“La fuerza de Europa son las empresas de tamaño medio”
Entrevista a Michiel Scheffer, presidente de la junta del European Innovation Council (EIC)
El EIC se ha convertido en un actor clave de la innovación en la UE. Su presidente ahuyenta el pesimismo y defiende el tejido empresarial
El European Innovation Council tiene un presupuesto de 10.000 millones de euros para reforzar a Europa en la carrera de la innovación en deep tech. El programa de innovación de la Comisión Europea cuenta con diferentes programas EIC Fund, EIC Pathfinder, EIC Transition, EIC Accelerator y Step Scale Up para apoyar a pymes y startup a desarrollar sus tecnologías desde la prueba piloto hasta su debut en el mercado. El presidente de la junta del EIC, Michiel Scheffer (Stockport,1964), visitó Barcelona durante la celebración del BIST Fòrum a mediados de febrero. En esta entrevista, ofrece una panorámica de la innovación en el Viejo Continente
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) generativa ha reflejado que Europa se encuentra un paso por detrás de EE.UU. y China en cuanto a innovación. ¿Hemos perdido la carrera?
Todo depende de la tecnología que miremos. En algunas tecnologías, Estados Unidos tiene una enorme ventaja. En otras, la tenemos nosotros. El problema es que se habla mucho de IA en el discurso público, pero no de trenes de alta velocidad o de uso de datos médicos. Es que, además, en aplicaciones de IA, Europa también sobresale. Por ejemplo, tiene muchos más activos en lo que se refiere a herramientas de diagnóstico, datos sanitarios y lectura. Como somos más estatales, tenemos bases de datos mucho mejores.
¿El sector de la salud es la punta de lanza europea?
En Europa, tenemos varios sectores en los que somos líderes. El de la salud es uno de ellos porque tenemos grandes hospitales que comparten datos. El segundo en el que somos potencia es el que yo llamaría IA industrial, todo el conocimiento que permite mejorar la productividad de los procesos industriales y detección de errores. La IA es una herramienta más para mejorar la productividad. No soy de los que cree que cambiará el mundo. ¿La IA solventará la crisis energética? ¿Nos ayudará con la transición proteica?
“Nuestras empresas son referentes en IA en el sector de la salud o en procesos industriales”
Tres años atrás, se puso el foco en los semiconductores y los microchips. ¿En qué punto están los esfuerzos de Europa?
El EIC es el mayor inversor en computación cuántica del mundo. Europa ha tomado posiciones específicas, por ejemplo, en lo que se llama cuántica analógica. También somos muy fuertes en fotónica y en semiconductores, pero no en aplicaciones de nicho. En las grandes aplicaciones, digamos digitales, Estados Unidos y China son más fuertes. Tenemos que tomar decisiones claras. El problema es que cada una de esas decisiones implica cinco o diez años de trabajo de grandes equipos. No se puede plantear una estrategia a golpe de noticias semanales.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, la UE está planteando un cambio en sus prioridades. Por ejemplo, el gasto militar. ¿Puede esto tener un impacto en el presupuesto de innovación?
Tenemos varios retos. Uno de ellos es que Europa está rodeada de países inestables: Ucrania, Oriente Medio y toda África. Necesitamos más que nunca una estrategia para gestionar toda esta incertidumbre. Hay una filosofía que, si tu inviertes en innovación de defensa, tendrás aplicaciones para el mundo civil. Por ejemplo, la cinta de teflón se inventó gracias a la carrera espacial, pero ir a la luna para acabar inventando la cinta de teflón me parece una estrategia cara. Hubiera sido más barato hacerlo directamente.
¿Pero tendrá un impacto en el presupuesto de innovación?
Habrá un incremento del gasto militar pero solo una parte será en innovación.
El avance hacia la transición energética empieza a estar cuestionado ¿Cómo avanzamos en esta innovación?
Bueno, tenemos dos desafíos. El primero es básicamente la descarbonización de los usos energéticos que son técnicamente factibles: automóviles, la industria de ensamblaje o la calefacción de edificios. Generar la energía con energía solar, eólica y una serie de baterías de reservar para proporcionar respaldo cuando no están produciendo. El EIC financia ahora una gran cantidad de reservas y creo que Europa está en camino de alcanzar sus objetivos. La parte difícil es que hay aspectos que cuesta mejorar. Por ejemplo, en el sector naviero es más fácil de transportar combustible que alimente los motores. Si tenemos que transformar los barcos al hidrógeno o a otra energía, esa es una esfuerzo enorme. La vida útil media de un barco es de 40 años.
“Somos muy fuertes en fotónica y en semiconductores, pero no en aplicaciones de nicho”
¿Cuál es el otro problema?
La energía en industrias intensivas. Para fabricar ladrillos o para las fábricas de papel, se necesita mucha energía. Así que eso es mucho más complicado. Debemos plantear que todavía podemos tener algunas industrias orientadas al carbono, siempre que tengamos también suficiente almacenamiento de carbono, ya sea en la agricultura o mediante tecnologías de almacenamiento.
¿Cómo se sitúa Barcelona como región innovadora?
Estaría entre las cinco primeras mientras que Madrid está entre las diez. Barcelona lo ha logrado con un alto compromiso político. Esa voluntad está relacionada con la autoconfianza o orgullo de ser una región con carácter. Otro factor clave es tener un alto nivel de investigación. Tener varias universidades genera una competición sana. El tercer aspecto es tener un buen mercado financiero. En el caso de Barcelona, el tejido es de fondos de capital riesgo, mientras que en Madrid la estructura financiera es bancaria. El último factor es tener un corazón industrial. La innovación no es solo inventarla, sino que también es necesario tener capacidad de producirla.
El informe Draghi pide grandes campeones europeos. En cambio, la economía española está conformada por empresas de tamaño medio. ¿Es eso una desventaja para innovar?
La fuerza de Europa, y por ende de España, son las compañías de entre 100 y 5.000 trabajadores, donde el liderazgo del primer ejecutivo o del propietario es esencial. Esta estructura de pymes es muy importante para la innovación. Si nos obsesionamos con los campeones europeos, nos olvidamos que la fuerza de Europa es la red de compañías de tamaño medio que habitualmente son líderes de mercado en su nicho.
Tenemos ejemplos de grandes campeones europeos, como Airbus. ¿Podemos repetir la operación en algún otro sector?
Bueno, en el área de semiconductores, las inversiones para construir fábricas son muy elevadas. A cierto nivel, necesitarás tener un gran compañía para levantar el capital para hacer una inversión así. Pero no es igual en todos los sectores. Por ejemplo, en dispositivos médicos no es necesario. No hay necesidad de crear un campeón europeo en este campo. En energía, pues tal vez en la nuclear es necesario crearlo, pero no en biocombustibles. El modelo europeo de campeones es un poco una copia de EE.UU. o de China. Depende de la tecnología, pero hay que recordad que la diversidad es importante para nuestro tejido.