España fue durante dos cuartos un ciclón, un Boeing 747-8i que pasó por encima de Países Bajos, semifinalista olímpica, campeona europea en 2024 y mundial en 2023, ahora minimizada en los Juegos Olímpicos de París por la selección femenina de Miki Oca, que la eliminó en las semifinales en una ajustada tanda de penaltis, y en los Mundiales de Singapur, donde las 'guerreras' de Jordi Valls las han empujado fuera del cuadro en los cuartos de final de nuevo en una agitada ruleta rusa. Se llegó a ese escenario porque, al igual que en París, las españolas desperdiciaron una ventaja de 7-3 y vieron como su rival tuvo con 11-11 la última posesión para ganar el partido.
Una buena defensa, la sangre fría española en la tanda de penaltis y la astucia de Martina Terré hicieron el resto. España ganó 15-13 y se clasifica para otras semifinales. Hungría, el próximo lunes, otro clásico, será el rival antes de la gran final. “Todo parecía que iba viento en popa, pero ellas sacaron la garra y tuvieron en su mano ganar el partido. Empezaron a ganar confianza, pero creo que lo que hay que sacar es que hay que ganar esos partidos. Veníamos de una fase tranquilo y en el primer partido duro, nos lo llevamos”, dijo la guardameta.
Desde la primera defensa ya se vio a una selección femenina enchufada. Cierre a la boya, defensa presionante a la jugadora con balón, ayudas y anticipación para recuperar los pases imprecisos de las 'oranje' y salir al contraataque. Los torneos se ganan desde atrás, y España puso el candado. Joustra rompió el marcador de Países Bajos a falta de un minuto para el final del primer cuarto con un lanzamiento en el poste bajo tras una superioridad. Pero, hasta entonces, las de Valls encontraron soluciones en ataque y habían anotado tres goles: Paula Crespí a pase de Nona Pérez en el segundo poste; Anni Espar tras un contraataque marca de la casa; y Bea Ortiz, de vaselina.
Sujetadas en Martina Terré (3-1), atinada con dos manos salvadoras, España encontró en Bea Ortiz en su líder en defensa y en ataque (fue escogida MVP). Se multiplicó la nueva jugadora del Ferencvaros, en el clímax de su carrera, quien marcó desde la boya en un movimiento relámpago y en un contraataque en el que se recorrió toda la piscina. Ariadna Ruiz, la zurda que ocupa la posición 1 de Pili Peña, y Paula Camus cerraron un parcial (7-3) en el que solo Likke Rogge mantuvo con vida a Países Bajos. Una señal. Era la jugadora a vigilar.
Porque, al igual que pasó en los Juegos de París, cuando España desperdició una ventaja de 10-5 y llegó a los penaltis, la selección femenina repitió el mismo guion. Países Bajos encontró la manera de ahondar en la defensa española, que perdió intensidad y agresividad pese a que el nivel de exclusiones se decantó claramente para el lado neerlandés. Un tanto de Joustra y dos de Likke Rogge pusieron el 7-6 en el marcador. España regresó al punto de partida. Y ahí tuvo que luchar contra un rival hambriento y contra sus propios medios.
Una ventaja desperdiciada
La selección femenina fue 7-3 arriba, pero tras el descanso Países Bajos despertó
España no encontró exclusiones, apenas llegó con una a favor al último cuarto, sin opciones de conectar con Paula Leitón, pero los penaltis la mantuvieron con vida. Elena Ruiz anotó el 8-6 y Paula Crespí, tras asistencia de Anni Espar, el 9-7. De nuevo de penalti Ari Ruiz hizo el 10-8. Sin opciones de parar a Rogge, se entrenó en el último cuarto, con una ventaja de dos no definitiva.
Países Bajos hundió a las de Valls, le sacó exclusiones y Joustre devolvió de nuevo el 10-9. Pese a que España dispuso de hasta cuatro superioridades en el cuarto, no aprovechó ni una. Nona Pérez se estrenó en el partido con el 11-9 pero Likke Rogge tenía la tarde. No supieron frenar a la atacante, que anotó dos goles más. Con el 11-11, ni España ni Holanda aprovecharon sus ataques para ganar el partido y los penaltis fueron inevitables.
Marcó Bea Ortiz y Elena Ruiz por el centro de la portería, pero Países Bajos lanzó al palo uno de sus dos primeros tiros. Fue Rogge, pero en este caso Bente, su hermana. Paula Crespí no falló de tiro cruzado a la izquierda, mientras que apareció Martina Terré, una auténtica parapenaltis, que desafía a sus rivales con la mirada, para detenérselo a Keunning, exjugadora del CN Sabadell. Adriana Ruiz, objetivo de la realización durante el partido por su cara de preocupación ante la remontada neerlandesa, marcó el definitivo. 15-13. Un poético final para una España que jugó a la ruleta rusa pero que de nuevo se llevó la victoria ante Países Bajos. Y que persigue otra medalla ahora ya sin Miki Oca en el banquillo. “Fue un flashback”, resumió Paula Crespí.