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Conxi Vivancos, sanitaria y madre de tres hijos: “Alquilar en Catalunya es imposible y horroroso, los precios no bajan de 900 euros y sola no lo puedo pagar”

Alquileres

La problemática del alquiler ya no afecta solo a los colectivos más vulnerables, sino que se ha convertido en una dificultad que impacta a gran parte de la ciudadanía

 Conxi es una madre que busca una vivienda asequible para vivir con sus hijos. 

La situación de alquiler en España se ha convertido en una realidad insostenible para muchas familias. En los últimos años, los precios han aumentado de forma constante; ya no solo es un problema que afecta a las grandes ciudades, sino también que se extiende a otras zonas urbanas. Esta problemática se refleja principalmente por dos motivos: por una parte, la escasa oferta de vivienda asequible y, por otra, la presión del mercado turístico, que ha provocado que acceder a una vivienda digna y asequible sea todo un reto económico. 

Anteriormente, el problema de la vivienda afectaba principalmente a ciertos colectivos económicamente vulnerables. Sin embargo, el problema ha escalado tanto que incluso aquellos con trabajos estables a jornada completas tienen dificultades para llegar a fin de mes. Una de estas personas es Conxi, sanitaria y madre de tres hijos, quién cuenta a través de sus redes sociales que su situación económica la obliga a buscar vivienda fuera de la comunidad autónoma de Catalunya.

Ciudad de Barcelona.

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Buscar vivienda en  Catalunya es imposible porque los precios no bajan de 900 euros y no lo puedo pagar

ConxiSanitaria

Conxi trabaja en el sector sanitario y cuenta con ingresos estables, con los que mantiene a sus tres hijos: dos niños y una adolescente. Actualmente, viven en una casa de un familiar, pero se está planteando buscar una vivienda para ellos solos. “Aquí en Catalunya es imposible. Las zonas de Girona y Barcelona, que es donde vivimos, es horroroso porque no bajan de los 900 y no me puedo permitir pagarlo sola”, explica.

Siendo madre monoparental, es consciente de la dificultad y aunque haya una alta demanda en su sector profesional, no es suficiente para mantener una familia de tres hijos sola. Sin embargo, las diferentes oportunidades laborales del sector sanitario, le permite plantearse una mudanza fuera de la comunidad autónoma como posible solución. “Saliendo de Catalunya, los alquileres son mucho más asequibles”, señala. 

Esta situación ha generado un debate familiar: “Somos dos contra dos”, confiesa Conxi. “Mudarme de provincia me da igual, pero no quiero irme a la otra punta de España”, cuenta su hijo menor. Uno de los lugares que se ha planteado es un pueblo de Galicia. Durante este debate, Conxi tiene muy en cuenta las opiniones de sus hijos para tomar una decisión, con lo que se encuentra con posturas diversas.

Por una parte, su hijo más pequeño y su hija mayor se oponen a mudarse fuera. Ella está punto de comenzar la universidad y desea cursarla en Catalunya. “Ha puesto un grito en el cielo, lloró y me dijo que no tenía empatía”, añade. Por otro lado, su hijo mediano ve con buenos ojos la idea de irse, considerándolo como una oportunidad para empezar de empezar de nuevo. 

No sabemos si quedarnos en Barcelona, mudarnos de provincia, empezar de cero o si nos cambiamos de país directamente

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En Galicia, encontró un hogar que se ajustaba a su presupuesto, superando además sus expectativas. “He encontrado un alquiler que estaba muy bien en La Coruña, era una casita con un terreno. Sería empezar de nuevo, una vida nueva. Al final, los más pequeños se acabarían acostumbrando”, relata. Esta casa le parece ideal para vivir en familia juntamente con sus perras. “Me encantó, me enamoré y además venía amoblada. Parecía estar diseñada para nosotras”,  señala. “No sabemos si quedarnos en Barcelona, mudarnos de provincia, empezar de cero o si nos cambiamos de país directamente”, exclama la madre.

De momento, mientras los alquileres mantengan precios desorbitados, historias como la suya seguirán repitiéndose.  Asimismo, esta problemática invita a reflexionar sobre el hecho de que la vida urbana no está diseñada para quienes tienen un único ingreso. En este contexto, la independencia individual o la posibilidad de vivir solo se ha convertido en un privilegio al alcance de pocos, debido a unos salarios que no se ajustan al precio de la vivienda y a los exigentes requisitos que imponen muchas inmobiliarias.