El negocio de Eurovisión

Visión global

Cada año, la ciudad anfitriona del festival de canciones afronta un reto logístico y financiero, pero el beneficio económico, sobre todo en turismo, es muy elevado. Basilea, la última sede, exulta ante el resultado

Eurovision flags wave in front of the 500-year-old Basel Town Hall in the city center ahead of the first semi-final of the 69th Eurovision Song Contest, in Basel, Switzerland, Tuesday, May 13, 2025. (AP Photo/Martin Meissner)

Banderas de Eurovisión ondeando ante el Ayuntamiento de Basilea, durante la semana del festival, celebrado del 11 al 17 de mayo 

Martin Meissner / Ap

El último festival de Eurovisión, celebrado la semana pasada, se ha visto envuelto en polémicas por el televoto del público, un sistema que está siendo cuestionado, y por las críticas a la participación de Israel debido a la mortífera guerra en Gaza. Pero, pese al impacto de estos problemas, albergar el festival de canciones de las televisiones públicas europeas y asociadas ha sido un éxito para la ciudad anfitriona de este año, Basilea. Los efectos económicos a largo plazo, sobre todo en turismo, se anuncian muy beneficiosos, como suele ser el caso para todas las ciudades sede.

En Malmö en el 2024 la facturación en turismo debido al festival subió a 40,6 millones de euros 

El festival acumula 69 ediciones, y en esta época reciente, antes que la suiza Basilea lo acogieron Malmö (Suecia) en el 2024, y Liverpool (Reino Unido) en el 2023. “Este es un programa de televisión que también es un importante catalizador económico y cultural; Malmö y Liverpool demostraron que el impacto del festival de la canción de Eurovisión es profundo, de gran alcance y sumamente positivo”, defendió Martin Green, director del festival, la semana pasada en Basilea.

Según las cifras distribuidas por Eurovisión, en Liverpool tuvo un impacto económico neto de 65 millones de euros, y su área metropolitana experimentó un impulso económico adicional de 10,8 millones. En la semana del concurso en el 2023, unas 473.000 personas asistieron a eventos relacionados con Eurovisión; hubo 306.000 visitantes más; y se registraron 175.000 pernoctaciones hoteleras.

Liverpool en el 2023 ingresó 63 millones de euros y creó empleo gracias al concurso de canciones de las televisiones públicas europeas y asociadas

En Malmö en el 2024, Eurovisión generó un volumen de negocio de 40,6 millones en gastos vinculados al turismo; y en sus alrededores, incluida Copenhague, hubo un aumento de ingresos por turismo de 8,2 millones. Aunque las cifras de visitantes fueron inferiores a las de Liverpool (160.000 asistieron a los eventos de Eurovisión y hubo 71.737 pernoctaciones en el área metropolitana), la ciudad sueca quedó muy satisfecha por los resultados.

Basilea, ubicada en un lugar estratégico junto a las fronteras con Alemania y Francia, espera obtener rendimientos económicos similares. En la semana de las dos semifinales y la final, los hoteles y restaurantes estaban llenos, y por el Rin navegaban barcos con música del grupo Abba, la quintaesencia de Eurovisión. En las plazas y en un estadio había pantallas para seguir las galas en curso en el pabellón St. Jakobshalle.

Un total de 160 millones de telespectadores de Europa vieron las galas de esta 69.ª edición del festival de Eurovisión

En total, en las zonas eurovisivas hubo 343.000 visitantes, y durante toda la semana estuvieron en Basilea –que tiene 173.000 habitantes– en torno a medio millón de personas. Las pernoctaciones fueron 50.000, cifra que se explica en parte porque muchos eurofans volvían de noche a dormir a ciudades de Francia, Alemania o de la misma Suiza. “Esperamos un efecto a largo plazo; el alcance va más allá de la semana del festival, hemos tenido una visibilidad global”, dijo Letizia Elia, directora de Turismo de Basilea, en rueda de prensa el lunes. Unos 160 millones de telespectadores de Europa vieron las galas.

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Albergar Eurovisión es, en suma, un buen negocio, aunque está también la cara menos gozosa: la financiación. El festival se financia con las tarifas de las radiotelevisiones participantes (este año eran 37); la contribución de la televisión nacional (en este caso, la suiza SRG/SSR); y la de la ciudad sede, además de con ingresos por acuerdos de patrocinio, venta de entradas y televoto. 

Se estima que, en general, la televisión pública y las autoridades del país anfitrión gastan entre 10 y 20 millones de euros en el festival. Este año, el Ayuntamiento de Basilea incluso dio luz verde a gastos de unos 40 millones de euros para infraestructuras ciudadanas, seguridad y respaldo a actividades en torno al concurso.

El próximo festival se celebrará en Austria tras el triunfo del cantante JJ con Wasted love , en una ciudad aún por decidir. Viena lo albergó en el 2015 después de que Conchita Wurst ganara el año anterior con Rise like a phoenix , pero otras ciudades han mostrado interés. El camino hacia Eurovisión 2026 ya ha empezado.

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