Se llama Jon y se apellida Rahm. Nació en Barrika. Y tiene 30 años. Por méritos propios, merced a una de las mayores exhibiciones de juego que se recuerdan, se ha erigido en el líder del equipo europeo en la Ryder Cup de Bethpage Black, teñida de azul europeo a la conclusión de la primera jornada.
El combinado de Luke Donald domina por 2,5 - 5,5 tras los ocho primeros puntos en juego, 4 foursomes y 4 fourballs, amenazando ya con cumplir su sueño de conquistar territorio norteamericano.
El temido público neoyorquino se mostró menos fiero y más educado de lo inicialmente previsto, apagado el infierno de Bethpage por un Rahm descomunal, también hay que decirlo. Inició el torneo sumando el primer punto para Europa junto a Hatton, y lideró después la jornada vespertina arrastrando a Straka a su montaña rusa con otra gran victoria ante Scottie Schefler y JJ Spaun.
Fue la jornada de tarde mucho más eléctrica que la tarde, con más litros de alcohol en las venas de los aficionados, pero sobre todo con más rojo en el marcador, aunque al final el equipo de Bradley no sólo no pudo recortar distancias sino que cedió un punto más. La primera jornada concluyó con un marcador final de 2,5 a 5,5 para los europeos.
Trump presenció las salidas vespertinas de fourball y se mostró muy cercano a Bryson DeChambeau
Más allá de lo que pasó sobre el verde de Bethpage, la jornada estuvo indudablemente marcada por la visita de Donald Trump, con el consecuente caso de seguridad que provocó, especialmente en las inmediaciones del tee 1, donde se aglomeraron miles de personas en un exhaustivo y diminuto control de seguridad.
El presidente de Estados Unidos escogió presenciar las salidas de los fourballs vespertinos y fue recibido por los aficionados con vítores. Trump, además, bajó incluso a la hierba y se acercó al tee cuando le tocó el turno de salir a Bryson DeChambeau, con el que se mostró muy cercano, y al que podemos calificar como MAGA sin temor a equivocarnos.
Trump charla con Keegan Bradley
La jornada había comenzado ya movida. Con la imponente grada del 1 abarrotada, y ambos costados del hoyo regados de cabezas expectantes. Y, como sucedió en Roma, con Jon Rahm y Tyrrell Hatton dando el pistoletazo de salida a los foursomes.
Luke Donald encontró la fórmula en el Marco Simone y ha optado por tocarla lo menos posible. Si entonces Europa arrasó en la primera jornada con un imponente 4-0, en Nueva York se quedó en un 3-1, no mucho menos imponente.
El primer punto, por supuesto, lo firmaron Rahm y Hatton, invictos aún en los foursomes, con tres victorias ya formando pareja, De hecho, en esta modalidad, el león de Barrika luce un inmaculado 5-0.
Los europeos se enfrentaron a DeChambeau y Justin Thomas, llamados a ser uno de los pilares estadounidenses. Pero aunque empezaron ganando el 1 con birdie, no volvieron a ganar un hoyo más y dieron la mano a sus rivales en el green del 15.
De hecho las tres primeras victorias europeas fueron de lo más contundente porque Aberg y Fitzpatrick ganaron también en el 15 y McIlory y Fleetwood lo hicieron en el 14.
El único punto matinal que puso un poco de rojo en el marcador lo sumó la única pareja de verdad fiable con la que cuenta Keegan Bradley, la californiana que asocia a Patrick Cantlay t Xander Schauffele. Eso sí, MacIntyre y Hovland les aguantaron hasta el 18.
La Ryder no ha hecho más que comenzar.
