Desde su ventana en Ilford, Gary Stevenson observaba los rascacielos de Canary Wharf brillando en la distancia cuando era niño. «Los niños ambiciosos del este de Londres miran hacia los rascacielos que proyectan sombras sobre sus casas, pero los rascacielos no les devuelven la mirada. Se miran entre ellos», escribiría años después en The trading game. Expulsado del instituto por vender cannabis, este joven de clase trabajadora acabaría convirtiéndose en el trader más rentable de Citibank, generando más de 30 millones de dólares en beneficios. Sin embargo, su mayor descubrimiento no fueron sus ganancias, sino una verdad demoledora sobre cómo funciona realmente el sistema económico mundial.
En The Trading Game, Stevenson desvela la tesis que lo catapultó al éxito: «Los ricos nunca pierden. Los ricos solo ganan». Su argumento es brutalmente simple: cuando la economía va bien, las acciones suben; cuando va mal, los bancos centrales imprimen tanto dinero que las acciones suben aún más. Mientras observaba la crisis de 2008 desde la mesa de trading, comprendió que la recuperación económica que todos esperaban nunca llegaría. La desigualdad creciente no era un efecto secundario temporal, sino la característica fundamental de un sistema diseñado para transferir riqueza de las clases medias hacia una pequeña élite de poseedores de activos.
Esta revelación le llegó siguiendo el consejo de Bill, un veterano trader de Liverpool: «Si quieres saber qué pasa en el mundo, ve a echar un vistazo al mundo. Vete a casa y pregúntale a tu madre sobre su situación financiera». Mientras sus colegas de Oxford y Cambridge se perdían en modelos teóricos, Gary aplicó su conocimiento del mundo real. Apostó masivamente contra el consenso del mercado, que anticipaba una pronta subida de tipos de interés, y acertó de forma espectacular. El terremoto de Fukushima de 2011 le reportó millones en un solo día, validando su teoría de que los eventos impredecibles siempre benefician a quienes poseen activos seguros.
El terremoto de Fukushima de 2011 le reportó millones en un solo día, validando su teoría de que los eventos impredecibles siempre benefician a quienes poseen activos seguros
Sin embargo, el éxito tuvo un precio devastador. A medida que acumulaba riqueza, Gary se desintegraba físicamente y mentalmente. Sufría de reflujo ácido crónico, insomnio severo y había perdido tanto peso que parecía enfermo. En una escena reveladora, se da cuenta de que, siendo multimillonario, lleva zapatillas con agujeros y duerme en un colchón en el suelo de su lujoso apartamento vacío. «No se trata de ser inteligente en el trading. Se trata de ser inteligente cuando todos los demás son estúpidos», reflexiona, pero esa misma inteligencia lo estaba consumiendo por dentro.
Su historia culmina con una guerra psicológica contra Citibank cuando decide escapar del sistema que lo había creado y destruido a la vez. Tras un enfrentamiento épico con sus antiguos mentores en Tokio, donde utilizó una baja médica como arma, logró conservar su dinero y su libertad. Hoy, Gary Stevenson ha abandonado el trading para dedicarse a divulgar su tesis sobre la desigualdad, convencido de que «el juego» está amañado desde el principio. Su memoir no es solo la confesión de un trader exitoso, sino una radiografía despiadada de un sistema que, en sus propias palabras, «convierte a los ambiciosos hijos de la clase trabajadora en depredadores de su propia clase».
Para directivos y empresarios, la historia de Stevenson encierra lecciones fundamentales sobre la toma de decisiones estratégicas. Primera: cuestionar el consenso establecido puede ser la clave del éxito extraordinario. Como él mismo explica: «No te conviertes en el mejor en nada copiando a la gente». Segunda: la observación directa de los clientes y consumidores reales a menudo revela tendencias que los datos agregados ocultan. Tercera: las mejores oportunidades surgen cuando se detecta una discrepancia entre lo que dice la teoría y lo que muestra la realidad. «El mejor trading se hace con la nariz. Huele a estupidez», afirma, refiriéndose a su capacidad para detectar cuándo el mercado se equivoca colectivamente.
Antonio J. es escritor y cofundador y director editorial de www.rrefugio.com, agencia especializada en contenido, ecommerce, estrategia digital y branding.