Dos cambios, uno esperado y otro sorprendente. España sale con dos caras nuevas en la final contra Inglaterra, uno en defensa y otro en ataque. En la zaga, Laia Aleixandri recupera su puesto de central como pareja de Irene Paredes tras perderse la semifinal contra Alemania por sanción. En la delantera, Athenea del Castillo, asistente frente a las germanas, deja en el banquillo a Claudia Pina.
Cuando todo hacía pensar que Montse Tomé iba a jugar con su once de gala, el que utilizó en los cuartos de final contra Suiza, la seleccionadora optó por realizar una variación. La entrada de la extremo del Real Madrid es la gran sorpresa en el once de gala de la selección española. Autora de dos goles en el torneo, la cántabra había revolucionado desde el banquillo tanto contra Suiza (abrió el marcador) como frente a Alemania (con el pase a Aitana en el 0-1 definitivo). Esa acción, seguramente, haya sido la que la haya catapultado a la alineación.
La gran damnificada por la modificación de la seleccionadora es Claudia Pina. La blaugran ha sido titular en cuatro partidos, también ha marcado dos goles y es la habitual encargada de botar los córners, con mucho peligro en las jugadas de estrategia.
Además, Pina tiene una gran racha con la portera de Inglaterra, Hannah Hampton, a la que ha marcado cinco goles en sus últimos tres enfrentamientos, dos con el Barça y uno con la selección.
La apuesta por Athenea tiene una lectura táctica pues permite a Mariona Caldentey poder usar la banda izquierda, su posición preferida, y que preferiblemente en Suiza ha ocupado Pina. En principio, la jugadora del Arsenal arrancará desde la izquierda mientras que la madridista partirá por la derecha.
La portería, por tercer partido seguido defiende Cata Coll mientras que Patri Guijarro, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas encadenan su cuarto encuentro como centro del campo titular.
