Cinco maneras de generar ingresos más allá de la nómina
Bolsillo
Conseguir dinero extra es posible a través de la inversión y de actividades en auge en un mundo cada vez más digitalizado
Un hombre con un abanico de billetes de euro en una mano
Cuando las facturas se acumulan y el salario apenas alcanza para cubrir los gastos, una manera efectiva de ahorrar es generando nuevas fuentes de ingresos. Otro motivo para aumentar las ganancias es poder cumplir metas de ahorro que nos acerquen a objetivos importantes, como la compra de una casa, la jubilación o simplemente vivir con mayor tranquilidad.
Si bien hay fuentes de ingresos, como las inversiones, que requerirán un capital inicial y tiempo antes de que comiencen a dar sus frutos, hay otras vías para generar ingresos a corto plazo: desde desprendernos de objetos que no utilizamos mediante portales de segunda mano, pasando por la venta de habilidades y talento en plataformas específicas, hasta el ofrecimiento de asesoramiento y mentorías a personas que necesitan apoyo para llevar a cabo sus proyectos.
Freelance
Vender talento y habilidades
Entre las oportunidades que brinda el mundo digital destaca la de ofrecer habilidades y talento a través de plataformas como Freelancer, Upwork y Fiverr, especializadas en conectar trabajadores independientes con clientes que necesitan servicios específicos en áreas como diseño gráfico, desarrollo web, marketing digital, redacción, traducción y programación. Todo el proceso se realiza dentro de la plataforma, incluyendo la contratación, la entrega del trabajo y la transacción económica.
“Puede ser que seas bueno tocando el piano, redactando, vendiendo, diseñando o dibujando… todo el mundo tiene alguna habilidad”, afirma el economista y escritor Raimon Samsó, autor del libro La Era de los Expertos: vende talento, ingresa dinero, quien señala que, si necesitara ingresos a corto plazo, esta sería la primera opción por la que se decantaría. Además, resalta que este tipo de plataformas “ponen en contacto a personas de todo el mundo”, lo que aumenta las posibilidades de coincidir con quienes buscan habilidades que ellos no poseen. “Por ejemplo, si necesito un filólogo, puedo encontrar uno a quien envíe un libro para corregir y, una vez terminado el trabajo, se paga a través de la plataforma, lo que limita el riesgo tanto para quien compra como para quien vende”, sostiene Samsó. El usuario que busca en esta opción una vía para generar ingresos solo tiene que crearse un perfil, detallar qué habilidad o talento ofrece, especificar sus honorarios y esperar a que alguien lo contacte.
“Y si además uno quiere ir un poco más allá, sin complicarse demasiado, puede aprovechar sus propias habilidades para enseñar a los demás”, prosigue el economista, “cualquier persona que tenga experiencia o conocimientos en un área concreta podría ofrecer servicios de coaching, asesoramiento o mentoría en línea. Es una manera accesible de compartir lo que uno sabe y, al mismo tiempo, generar ingresos a través del entorno digital”.
En modalidad presencial, hay otras actividades sencillas que pueden reportar ingresos en sectores en crecimiento, como el de las mascotas. Cada vez hay más gente que tiene animales de compañía y que, para evitar dejarlos solos durante su jornada laboral, decide contratar los servicios de canguros. Esto ha impulsado el negocio de acoger a varios animales en casa. “Normalmente, es gente que tiene terraza o jardín y los cuidan por horas”, comenta Samsó. “Esto es muy fácil de hacer y lo hace mucha gente”, asevera. De hecho, hay empresas que han profesionalizado el servicio, incluyendo el traslado del animal desde su casa hasta la guardería y su posterior devolución. Gudog y Canguropetservice son dos de las plataformas que conectan cuidadores con propietarios de mascotas.
Economía circular
Vender lo que no utilizas
La economía circular ha ayudado a concienciar sobre la importancia de evitar el desperdicio de productos que pueden tener una segunda vida. Vender y comprar artículos de segunda mano a través de plataformas como Wallapop, Vinted y Milanuncios se ha convertido en una práctica cada vez más habitual. Una tendencia que no solo ayuda a alargar la vida útil de los productos, sino que también genera ingresos extra para los consumidores que deciden deshacerse de aquello que ya no utilizan.
Según el estudio La red del cambio 2025, realizado por Wallapop e ISDI, la compraventa de productos reutilizados en España mueve anualmente 13.000 millones de euros. Si se pone la lupa en lo que conlleva para una economía doméstica, poner artículos a la venta en portales de segunda mano reporta de media unas ganancias de 1.112 euros al año, el equivalente a una paga extra para un salario medio en España, que es de 20.767 euros brutos anuales.
