Ni la gestión, ni las frases virales: lo mejor de Manolo González surge en el descanso

RCD Espanyol

El entrenador cambió el guion ante el Atlético con su mirada e intuición para interpretar los partidos

“Tiene la capacidad de saber qué pasa y poder cambiar porque su modelo se adapta”, dicen desde Sant Adrià

Manolo González, después del partido ante el Atlético de Madrid.

Manolo González, después del partido ante el Atlético de Madrid.

Carlos Mira

Con la adrenalina del estreno, de la remontada ante el Atlético o de los nuevos tiempos que representa el aterrizaje de Alan Pace en el Espanyol, Manolo González no perdió sus costumbres. Algo estajanovistas, quizás. El fin de semana y en sus ratos libres se vio todos los partidos de Primera y de Segunda; lo que suma, al menos, 30 horas. Y el lunes, sus analistas ya le prepararon los cortes del próximo rival, la Real Sociedad.

Fuera de Sant Adrià, Manolo González desprende simpatía. Capaz de hablar de Julio Iglesias cuando se le pregunta por el partido de Miami, de bromear en situaciones dramáticas o de ser honesto, porque sabe que “el que saca pecho puede acabar con chepa”. Sus frases pueden aparecer en una taza de café. Es el Manolo González que llora en las victorias, jura en arameo en las derrotas; el del “correr como cabrones” o “dejarse la vida”. Pero eso es solo la pintura. Detrás hay mucha miga.

“En mis años en cuerpos técnicos, no he visto a nadie que domine tanto los partidos”, explican desde Sant Adrià. Lo vieron en acción, sin ir más lejos, ante el Atlético. Apoyado en su segundo, Gerard Garrido (“se encarga más de la fase ofensiva, la domina, se compenetran bien”), Manolo González llegó con las ideas claras al vestuario tras ese 0-1 del Atlético. Los blanquiazules no salían (“no es que quisieras estar ahí, el rival juega y a veces tienes que sufrir”, dijo en sala de prensa ayer) y no eran capaces de darle la vuelta al juego. Hasta que Manolo intervino.

“Vio claro que todo estaba en la presión. No era intensa. Modificó el sistema porque el Atlético salía solo con los centrales. Se pasó a un 4-4-2 en rombo para estar más alto y agresivo”, explican las mismas fuentes. Y bingo. El Atlético, con Simeone desacertado en los cambios, se fue derritiendo, y el Espanyol lo buscó tanto que lo encontró. “Manolo es un gran gestor, lleva genial el grupo, hay buen ambiente, es claro. Pero tiene la capacidad de saber qué pasa y de cambiar. Su modelo se adapta”, añaden.

Vio claro que todo estaba en la presión y pasó a un 4-4-2 en rombo”

Fuentes del primer equipo del Espanyol

La temporada pasada hubo varias situaciones. El Espanyol, aunque acabó perdiendo 3-1, fue el primer equipo que le creó problemas al Barça de Hansi Flick en el derbi de Montjuïc. Era octubre, y hasta el propio técnico mostró, por primera vez, su descontento. Manolo había trabajado toda la semana la sincronización entre el jugador de segunda línea y el pasador con tal de romper ese infalible fuera de juego.

Todo ello, dando autonomía a sus ayudantes: acumula un ascenso, una salvación y quiere consolidarlo en Primera. “Y todo, con sus otras virtudes: convence al jugador, su mensaje cala”.

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Este sábado regresó ese Manolo que domina, también, la sala de prensa: “Queremos que se peleen por jugar, no podemos tener jugadores que sepamos que no participarán. Esto va de méritos, el que no se entrene fuerte no tiene cabida”. Un maestro, como él diría, sin pelo, pero con ideas. O “tonto no soy”.

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