La jueza del juzgado de instrucción número 4 de Tarragona, Sara Leo Jové, ha admitido a trámite la querella del Gimnàstic de Tarragona contra el árbitro Eder Mallo Fernández, que pitó el partido contra el Málaga en el que el conjunto andaluz frustró su ascenso a Segunda División con un gol a pocos segundos del final (2-2).
La magistrada entiende que “los hechos relatados en el escrito de querella poseen entidad suficiente como para ser constitutivos, al menos indiciariamente, de un delito de falsedad documental del art. 390.1.1 del código penal y un delito de corrupción en el deporte del art. 286 bis”, tal y como reza el escrito.
La querella, adelantada por La Vanguardia, sostenía —aportando pruebas documentales, incluidas las grabaciones realizadas por la agencia de detectives de Francisco Marco, Método 3— que el colegiado mintió cuando en el acta arbitral aseguró que había temido por su integridad física después del pitido final, en su vestuario, en el Nou Estadi. Por esta razón le acusa de un delito de falsedad documental.
Los insultos y amenazas que describió el árbitro en el acta fueron el principal argumento para que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sancionase al Nàstic con el cierre de su estadio cuatro partidos y con una multa de 9.000 euros.
Además, el Nàstic también acusa al colegiado de corrupción en el deporte al pitar de forma premeditada para favorecer al Málaga y asegurarse de este modo su ascenso como colegiado de Segunda División, quintuplicando así su salario anual hasta los 100.000 euros.
La magistrada considera que hay indicios de delito dado que el escrito de la querella aporta pruebas de una investigación privada llevada a cabo por el Nàstiuc. Según el texto, “en una cena previa a la celebración del partido en Tarragona, varias autoridades andaluzas y de la ciudad de Málaga manifestaron a la dueña del establecimiento que tenían el partido controlado y que lo único que les preocupaba era la reacción del público”.
Además, también se estiman pruebas como una conversación entre el colegiado Mallo Fernández con un amigo en un bar la noche previa al partido, en la que el árbitro afirmó que “al 3 del Nástic le tengo la matrícula tomada”. El día siguiente, durante el partido, expulsó a dicho jugador en el minuto 63.
Se relata además en la querella que durante el partido “procedió a mostrar tarjetas a los jugadores del Nàstic de manera inexplicable desde un punto de vista reglamentario”. Según destaca, el perito Xavier Estrada Fernández —exárbitro y con conocimientos técnicos en la materia—, se pudieron identificar “más de trece errores arbitrales flagrantes, entre ellos nueve acciones de los jugadores del Málaga que deberían haber sido sancionadas con tarjeta amarilla, y otros errores como el producido durante la prórroga en el minuto 113:21, todos ellos favoreciendo al Málaga”. Añade el perito, también, que el partido se prolongó “irregularmente” hasta que el Málaga marcó gol consiguiendo empatar en el minuto 124, tras lo cual decreto de, manera inmediata el fin del partido.