Un usuario de la plataforma Wallapop navegando por la aplicación
“Concretamente, el 71% de las personas que perciben un ahorro o importe de la compraventa de productos reutilizados lo utilizan para afrontar gastos extras de su economía, como actividades de ocio, viajar o comprar caprichos o regalos”, comentan desde Wallapop. Una tercera parte de los usuarios destinan el dinero que ganan a ahorro.
En cualquier caso, hay ciertas recomendaciones que pueden determinar el éxito a la hora de vender productos de segunda mano. En primer lugar, antes de publicar el anuncio, se aconseja buscar artículos similares en la plataforma para conocer el precio medio de venta. Otro aspecto importante son las fotos, puesto que los productos con imágenes cuidadas y atractivas tienen más posibilidades de encontrar comprador. En este sentido, se recomienda usar imágenes bien iluminadas, con un fondo limpio y tomadas desde varios ángulos. Y, en tercer lugar, la descripción debe ser completa y clara, especificando además el estado en que se encuentra el producto, si tiene algún desperfecto, las medidas, el modelo y cualquier detalle relevante.
Vídeos cortos
Crear contenido para empresas
Más allá de la figura del influencer, es decir, aquella persona que, mediante sus redes sociales, comparte contenidos y recomendaciones que pueden influir en la opinión o comportamiento de su audiencia, en los últimos años han comenzado a ganar relevancia los usuarios que crean contenido para empresas, conocidos como UGC (User Generated Content). A diferencia del influencer, el creador de contenido cede sus vídeos para que las marcas los compartan en sus perfiles. Por lo tanto, no necesita tener miles de seguidores para ganarse la vida promocionando productos.
Gracias al crecimiento del sector, que el año pasado generó en España 781 millones de euros, cada vez más usuarios de redes sociales se especializan en elaborar vídeos con testimonios y recomendaciones naturales de productos y servicios. Esta actividad puede generar ingresos que van desde los 100 euros por un vídeo sencillo de 15 segundos a los 300 euros por un vídeo de un minuto que requiera una elaboración más compleja, según explican desde la plataforma UGC Slalom, primer marketplace exclusivo para creadores UGC en España. “Los usuarios son gente que le gusta estar delante de una cámara, grabarse y comunicar. Hay muchos perfiles que interesan a las empresas, desde jóvenes hasta gente de 60 años o más”, dilucida Pia Mill, directora ejecutiva de la plataforma.
Captura del portal de UGC Salomon
La duda que puede surgir entre los interesados en obtener ingresos a través de esta actividad es cómo llegar a las compañías que buscan sus recomendaciones. En el caso de UGC Slalom, “las empresas publican una oferta explicando el tipo de vídeo que necesitan, cuál es el perfil de cliente que buscan y las características que tiene que tener el creador; y una vez publicada la oferta, seleccionan al candidato que encaja mejor con sus necesidades”, explica la cofundadora Berta Quirante.
Entre los motivos que mueven a las empresas a contratar los vídeos de este tipo de usuarios es la autenticidad que los UGC transmiten: “Una persona normal y corriente que explica su experiencia con un producto y servicio es más creíble que una persona súper profesional o un famoso”, prosigue. En este sentido, las marcas buscan para sus redes caras diferentes que promocionen sus productos, personas con las que sus clientes puedan sentirse identificados.
Esta vía para ganar dinero permite “organizarse de manera flexible; ya que el usuario puede escoger el momento para grabar el vídeo según su conveniencia”, destaca Mill. “Desde el minuto uno se sabe lo que se va a cobrar, lo que potencia la idea de que la gente se puede dedicar a esta actividad y que hay una infinidad de oportunidades dentro del sector”, agrega Quirante. También destaca que uno de los principales requisitos para poder formar parte de la plataforma es que los creadores puedan emitir facturas.
El potencial de la autoedición
Escribir y vender libros
Otra vía para conseguir ingresos es la de escribir libros, actividad a la que se dedica desde hace varias décadas Raimon Samsó, que tiene más de medio centenar de libros publicados. Una manera sencilla de hacerlo es a través de servicios de autoedición, como el de Kindle Direct Publishing, que no requiere inversión de capital inicial, ya que Amazon se encarga de la distribución en formato digital y físico, así como del envío y el cobro de los libros. A cambio, el autor percibe entre el 35% y el 70 % del precio de venta de cada libro, dependiendo del formato y las condiciones particulares.
Samsó sostiene que este camino es ideal para personas con pasión por escribir y con cosas interesantes que explicar, ya sea en ficción o no ficción. Sin embargo, advierte que no basta con publicar un único título para poder vivir de las regalías, pues se precisan entre cinco y veinte libros para generar ingresos estables, según su experiencia. “En dos o tres años, si lo haces bien, puedes llegar a ganar tranquilamente unos mil euros al mes”, asevera. Lo cierto, sin embargo, que la saturación que experimenta el sector en la actualidad dificulta destacar a los autores que optan por esta vía para vender sus obras.
