Fred Vergnoux (Francia, 1973) llegó a España en 2009 y durante 12 años condujo la inolvidable carrera de Mireia Belmonte. Se encontró una joya, la pulió con muchas horas de trabajo y la llevó a lugares inimaginables: cuatro medallas olímpicas, seis mundiales, otros 30 podios en Europeos y campeonatos de piscina corta, y récords. Muchos récords. Ahora, con un polo negro de Canadá, se pasea por el World Aquatics Arena de Singapur. Es uno de los técnicos de Summer McIntosh. Se le ve sonriente, hablador, feliz.
Han pasado casi cuatro años de su marcha en silencio de España, primero con un proyecto de aguas abiertas en Las Palmas que no salió como esperaba, luego con una etapa en Bélgica que fue dura, sin la familia. Se sincera en La Vanguardia sobre esa etapa oscura marcada por los 'puñales', Mireia Belmonte y el futuro de una nadadora canadiense que ya es la sensación en los Mundiales de Singapur.
Summer McIntosh reconoció recientemente que usted la ha llevado a otro nivel. Hablamos de la nadadora del momento y con un futuro impresionante. ¿Cómo empezó esa conexión?
El pasado noviembre hablé con el director técnico de Canadá, que es un excompañero de mi etapa en Inglaterra. Me dijo que Summer estaba interesada en hacer algo en altura. Hablé en el Mundial de piscina corta en Budapest con ella y con su entrenador. Y nos reencontramos el 5 de enero. Al acabar, me dijo que fueron las tres mejores semanas de entrenamiento que había hecho en su vida. Era una broma, me lo tomé mal, le dije. Pero me dijo que sí, que era en serio. Y unas semanas después nadó el 800 libre en 8m09s -a cinco segundos del récord mundial-. Y ahí fue cuando me comentó que había tomado la decisión de nadar esa prueba en los Mundiales y que quería seguir entrenando conmigo.
Salir de la zona de confort no es fácil para un nadador. ¿Ella conocía ya la historia de Mireia con las pruebas de fondo que usted le inculcó?
Ella estaba algo sola en Florida porque tenía que ir al año siguiente a la universidad, y los mayores se habían ido, y decidió dar ese paso. Y así empezamos. No nos conocíamos personalmente antes, pero una vez le envíe un vídeo de Mireia deseándole suerte. Ella sabía de Mireia y sabía de mí. Sabía cómo subió Mireia en 800 y 1.500. Ambas han hecho algo distinto porque normalmente el nadador desciende metros, no los sube. Y ella lo ha hecho cómo Mireia. Está en un buen grupo (Fred dirige el proyecto de la Federación Francesa y World Aquatics en el CN Antibes, donde está por ejemplo el doble medallista de aguas abiertas Marc-Antoine Olivier), con chicos que empujan a las chicas. Si pones gente buena, el nivel sube de forma natural, se retroalimentan.
¿Qué es lo que hace a McIntosh tan especial?
La diferencia es que nunca falla en el entrenamiento. Nunca vi una constancia como la suya. Entendió este concepto de que todas las sesiones son importantes. Tiene este foco en cada acción, pero fuera es profesional con el sueño, la comida, la recuperación, el fisio... Nunca vi tanta constancia.
Nunca vi tanta constancia, entendió que todas las sesiones son importantes”
¿Con las marcas que hace a su edad, dónde la sitúa en el futuro?
No lo sé, pero es una chica a la que no le veo límites. Veo cosas a mejorar, su margen es enorme. Primero a nivel físico, por ejemplo no ha hecho pesas aún. Hicimos trabajo en seco como bicicleta, esquí de fondo... La idea es que su nivel de forma aumente, lo mismo que hacía con Mireia Belmonte y con el resto. Puede mejorar los 400 estilos, por ejemplo el subacuático. Ahora que se va a Estados Unidos es una pasada lo que mejorará. Y a nivel mental, también. Tiene 18 años. Es profesional, rompe barreras y es la mejor, pero es inocente aún. Cada vez tendrá más control de ella misma. Y en la preparación hay cosas que no ha hecho. Estoy trabajando la parte mental, pero poco. Delante de ella hay un mundo de mejora. Y eso asusta. Si hace 3:54 en el 400 libre, ¿a cuánto podrá llegar? Puede bajar de dos minutos en 200 mariposa o de ocho minutos en el 800. Mireia fue la primera en bajar en mariposa de esos dos minutos en corta, y Summer puede hacerlo en larga. Y puede nadar en 1.500 y mejorar a Ledecky, que es la mejor en la historia.
Esos son palabras mayores...
