“Ha sido muy bestia. De película. Pensábamos que el club se incendiaba. A la mayoría de personas las evacuaron, pero un grupo tuvo que quedarse confinado. Nadie se hizo daño, la evacuación fue rápida y las instalaciones están intactas. Un milagro. Suerte de los bomberos y de una lluvia milagrosa. Mañana -por hoy- habrá actividad normal”. El mensaje de whatsaap es de uno de los míticos jugadores de hockey y medallista olímpico que ha dado el Club Egara, quien en la tarde del jueves se encontraba en las instalaciones.
Se estaba celebrando el Casal de Verano. Decenas de niños y niñas correteaban con su stick por las instalaciones cuando las llamas, a eso de las 15:45, empezaron a visualizarse por los trigales colindantes a las cuatro campos de hockey hierba del club. A las 17:05, cuando parecía que todo estaba controlado, se reavivó el incendio por el cambio de viento y amenazó la instalación, por lo que tuvieron que acudir hasta 20 dotaciones de bomberos y soporte aéreo al lugar de los hechos para mitigar el incendio.
”Estaba trabajando una segadora y una chispa ha originado el incendio”, explica uno de los directivos de la entidad egarense. Y coincide en que “por suerte, cuando se reactivó empezó a llover”. El club, explican, está bien separado del área más agraria, pero el riesgo cero no existe.
Antes de la lluvia, un grupo de unas 50 personas quedó retenido en las instalaciones durante una hora mientras podían ver el fuego por las ventanas de la sala superior de la casa del club. Entre ellos había decenas de niños y niñas que estaban entrenando, quienes lo sufrieron más. “No ha habido miedo, pero si preocupación por si en algún momento podía afectar a las instalaciones. Los que sí estaban bastante asustados eran los niños pequeños que participaban en el casal”, añade.
El fuego empezó a envolver la instalación, justo cuando los bomberos evacuaban a las 500 personas que se encontraban en la zona -entre los casales, los socios, los miembros de la piscina-, por lo que decidieron dejar a esas 50 últimas personas por miedo a que la vía de salida pudiera alcanzarla el fuego. “Hubo pánico. Nos quedamos en una isla en todo el perímetro negro. Las llamas eran de dos o tres metros, pero no pasaron a la instalación”, añadió el presidente del club, Pep Ejarque, quien habló este viernes para distintos medios de comunicación.
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Este viernes la actividad ha regresado al Pla del Bon Aire con total normalidad después de la pesadilla del jueves.