En un mundo marcado por los sucesivos avances tecnológicos, cada vez son más las vías que los ciberdelincuentes encuentran para ocultar sus engaños, haciendo que las estafas se mantengan a la orden del día. Por ese motivo, las instituciones oficiales tratan de fomentar su transparencia y advertir a la ciudadanía para que tenga cuidado a la hora de compartir algún tipo de información personal. Este es el caso de la Tesorería General de la Seguridad Social, cuya identidad se ha visto suplantada en diversas ocasiones.
“No, nosotros no hemos enviado esta carta. Si la recibes, ¡no hagas caso!”, advertía el organismo en sus redes sociales a principios de año. Al parecer, los estafadores buscaban hacerse con el DNI del receptor para hacerse pasar por él y “conseguir préstamos”. Esto es lo que se conoce como spoofing y, de acuerdo con el Banco Santander, se trata de “un conjunto de técnicas utilizadas por los atacantes para hacerse pasar por una persona o entidad de confianza y engañar a las víctimas para obtener información”.
Tesorería General de la Seguridad Social
Nunca se solicitará información a través de estos medios
Ahora bien, ¿cómo podemos protegernos de este tipo de estafas? Lo principal, es desconfiar ante cualquier solicitud de documentación personal y, en caso de ver algo sospechoso, contactar directamente con la institución oficial. “La Tesorería General de la Seguridad Social nunca va a solicitar información, ni por carta, ni por teléfono, ni por internet”, aclara el organismo en una publicación reciente.
“Si tienes dudas, desconfía; y recuerda que puedes mandarnos tus preguntas y tus dudas a través de los canales habituales, como el número de teléfono (91 541 02 919, nuestras redes sociales y también nuestro portal web”, concluye la TGSS. En la mayoría de los casos, las empresas no suelen pedir datos como el DNI o la cuenta bancaria, si no es en persona o informando a través de canales oficiales de que es preciso acudir a la oficina para hacer llegar cierta documentación.
Phishing
Una de las estafas más comunes
Cualquiera puede ser víctima de un ataque de phishing.
En este caso, el fraude llega a través de una carta al domicilio de la potencial víctima. Sin embargo, existen muchos canales de riesgo y la gran mayoría son electrónicos. Por ejemplo, una de las estafas más comunes es el phising, técnicas empleada para el robo de información personal, credenciales de acceso a servicios online o información bancaria. De acuerdo con el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), “su funcionamiento se basa en el envío de emails u otro tipo de mensajes suplantando la identidad de algún servicio o empresa conocido para que la víctima acceda a una página fraudulenta que simula ser la legítima. La finalidad es que el usuario introduzca todo tipo de información para que el ciberdelincuente pueda contar con ella”.
Si nos vemos ante esta situación, lo más recomendable es no hacer clic en ningún enlace o archivo adjunto que llegue por SMS o email; así como, de nuevo, contactar con la entidad en cuestión y confirmar que es verídico. Además, “la urgencia es una parte fundamental de los mensajes de tipo phishing”, concluye el INCIBE. “Generalmente, siempre se pide hacer algo de manera inmediata. Es un indicio a tener en cuenta”.