Lo pienso porque la veo entrenar. Olivier, mi mujer nadador de aguas abiertas que ha hecho dos bronces y que nada 800 y 1.500, nada en 7:49 los 800 y hablamos y me dijo: 'si yo hago eso y ella hace 8:05 pero entrena igual que yo. Así que puedes bajar de ocho minutos'.
Puede bajar de dos minutos el 200 mariposa o ganar a Ledecky en 1.500”
¿Y cómo gestionará la temporada que viene entrenando con Bob Bowman y con usted?
Sabía que ella quería ir allí después de los Mundiales. Lo acepté porque es una maravillosa etapa de mi carrera. Hablamos los dos y fue emocionante, tenemos una gran relación. Ella da fe a todo lo que hago como Mireia en su momento. Si le digo que vamos un año a Sierra Nevada, pues vamos. Pero hay cosas que no hacia tanto con Mireia. Ahora nos comunicamos bastante. Planifico al milímetro, pero la implico más. Nos sentamos dos veces por semana y le propongo las posibilidades de entrenamiento que hay. Y ella escoge, y buscamos los porqués. Se involucra más porque ella participa. No me importa lo que haga luego, será otro entrenador el que esté con ella. Yo estaré para ayudar. Quizás quiere un plan de altura o no y nos olvidamos.
Ya hace cuatro años que salió de España aproximadamente. ¿Qué le queda de esa larga etapa?
Tengo relaciones con España aún. Me da mucha alegría ver a chicos crecer como Pol Gil, que es entrenador y antes fue uno de mis nadadores. Incluso me da más orgullo esa ayuda personal a un chico que ha seguido mi camino que las medallas logradas. Creo que en España se está creciendo. Vimos en el Europeo júnior los buenos resultados, pero les queda el salto más difícil. Me gustaría, y creo con la llegada de Santi Veiga sucederá, que los técnicos españoles sean los protagonistas. Rob y Ben (directores técnicos ingleses) hacen su trabajo y es fantástico, no tengo nada en su contra, pero no hay que olvidarse de los de aquí.
¿Y guarda rencores por su salida?
Salí de España por una decisión que no fue mía. Esa fue la primera vez en la que no pude elegir mi vida. Lo pasé mal, superé una depresión porque me negué a tomar medicinas.
¿Pero qué pasó?
Sean Kelly (el anterior director técnico) me reventó la vida. Me hizo la cama. No tenía opciones de seguir aquí y tenía una familia. De Las Palmas me fui solo a Bélgica, estando solo todo el rato. ¿Sabes cuánto valía el vuelo? Entrenaba y volvía solo. Por eso estuve poco en Bélgica. No podía.
Sean Kelly me hizo la cama, no tuvo opciones de seguir, tenía una familia”
Si fue usted el que recomendó a Sean Kelly...
Sí, es cierto. Él llegó con una idea de tenerme a mí en el CAR de Sant Cugat. Ben Titley con la velocidad y yo con los fondistas. Pero a la primera semana ya le dije a mi mujer que la temporada que viene no estaríamos aquí. Hablé con él varias veces y claramente le pregunté que qué pasaba conmigo, pero aún no lo sé.
¿Cumplía alguna orden?
Creo que no, creo que le intoxicaron entrenadores de aquí. Que Fred es demasiado duro, que la altura... Y cuando me voy ya no van a altura. Pero ahora ya vuelven a ir. Todo empieza a colocarse en su sitio de nuevo.
¿Qué le parece la situación de Mireia Belmonte? ¿Sigue hablando con ella?
La veo bien, nos mandamos fotos, me pasó una de su visita a la universidad de Murcia en la que se reencontró con un fisioterapeuta. Nunca hablo de natación con ella. No quiero molestar porque sé que ahora es un momento difícil. Y no me interesa. Las decisiones que ella tomó después de Tokio fueron cada vez peores. Y no sé si las tomó ella realmente. La transición de la carrera de una deportista como ella... Todos la quieren, era como Rafa Nadal. Los deportistas siempre generan amor u odio: a unos les encantaba, a otros no tanto. Pero todos amaban a Mireia. Creo que no es necesario seguir en la piscina. Quizás la salida no sea la mejor y eso me da tristeza.
¿Mireia? Creo que no es necesario seguir, si su adiós no es el mejor me entristecerá”
¿Cree que no volverá España a tener una Mireia?
Siempre te lo he dicho, y siempre me criticaron. Seguro que hay. Seguro que estas chicas a nivel júnior pueden. Hay que recordar que yo cojo a Mireia con 19 años y ella ya era buena, pero no tenía físico, no corría, no hacía subacuáticos, no salía bien... Y tuvo que trabajar el triple. Mireia estaba bien formada, solo la puse a mejorar algunas cosas, trabajar y soñar.