Hubo emoción hasta el final porque al extremo le anularon la sentencia y el larguero frustró a Kubo y Lewandowski
Con ese planteamiento tan defensivo, el Barcelona solo amenazaba en los córners y en disparos desde la lejanía pero Remiro vivía cómodo. Parecía que la Real prefería ni mirar a Szczesny pero es que además en un contragolpe incluso le dio réditos. La pelota fue de la derecha a la izquierda, donde Barrenetxea centró delante de Koundé y Odriozola, invisible llegando desde atrás, solo tuvo que empujar a la red.
Pese a la racanería, los visitantes se adelantaban y el Barcelona, por segundo encuentro consecutivo, se veía obligado a remontar. Si quería ser líder tendría que batir a un Remiro, vestido de Arconada, que lo empezaba a parar todo, desde un disparo de Bardghji hasta un remate en propia puerta de Zubeldia, que después sacó con la cabeza un remate de Pedri.
El empate no llegó con las triangulaciones sino con la estrategia, como en el tercer gol de Oviedo. Rashford enroscó y esta vez no saltó Araújo, sino Koundé en el primer palo, que se adelantó a la defensa y al portero. Justo antes del descanso, el Barcelona ponía la primera piedra.
Y para la segunda, en el medio tiempo, Flick introdujo a Dani Olmo, que calentó junto a Lamine Yamal. Al 10 del Barça aún lo guardó un poco más pero como el marcador seguía en tablas lo llamó a falta de media hora.
Odriozola anotó y Koundé igualó
Los donostiarras empezaron con un planteamiento muy defensivo y se fueron al descanso con 1-1
En ese momento todo Montjuïc, el público (más de 50.000 espectadores) y los protagonistas de lo dos equipos, sabían lo que iba a pasar. Estaba cantado. Y sucedió. El juego iba a virar hacia la derecha para que Lamine hiciese sus diabluras y el segundo mejor jugador del mundo, según el Balón de Oro, estaba ansioso después de cuatro partidos fuera. Las molestias de pubis estaban olvidadas y lo comprobó Sergio Gómez cuando vio que venía hacia él Lamine Yamal nada más entrar. A la primera arrancó, se marchó de su par, lo dejó atrás, levantó la mirada y colgó el balón templadito, perfecto para Lewandowski que solo tuvo que poner la cabeza para hacer el segundo.
Eso es dejar huella, eso es tener un impacto inmediato, eso es desequilibrar y decidir un partido a su antojo. Y ese jugador tan intimidatorio lo tiene el Barcelona a su disposición. Jugó media hora pero le sobraron muchos minutos.
Siete cambios, con Szczesny en la portería
Flick hizo debutar al joven Dro y confió en Bardghji pero llamó a Lamine para desatascar el resultado
En la siguiente acción se inventó una elástica y un túnel. Su superioridad fue brutal. Hacía lo que quería, cómo quería y cuándo quería. Hasta marcó un gol, que hubiera sido el de la tranquilidad en un contragolpe, pero fue anulado por fuera de juego.
Así que el partido llegó abierto y la Real dio un paso al frente con Kubo, Brais y Sadiq en el campo para llevarse algo positivo. Hubo emoción hasta el final porque los donostiarras sí que enseñaron su verdadera cara y el gol merodeó las dos porterías. Pudo marcar Take Kubo pero el buen disparo del japonés se estrelló en el larguero y también el Barcelona, porque a la jugada siguiente, De Jong, Lamine y Ferran Torres crearon una contra. El pase atrás del valenciano lo enganchó Lewandowski pero también el travesaño le negó el gol. No hubo sentencia pero el Barcelona pudo celebrar que es el nuevo líder.
Ficha técnica
Barcelona, 2 - Real Sociedad, 1
Barcelona: Szczesny, Koundé, Araújo, Christensen, Gerard Martín (Eric Garcia 78), De Jong, Pedri (Casadó 95), Dro (Dani Olmo 46), Roony (Lamine Yamal 58), Rashford (Ferran Torres 78) y Lewandowski.
Entrenador: Hansi Flick
Real Sociedad: Remiro, Odriozola (Sergio Gómez 57), Zubeldia, Caleta-Car, Aihen, Gorrotxategi, Pablo Marín (Brais Méndez 57), Turrientes (Carlos Soler 67), Guedes (Kubo 57), Barrenetxea (Sadiq 81) y Oyarzabal.
Entrenador: Sergio Francisco
Estadio: Olímpic Lluís Companys (50.103 espectadores).
Árbitro: Hernández Hernández (c. canario).
Tarjetas: Amarillas a Zubeldia, Koundé y Caleta-Car.
Goles: 0-1 Odriozola (31), 1-1 Koundé (43), 2-1 Lewandowski (59).