Ingresos pasivos
Rentabilizar el ahorro a través de la inversión
La inversión es la vía habitual para generar ingresos pasivos, es decir, aquellos que se ganan de manera recurrente sin demasiado esfuerzo ni tiempo. Según la asesora financiera Elizabeth Wakefield, la cantidad mínima invertida a partir de la cual es posible generar rendimientos “significativos” son 15.000 euros, a través de lo que se pueden ganancias anuales que oscilan entre el 8% y el 10% del capital invertido, lo que es equivalente a entre 1.200 y 1.500 euros al año.
Existe un amplio abanico de inversiones, si bien una de las maneras más diversificadas y accesible para cualquier ahorrador es hacerlo a través de fondos. Hay dos tipos de fondos de inversión: los que reinvierten los dividendos, intereses y rendimientos que generan para sacar el máximo partido del efecto del interés compuesto, y los fondos de reparto, que distribuyen beneficios entre sus partícipes de manera periódica.
Otra opción son los ETF (Exchange Traded Fund o fondo cotizado), que se negocian en bolsa como una acción pero contienen una cesta diversificada de activos. “Son más baratos que los fondos de inversión, pero si quieres mover el dinero de un ETF a otro deberás pagar impuestos, mientras que en el caso de los fondos de inversión, no se debe pagar cada vez que se hace un traspaso”, precisa Wakefield, autora de Finanzas Conscientes.
Comprar directamente acciones es otro camino para generar ingresos pasivos. Con el auge de las plataformas de corretaje digital en los últimos años -como Trade Republic, eToro, XTB, DEGIRO, entre otros-, cualquier persona puede acceder de manera fácil y directa a los mercados financieros.
Sin embargo, avisa Wakefield, hay que tener en cuenta que cada ahorrador tiene una aversión distinta al riesgo y objetivos financieros diferentes, por lo que cualquier receta en este ámbito no es válida para todo el mundo. Por eso, avisa sobre el riesgo de seguir modas de inversión o influencers que dan recomendaciones concretas al respecto.
Tampoco intentar replicar la cartera de magnates de las finanzas como Warren Buffet es buena idea. ”Al principio del milenio, cuando comenzaron a proliferar las empresas tecnológicas, muchas acabaron quebrando, lo que dio lugar a la crisis de las puntocom. En aquel momento, Buffet decidió no invertir en empresas tecnológicas porque no entendía el negocio, aunque más tarde acabó incorporando empresas como Apple en su cartera”, explica la asesora.
Imagen ilustrativa de criptomonedas
El Oráculo de Omaha tampoco apuesta por las criptomonedas. La inversión en criptoactivos como bitcoin o Ethereum es altamente volátil, por lo que puede acarrear gran riesgo de pérdida si se vende a corto y medio plazo. Y como en cualquier otra inversión, las ganancias nunca están garantizadas.
El ahorrador con un perfil más conservador puede rentabilizar su dinero a través de la renta fija, como letras y bonos del Estado, un tipo de inversión que paga cupones de manera periódica. Otras alternativas son el crowdfunding y el crowdlending: el primero permite financiar proyectos o iniciativas de todo tipo, ofreciendo recompensas, participaciones o apoyos simbólicos; el segundo consiste en prestar dinero a empresas o particulares, que cobran intereses, y funciona como un préstamo colectivo distribuido entre varios inversores.
Por su parte, el economista Raimon Samsó recomienda invertir en activos reales. Con respecto a la inversión inmobiliaria, explica que es una inversión que ofrece atractivos retornos pero que exige tener un gran capital para entrar y está sujeta a leyes cambiantes e impuestos que añaden riesgo a la operación, por lo que considera que un ahorrador sin un capital importante “debería descartarla”.
Una alternativa para pequeños inversores son los metales preciosos, en concreto el oro y la plata. “Me gusta porque son reales y siempre han tenido valor”, asegura. Además, con poco dinero es posible comenzar a invertir en estos activos de manera directa. “Hay empresas que tienen bóvedas de seguridad [una de ellas es Bullion Vault] que guardan metales preciosos; cobran una comisión mensual para guardarlo, pues no es aconsejable hacerlo en casa, y a largo plazo siempre son apreciados porque siempre han sido depósitos de valor a lo largo de la historia de la humanidad”, añade. Sin embargo, este tipo de inversión no da un rendimiento mensual. Cuando se vende, se recupera el dinero y la plusvalía obtenida con la transacción.
En todo caso, si no se cuenta con formación en inversiones, es imprescindible recurrir a un experto que estudie en cada caso qué tipo de activo es el más adecuado para cada perfil. En definitiva, “el ahorrador siempre tiene que entender el producto en el que está invirtiendo; sentirse cómodo con su elección”, apuntala Wakefield.