Con la campaña de la renta ya en marcha, muchos contribuyentes se enfrentan una vez más a la misma duda: ¿estoy haciendo bien la declaración? Según explica el abogado fiscalista Andrés Millán, una gran parte de la población paga más de lo que debería, y la causa suele ser un pequeño detalle pasado por alto. La clave está en marcar correctamente la comunidad autónoma, en referencia a un error común que puede derivar en deducciones perdidas, incentivos no aplicados o incluso en requerimientos por parte de la Agencia Tributaria. Pero no es el único despiste que puede salir caro.
Cinco errores que se repiten año tras año

¿Cómo descargar el borrador de la declaración de la renta paso a paso?
Entre los fallos más frecuentes al hacer la renta, Andrés Millán destaca cinco. El primero —y más habitual— es no indicar correctamente la comunidad autónoma de residencia. Este dato no sólo determina qué tramos se aplican, sino también qué deducciones están disponibles. “Especialmente si has cambiado de residencia durante el año, es vital comprobar dónde has sido residente fiscal”, apunta Millán. Además, recuerda que en algunos casos puede aplicarse la deducción por movilidad geográfica.
Otro error común es dar por buenos los datos fiscales proporcionados por Hacienda sin contrastarlos. Aunque parezca que todo está en orden, la información puede estar incompleta o desactualizada. Si hay discrepancias entre lo que se declaras y lo que Hacienda ha recibido de los proveedores o clientes, lo más probable es que llegue un requerimiento.
En el caso de familias, muchos padres deciden no incluir a sus hijos en la declaración cuando estos han trabajado, asumiendo que ya no conviene. Pero si el hijo ha ganado menos de 8.000 euros —una vez descontados gastos y reducciones— puede seguir siendo beneficioso incluirlo. La costumbre también juega en contra en las declaraciones conjuntas: “Hay personas que hacen la renta separada simplemente por inercia, cuando conjunta les saldría mejor. Hay que hacer siempre los dos cálculos”, recomienda el abogado.
El último error, y no por ello menos grave, es no aplicar incentivos fiscales disponibles, sobre todo entre autónomos. Un caso típico es el de quienes olvidan aplicar la reducción del 20% por inicio de actividad durante los dos primeros años con beneficios. La Agencia Tributaria recoge este incentivo como uno de los más efectivos para apoyar el emprendimiento. Este tipo de fallos no son anecdóticos. Según fuentes la propia Agencia Tributaria, las ventajas fiscales representan más de 60.000 millones de euros en beneficios potenciales que muchas veces no se aprovechan por desconocimiento o descuido.
Revisar cada detalle y contar con asesoramiento profesional puede suponer una diferencia abismal en el resultado final. “No es que Hacienda quiera que pagues de más, pero si no lo corriges, nadie lo hará por ti”, concluye Millán.