“Hoy me he encontrado con la versión ‘Grand Slam’ de Carlos”, decía el checo Jiri Lehecka, después de que Alcaraz le aleccionara en sus cuartos de final. Desde la primera pelota hasta la derecha ganadora con la que cerró el partido, el murciano exhibió su mejor tenis. “Yo diría que hoy he hecho un partido casi perfecto”, explicaba. “Estoy jugando muy bien y muy cómodo”, explicaba. “Yo diría que hoy he hecho un partido casi perfecto. O sea que si estoy jugando unos cuartos de Grand Slam sintiéndome así, pienso que solo me quedan dos pasos más y ¡a ver qué pasa! Me siento genial y con hambre de hacerlo”.
Si a principios de este Grand Slam se autoexigía corregir unos errores, con su actuación en cuartos los da como prueba superada. Con la madurez de la que hablaba días atrás, sabe gestionar situaciones dentro y fuera de la pista, lo que le da tranquilidad. Estando tranquilo fuera de la pista, juega mejor dentro.
Una de las influencias externas que circulan por su mente es volver a recuperar el número uno, que podría conseguir en estas pistas si mejora la actuación que haga Jannik Sinner. “Es difícil no pensar en el número uno. Si pienso mucho en eso me pongo presión, y no quiero hacerlo. Trato de salir a pista, hacer lo mío, cumplir con mis objetivos y disfrutar. Sé que el número uno está ahí, pero intento no pensar en ello”.
Está especialmente satisfecho de su servicio, que ha ajustado para que tenga todavía más eficacia. “Lo practico a diario y con cada partido me siento más cómodo con el movimiento, metiendo más saques y también mejor porcentaje. Ha sido muy importante para mi juego y espero seguir mejorándolo aún más”.
Ante Lehecka, Carlitos caminaba convencido, casi podría decirse que altivo, con una actitud de superioridad. Este es otro aspecto en el que trabaja el número dos: su lenguaje corporal, especialmente en los cambios de pista. “Estamos disputando dos encuentros paralelos. Uno, el del juego, los puntos y lo demás. El otro es el partido detrás del escenario, digamos, con el lenguaje corporal”, analizaba. “Cómo te muestras a tu contrincante es muy importante. Da igual si estás exhausto o sientes que no puedes tirar adelante. A tu rival tienes que mostrarle que estás fresco, de que puedes jugar dos, tres horas o más, de que eres capaz de hacer intercambios largos. Le estás diciendo con tu estado mental que va a ser muy duro, que va a tener que sudar mucho”.
Le gusta jugar en Nueva York, porque se crece. Por eso le dolió tanto caer en segunda ronda en 2024. “La energía que se vive aquí es diferente. Es donde gané mi primer grande, donde fui número uno la primera vez. Eso ayuda mucho a que sea un torneo incluso más especial para mí. Mi estilo de juego, la manera en la que me gusta jugar creo que semeja mucho a lo que a la gente quiere”.
En semifinales se encontrará con Novak Djokovic, que superó en tres mangas al último estadounidense en danza en el cuadro masculino, Taylor Fritz. Serán sus decimocuartas semifinales del Slam neoyorquino, empatando el récord de Jimmy Connors.
Carlitos le tiene ganas. Tiene un marcador negativo ante el serbio de 3 victorias a 5 ante el serbio, que le ganó en sus dos duelos más recientes, la final por el oro olímpico en París y en cuartos del Open de Australia este enero. “No importa que Novak no haya jugado desde Wimbledon: aquí está disputando grandes partidos. Todos conocemos su ambición y sabemos que tiene hambre de más”.
Ahora le vienen dos días de descanso antes de su cita del viernes. “Iré a jugar a golf”, decía el tenista, que tiene un hándicap de 14. “Es algo que me está funcionando bien, por qué iba a cambiar la rutina. En cada día libre voy a jugar al golf. Mañana tengo una vuelta muy difícil con Juanki, Sergio García y David Puig. Será muy difícil, seguro”.